La extrema derecha hace valer su nueva fuerza en la Asamblea Nacional francesa
Le Pen, que aument¨® de 8 a 89 el n¨²mero de diputados, logra dos vicepresidencias en el hemiciclo con apoyos macronistas. Pero la izquierda se hace con la decisiva comisi¨®n de Finanzas
A la extrema derecha de Marine Le Pen se le escap¨® este jueves el puesto m¨¢s deseado de la Asamblea Nacional de Francia: la presidencia de la estrat¨¦gica comisi¨®n de Finanzas, que supervisa los presupuestos. El cargo, vigente por un a?o, se lo ha arrebatado ?ric Cocquerel, diputado de Francia Insumisa y miembro de la alianza de izquierdas Nupes, que ha celebrado su elecci¨®n como una primera victoria legislativa de un hemiciclo m¨¢s fragmentado que nunca y sin mayor¨ªa absoluta. Un puzzle parlamentario que obligar¨¢ al presidente, Emmanuel Macron, a negociar, texto por texto, cada ley o reforma que quiera sacar adelante en su segundo mandato con la ayuda de su primera ministra, ?lisabeth Borne, a la que ha confirmado en su puesto pese al fiasco de las legislativas.
Hasta tres rondas de voto han sido necesarias para llegar al resultado que el Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen se ha apresurado a denunciar como una ¡°maniobra¡± para impedirle hacerse con la jefatura de una comisi¨®n tradicionalmente reservada a la primera fuerza de la oposici¨®n. Un t¨ªtulo que se disputan, desde las elecciones legislativas de junio, la extrema derecha, que con sus 89 diputados ha conseguido m¨¢s diputados que nunca antes en su historia, y la alianza de izquierdas, que suma 151 asientos en el hemiciclo, pero que est¨¢ dividida en varios grupos parlamentarios (el mayor, el de Francia Insumisa, solo tiene 75 esca?os). Adem¨¢s de su simbolismo, presidir la comisi¨®n de Finanzas permite el acceso a informaciones protegidas por el secreto fiscal.
Menos de 24 horas antes de esta votaci¨®n fundamental, los mismos diputados de izquierdas que ahora claman victoria hab¨ªan denunciado a su vez como un nuevo fracaso del cord¨®n sanitario la elecci¨®n de sendos miembros del partido de Le Pen para dos de las seis vicepresidencias del hemiciclo. Para lograr este hito en un Parlamento donde durante d¨¦cadas la extrema derecha fue pr¨¢cticamente irrelevante, necesitaron el apoyo de la mayor¨ªa macronista, que por su parte ha logrado imponer a la exministra Ya?l Braun-Pivet como la primera presidenta de la historia de la Asamblea Nacional, y de los conservadores Los Republicanos (LR).
El partido de Macron ¡°ha hecho votar al RN para facilitar el acceso de diputados de extrema derecha a la vicepresidencia de la Asamblea Nacional. Las m¨¢scaras caen¡±, critic¨® el diputado y secretario general de los ecologistas, Julien Bayou, la maniobra. La situaci¨®n ¡°ilustra la nueva Asamblea Nacional elegida por los franceses (¡) No es nuestro papel elegir a nuestra oposici¨®n, sino hacer respetar la voluntad de los franceses¡±, replic¨® la mayor¨ªa macronista, que en total suma 250 diputados (lejos de los 289 de la mayor¨ªa absoluta).
M¨¢s all¨¢ de los resultados, estas primeras votaciones ¨Dcon las alianzas de voto inter partidistas, acusaciones de romper el tradicional frente republicano contra la extrema derecha y los pulsos por el poder de esta semana¨D, son un primer indicio de lo complicado que va a tener gobernar Macron en su segundo y ¨²ltimo mandato sin el colch¨®n de la mayor¨ªa absoluta de su primer quinquenio.
Y las trabas no acaban en las puertas del Palais Bourbon, sede de la Asamblea Nacional. A las batallas parlamentarias se unen los problemas internos de un Gobierno que, a poco m¨¢s de un mes de su formaci¨®n, se prepara ya para una primera remodelaci¨®n.
Macron estipul¨® que todo ministro que optara a un esca?o y no lo lograra deb¨ªa dimitir, y este principio ha provocado la ca¨ªda de tres miembros de su gabinete: la ministra de Sanidad, Brigitte Bourgignon, la titular de Transici¨®n ecol¨®gica, Am¨¦lie de Montchalin, y la secretaria de Estado del Mar, Justine B¨¦nin, deber¨¢n dejar sus cargos. En la cuerda floja est¨¢ tambi¨¦n el ministro de Solidaridades, Autonom¨ªa y Discapacidades, Damien Abad. Este antiguo peso pesado de los conservadores ha sido acusado por varias mujeres, a trav¨¦s de la prensa y de forma an¨®nima, de abusos sexuales o intento de violaci¨®n. Hasta ahora, su jefa, Borne, se hab¨ªa negado a cesarlo alegando que no hab¨ªa proceso judicial en su contra. Pero las cosas podr¨ªan cambiar r¨¢pidamente: la Fiscal¨ªa de Par¨ªs anunci¨® el mi¨¦rcoles la apertura de una investigaci¨®n tras la presentaci¨®n, el lunes, de una denuncia de intento de violaci¨®n en 2010 por parte de una presunta v¨ªctima de Abad.
La primera ministra ha anunciado este jueves a trav¨¦s de la Agencia France Presse que el 6 de julio realizar¨¢, ante la Asamblea Nacional primero y ante el Senado despu¨¦s, su ¡°declaraci¨®n de pol¨ªtica general¡±, en la que presentar¨¢ su hoja de ruta para los pr¨®ximos cinco a?os. Para entonces, Borne ya deber¨ªa haber anunciado la recomposici¨®n de su gabinete.
Lo que no ha desvelado a¨²n la primera ministra es si, como reclama la izquierda, aceptar¨¢ someterse a un voto de confianza de la Asamblea Nacional tras su discurso. Un voto negativo ¡ªque, tras la p¨¦rdida de la mayor¨ªa absoluta, no es un imposible¡ª supondr¨ªa la dimisi¨®n de todo su Gobierno, incluida la primera jefa de Gobierno en tres d¨¦cadas. Su posici¨®n hab¨ªa estado en duda tras el fiasco en las legislativas, pero en una entrevista con la agencia AFP el pasado fin de semana, Macron asegur¨® que hab¨ªa decidido ¡°confirmar su confianza en Borne¡± y encargarle un ¡°nuevo Gobierno de acci¨®n¡±, cuya composici¨®n revisar¨ªan juntos a su regreso, este jueves, de su semana internacional de cumbres del G7 primero en Alemania y de la OTAN despu¨¦s en Madrid. El trabajo no ha hecho m¨¢s que comenzar.
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