La guerra del cereal en Ucrania se vive en el campo, se decide en los puertos y se sufre en ?frica
La diplomacia mundial trata de lograr un acuerdo humanitario que permita a Kiev exportar el grano cuanto antes
Las playas de la ciudad de Odesa eran hasta el 24 de febrero destino habitual del turismo internacional y de los veraneantes ucranios. Pasear por sus elegantes calles y terminar el d¨ªa viendo la puesta de sol sobre el mar Negro era un placer habitual con la llegada del calor. Sin embargo, nada de eso es posible hoy.
El acceso al paseo mar¨ªtimo est¨¢ bloqueado por el Ej¨¦rcito. Donde antes hab¨ªa puestos de atenci¨®n al turista, ahora hay trincheras. La arena de la playa est¨¢ sembrada de explosivos. El puerto, detenido. Y el mar que se observa delante luce lleno de minas, enormes bolas de hierro flotando en la superficie para hacer explotar cualquier embarcaci¨®n con la que impacte. La gran mayor¨ªa de ellas, principalmente en la arena, las instal¨® Ucrania en las primeras semanas de la guerra ante la posibilidad de un ataque anfibio de Rusia para tomar la ciudad. Aquella decisi¨®n ha supuesto quiz¨¢s la consecuencia m¨¢s grave y de mayor alcance planetario desde que comenz¨® la invasi¨®n de Ucrania.
El bloqueo del principal puerto del pa¨ªs impide a Ucrania, s¨¦ptimo exportador mundial de trigo y ma¨ªz y cuarto de cebada, cumplir sus compromisos de venta a pa¨ªses del tercer mundo, abocando al continente africano a una crisis alimentaria que angustia a la diplomacia mundial. Para complicar a¨²n m¨¢s el panorama, el Ej¨¦rcito ruso inici¨® en mayo una campa?a sistem¨¢tica para destruir la infraestructura de producci¨®n agr¨ªcola de Ucrania. Silos, molinos, elevadores e instalaciones portuarias est¨¢n en la lista de objetivos militares.
Hasta 47 proyectiles impactaron en marzo en las instalaciones de la empresa de almacenamiento de cereal Mlybor en Chernihiv, a 150 kil¨®metros al norte de Kiev. ¡°Y no cuento los que cayeron dentro sin golpear las instalaciones¡±, aclara Serhii Yarosh, de 47 a?os, director de esta compa?¨ªa que da empleo a un centenar de personas. Los agujeros son visibles todav¨ªa hoy, dos meses despu¨¦s del repliegue ruso, pese al ritmo acelerado de la reconstrucci¨®n. Entre otros da?os, el enorme molino, un edificio de varias plantas de altura, est¨¢ inservible y el puesto de control de la moderna secadora de grano, estrenada en 2021 y que cost¨® 19 millones de grivnas (unos 600.000 euros), qued¨® reventado.
Mlybor es buen ejemplo de que la guerra que amenaza con matar de hambre al tercer mundo esconde una estrategia m¨¢s perversa para asfixiar econ¨®micamente a Ucrania. Este almac¨¦n de grano puede acumular hasta m¨¢s de 100.000 toneladas y cuando lleg¨® la guerra guardaba 65.000 toneladas que siguen intactas porque la actividad est¨¢ totalmente paralizada. El trigo abre la campa?a en julio y la cierra el ma¨ªz en diciembre, tiempo durante el cual se limpia, seca y trata. Despu¨¦s, explica Yarosh, se transporta en tren o cami¨®n hacia los puertos sure?os del mar Negro, desde donde se exporta principalmente a ?frica, China y los pa¨ªses b¨¢lticos. ¡°La cosecha del mes de julio es un problema porque con los silos llenos es imposible proceder a la recolecci¨®n a corto plazo¡±, explica.
Estos d¨ªas, en este silo del norte del pa¨ªs, hay m¨¢s personas reparando los da?os en las instalaciones que trabajadores preocupados por la cosecha. De los 94 empleados que hab¨ªa, 12 no han vuelto tras el ataque y tres m¨¢s se han sumado a los Cuerpos de Defensa Territorial surgidos para enfrentar al enemigo, detalla el encargado. ¡°Mientras la planta no vuelva a funcionar, nuestra forma de ayudar al pa¨ªs es regalar al Ej¨¦rcito la gasolina que ten¨ªamos guardada¡±, a?ade junto a la maltrecha maquinaria. ¡°Los ucranios no nos vamos a morir de hambre. Aceite y pan no nos va a faltar¡±, se?ala con iron¨ªa Serhii Yarosh en referencia al excedente de grano del que disponen. Son los pa¨ªses de destino los que van a sufrir el bloqueo, algo que trat¨® de hacer ver al ruso Vlad¨ªmir Putin el presidente de turno de la Uni¨®n Africana, el senegal¨¦s Macky Sall, este viernes en la ciudad de Sochi. ¡°El problema no es nuestro. Son ellos los que no van a sobrevivir¡±, insiste el director de Mlybor.
Ucrania export¨® el a?o pasado 201 millones de toneladas de trigo, pero su dimensi¨®n en el mercado global es may¨²sculo. Es el s¨¦ptimo productor global y el sexto exportador a escala mundial de trigo, el sexto de ma¨ªz y el cuarto exportador mundial de cebada, con 24 millones de toneladas. Sin embargo, su importancia es capital en los pa¨ªses m¨¢s pobres. T¨²nez compra a Ucrania un 53% del trigo que consume; Libia, el 44%; Egipto, el 26%; y pa¨ªses como India y Pakist¨¢n, casi un 50%. A ello hay que sumar el freno ruso a sus propias exportaciones de trigo, cebada y aceite comestible debido a las sanciones internacionales, lo que ha conducido al bloqueo mundial.
El intento turco por mediar en la crisis ha encontrado t¨ªmidos avances para crear un corredor que permita al puerto de Odesa operar, pero choca con la desconfianza mutua y una guerra de declaraciones que auguran una dura negociaci¨®n. Por un lado, Putin asegur¨® el viernes que no atacar¨ªa los puertos del mar Negro si Kiev accede al desminado para desbloquear el transporte de cereales; y recomend¨® a Ucrania utilizar a los pa¨ªses vecinos para sacar el grano. Por otro, el ministro ucranio de Exteriores, Dmitro Kuleba, exigi¨® garant¨ªas para evitar que un pasillo humanitario en el mar sirva para facilitar el temido desembarco ruso.
¡°Ucrania est¨¢ lista para crear las condiciones necesarias para reanudar las exportaciones desde el puerto de Odesa. La pregunta es c¨®mo asegurarse de que Rusia no abuse de la ruta comercial para atacar la ciudad. No hay garant¨ªas de Rusia hasta ahora¡±, escribi¨® el ministro Kuleba el viernes en Twitter. Paralelamente, poner en marcha camiones y trenes a trav¨¦s de Polonia o Rumania ¡°no cubrir¨ªa ni el 20% de lo que podr¨ªamos hacer a trav¨¦s del mar Negro¡±, dijo al Financial Times Aleksander Kubrakov, ministro de Infraestructura de Ucrania. Para desbloquear la situaci¨®n, el ministro ruso de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov, viajar¨¢ a Turqu¨ªa el mi¨¦rcoles, tras las exigencias de los pa¨ªses africanos de hallar una soluci¨®n al conflicto.
A unos 600 kil¨®metros del silo bombardeado en Chernihiv, una peque?a productora se derrumba sobre la mesa de un caf¨¦ recordando su situaci¨®n. Natalia Kirichenko es propietaria de 400 hect¨¢reas de trigo, ma¨ªz, cebada y girasol sembrados muy cerca de la frontera con Rusia, pero uno de sus cinco tractores salt¨® por los aires la semana pasada debido a una mina cuando uno de sus trabajadores trabajaba la tierra.
¡°El campo siempre ha sido un buen negocio en Ucrania, pero ahora todo est¨¢ echado a perder¡±, dice Kirichenko sobre la tierra sin trabajar y las instalaciones destruidas por las bombas. ¡°He tenido que vender el combustible almacenado para los tractores para tener algo de dinero ante la escasez de combustible¡±, explica al borde de las l¨¢grimas en un caf¨¦ de J¨¢rkov. ¡°Tengo miedo a ir a la finca porque est¨¢ llena de minas. Ni yo ni ning¨²n otro productor quiere volver al campo¡±, a?ade esta mujer sobre un terreno que produc¨ªa unas 300 toneladas de aceite de girasol para exportar y que daba empleo a cinco trabajadores.
Aunque los expertos consideran que la crisis alimentaria global comenz¨® mucho antes de la guerra, con un aumento promedio desde el a?o 2020 del 60% en el precio de los cereales, de los aceites o los l¨¢cteos, medio planeta aguanta la respiraci¨®n en busca de salidas a una hambruna que amenaza a decenas de millones de personas en Oriente Pr¨®ximo y ?frica.
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