Los talibanes obligan de nuevo a las afganas a cubrirse la cara y pretenden el uso del burka
Un portavoz del Gobierno fundamentalista amenaza a las mujeres que no tapen su rostro en p¨²blico con encarcelar a su pariente var¨®n m¨¢s cercano
Los talibanes vuelven a cercenar la libertad de las mujeres. Este s¨¢bado han anunciado que a partir de ahora las mujeres afganas deber¨¢n cubrirse el rostro en p¨²blico e incluso en sus casas si est¨¢n en presencia de hombres ajenos a su familia, seg¨²n un decreto del l¨ªder supremo del grupo fundamentalista, Hibatullah Akhundzada. Un portavoz del Ministerio de Propagaci¨®n de la Virtud y Prevenci¨®n del Vicio ley¨® la nueva norma en una conferencia de prensa en Kabul y a?adi¨® que ¡°la prenda ideal¡± para que las mujeres se cubran es el burka, la vestimenta que se convirti¨® en s¨ªmbolo internacional de la opresi¨®n de las afganas en el anterior periodo de los talibanes en el poder, entre 1996 y 2001. El portavoz amenaz¨® despu¨¦s a las mujeres que incumplan esta imposici¨®n con encarcelar o despedir, en el caso de los funcionarios, a su pariente var¨®n m¨¢s cercano.
¡°Tendr¨¢n que llevar un hiyab ¡ª t¨¦rmino que, aunque se refiere a otra prenda, tambi¨¦n se usa para designar en general a la indumentaria isl¨¢mica de todo tipo, incluido el burka ¡ª porque es tradicional y respetuoso¡±, indica el texto de Akhundzada. El decreto precisa que ¡°las mujeres que no sean ni demasiado j¨®venes ni demasiado mayores tendr¨¢n que cubrir su rostro cuando est¨¦n frente a un hombre que no sea miembro de su familia¡± para evitar una supuesta provocaci¨®n, seg¨²n consideran los fundamentalistas. La medida tambi¨¦n pretende impedir la presencia de las mujeres en p¨²blico. Si no tienen algo importante que hacer en el exterior, es ¡°mejor para ellas que permanezcan en casa¡±, a?ade el texto le¨ªdo por el portavoz del ministerio responsable de vigilar el estricto cumplimiento de la sharia o ley isl¨¢mica.
El grupo fundamentalista que, tras dos d¨¦cadas de intervenci¨®n de Estados Unidos y sus aliados, derroc¨® el pasado 15 de agosto al Gobierno af¨ªn a Washington del pa¨ªs, al t¨¦rmino de una fulminante ofensiva sobre la capital, se ha enfrentado a una intensa oposici¨®n por sus crecientes limitaciones a los derechos de las mujeres. Esta censura ha estado liderada por los gobiernos occidentales, pero a ella se han sumado algunos eruditos religiosos y pa¨ªses isl¨¢micos moderados. Estados Unidos y otros pa¨ªses han recortado la ayuda al desarrollo y aplicado sanciones estrictas al sistema bancario afgano, como la congelaci¨®n de las reservas en divisas del Estado ¡ªsituadas en bancos extranjeros¡ª desde que los talibanes tomaron el poder, lo que ha acrecentado la ruina econ¨®mica del pa¨ªs.
Este s¨¢bado, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano afirm¨® que su Gobierno est¨¢ ¡°extremadamente preocupado¡± por la orden de los talibanes de que las mujeres se cubran la cara. ¡°Nos preocupa enormemente que los derechos y los progresos que las mujeres y las ni?as afganas han logrado y disfrutado en los ¨²ltimos 20 a?os se est¨¦n erosionando¡±, dijo el portavoz, que hizo extensiva esa inquietud a todas las ¡°recientes medidas que los talibanes han tomado dirigidas a las mujeres y las ni?as, incluidas las restricciones a la educaci¨®n y a los viajes¡±.
Los talibanes aseguran que han cambiado desde la ¨²ltima vez que gobernaron, cuando prohibieron totalmente a las mujeres que estudiaran o trabajaran, e incluso que salieran de casa sin un familiar masculino. Tambi¨¦n entonces las mujeres estaban obligadas a vestir el burka, que cubre a la mujer de la cabeza a los pies. Estas promesas del nuevo Gobierno fundamentalista no se han traducido hasta ahora en ninguna medida que garantice los derechos de las mujeres, sino todo lo contrario. En los ¨²ltimos meses, la Administraci¨®n radical afgana ha aumentado de forma progresiva las restricciones a las mujeres. Empezaron con normas de alcance limitado, como la ¡°recomendaci¨®n¡± a las televisiones para que no emitieran pel¨ªculas en las que aparecieran mujeres, para pasar despu¨¦s a aprobar leyes que limitan los viajes de las afganas sin un acompa?ante masculino o la prohibici¨®n de que hombres y mujeres disfruten de los parques p¨²blicos al mismo tiempo.
Especialmente graves han sido las limitaciones al trabajo femenino ¡ªa algunas trabajadoras se les obliga, por ejemplo, a acudir a sus puestos de trabajo acompa?adas de un hombre¡ª y la prohibici¨®n, de hecho, de la educaci¨®n de las ni?as a partir de los 12 a?os. Los talibanes aseguraron inicialmente que este veto durar¨ªa solo hasta que las autoridades garantizaran una estricta segregaci¨®n de sexos en los centros escolares, que, en realidad, ya exist¨ªa en la mayor parte de institutos.
Nueve meses despu¨¦s de que llegaran al poder, este argumento se ha revelado un pretexto. En marzo, el autoproclamado emirato isl¨¢mico dio un giro inesperado al permitir abrir las escuelas secundarias de ni?as para anunciar pocas horas despu¨¦s su cierre, cuando algunas estudiantes ya estaban sentadas en sus pupitres tras meses de obligada ausencia. La noticia y las im¨¢genes de ni?as volviendo a sus casas entre l¨¢grimas provocaron el recrudecimiento de la condena de la comunidad internacional y llevaron a Estados Unidos a cancelar las reuniones previstas con los talibanes destinadas a buscar f¨®rmulas para aliviar la crisis financiera del pa¨ªs.
La mayor¨ªa de las mujeres de Afganist¨¢n llevan un pa?uelo que cubre el cabello por motivos religiosos, pero muchas de ellas, sobre todo en zonas urbanas como Kabul, no ocultan su rostro. El libro sagrado de los musulmanes, el Cor¨¢n, contiene varias suras o cap¨ªtulos donde se hace referencia de forma metaf¨®rica a la necesidad de vestir p¨²dicamente tanto para hombres como para mujeres. Aunque el Cor¨¢n no precisa en ning¨²n momento las partes de la anatom¨ªa que las mujeres deben cubrir, los musulmanes m¨¢s conservadores consideran que deben tapar con prendas amplias todo el cuerpo, excepto la cara, las manos y los pies. La supuesta obligatoriedad de esconder tambi¨¦n el rostro tiene su origen en interpretaciones reaccionarias del islam como la wahab¨ª, que impera en pa¨ªses como Arabia Saud¨ª, a la que no se acogen los talibanes, pero con la que tienen puntos en com¨²n.
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