Macron busca f¨®rmulas para evitar la par¨¢lisis tras el rev¨¦s en las elecciones legislativas en Francia
La nueva Asamblea Nacional, sin mayor¨ªas, fuerza al compromiso en un pa¨ªs poco habituado a los pactos parlamentarios. El presidente puede intentar construir una mayor¨ªa con la derecha, reticente al acuerdo


Emmanuel Macron no estaba preparado para esto dos meses despu¨¦s de salir reelegido en las elecciones presidenciales. Encerrado en el mutismo y rodeado de su equipo m¨¢s cercano en el palacio del El¨ªseo, sopesa los pr¨®ximos pasos y redise?a un segundo quinquenio en el que su poder se ha encogido. Tras encajar el mayor rev¨¦s de su breve carrera pol¨ªtica, se ve forzado por las circunstancias a aprender ¡ª¨¦l, que quer¨ªa ser un jefe de Estado jupiterino, una especie de monarca republicano¨D el arte del pacto y la concesi¨®n.
El presidente franc¨¦s no estaba listo para la sanci¨®n contra ¨¦l en las elecciones legislativas del domingo. Tampoco para una Asamblea Nacional en la que, pese a que la coalici¨®n macronista Ensemble tendr¨¢ el mayor grupo parlamentario, queda lejos de la mayor¨ªa absoluta, y deber¨¢ buscar aliados para aprobar cualquier ley y evitar la par¨¢lisis en Francia.
Sobre el papel, el presidente podr¨ªa construir una mayor¨ªa con la derecha, de entrada reticente al pacto. O buscar alianzas caso por caso para sumar la mayor¨ªa. Si ninguna de estas opciones funciona, le queda una tercera: disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.
Las c¨²pulas de los partidos y el El¨ªseo empezaron este lunes a dise?ar estrategias y mover fichas, mientras los nuevos diputados llegaban a un hemiciclo que, de repente, se convierte en el centro de la vida pol¨ªtica tras a?os de marginaci¨®n.
La situaci¨®n es in¨¦dita desde 1958, cuando el general Charles de Gaulle fund¨® la actual V Rep¨²blica como un r¨¦gimen presidencialista destinado a acabar con una inestabilidad parlamentaria que ahora amenaza con regresar.
Macron se ha mantenido callado desde el domingo. Este martes y el mi¨¦rcoles ha invitado al El¨ªseo a los l¨ªderes de los futuros grupos parlamentarios, informa la agencia France Presse, una toma de contacto ante la complicada legislatura.
La costumbre manda que, tras las legislativas, el primer ministro presente al presidente su dimisi¨®n y la del Gobierno, y que el presidente lo vuelva a nombrar inmediatamente. Ni un movimiento, por ahora.
La ins¨®lita ausencia de una mayor¨ªa parlamentaria tras la reelecci¨®n del presidente tiene un precedente. Fran?ois Mitterrand y su primer ministro Michel Rocard tampoco obtuvieron una mayor¨ªa absoluta en las legislativas de 1988, pero se quedaron m¨¢s cerca que Macron, y pudieron gobernar con acuerdos puntuales y a golpe de decreto.
¡°No hay alternativa a la uni¨®n para garantizar a nuestro pa¨ªs la estabilidad y conducir las reformas necesarias¡±, dijo el domingo por la noche la primera ministra, ?lisabeth Borne, ahora en la cuerda floja. ¡°Deberemos incluir sensibilidades m¨²ltiples y debemos construir buenos compromisos para actuar al servicio de Francia¡±, apunt¨®.
Pese a aparecer como los derrotados de estas legislativas, los macronistas de Ensemble ser¨¢n, a larga distancia del resto, el grupo con m¨¢s esca?os en la Asamblea Nacional: 246. El problema es la ca¨ªda abrupta en el n¨²mero de diputados: en la legislatura anterior ten¨ªa 345. La primera fuerza de oposici¨®n ser¨¢, en teor¨ªa, la Nueva Uni¨®n Popular Ecol¨®gica y Social (NUPES), liderada por el euroesc¨¦ptico y anticapitalista Jean-Luc M¨¦lenchon y que incluye a socialistas, ecologistas y comunistas. Ocupar¨¢n, seg¨²n el recuento oficial, 131 esca?os, y algunos m¨¢s si se incluye a candidatos de izquierdas en los territorios de ultramar.
El ¨²nico partido que el domingo se sent¨ªa vencedor es el Reagrupamiento Nacional (RN), de Marine Le Pen, con 89 diputados. La extrema derecha ha pasado, en cinco a?os, de ocupar ocho esca?os a ser la tercera fuerza en la Asamblea Nacional. O la segunda, como reclama Le Pen. Porque los lepenistas se?alan que, en realidad, NUPES no formar¨¢ un grupo parlamentario: sus componentes (melenchonistas de La Francia Insumisa (LFI), socialistas, comunistas y ecologistas) tendr¨¢n cada uno su propio grupo parlamentario. De estos, el m¨¢s numeroso es LFI, pero solo tiene 75 diputados, 14 menos que el RN de Le Pen.
Ser el primer grupo de oposici¨®n puede tener consecuencias en el reparto del poder parlamentario. Por tradici¨®n, se cede a la oposici¨®n la presidencia de la decisiva Comisi¨®n de Finanzas de la Asamblea Nacional. Le Pen sostiene que le corresponde al RN.
¡°LA NUPES deber¨ªa constituirse como grupo ¨²nico en el Parlamento para formar una oposici¨®n unida¡±, opin¨® el lunes M¨¦lenchon, que no era candidato a un esca?o en estas legislativas, pero sigue ejerciendo de l¨ªder de la coalici¨®n. Socialistas, ecologistas y comunistas rechazaron la propuesta. El Partido Socialista (PS) tambi¨¦n se distanci¨® de otra propuesta de LFI, el partido de M¨¦lenchon: presentar el 5 de julio una moci¨®n de censura contra Borne. La alianza izquierdista muestra las primeras grietas.
Macron tiene dos opciones si quiere que la legislatura dure. Una consiste en buscar un acuerdo permanente de coalici¨®n. La ¨²nica opci¨®n para sumar m¨¢s de los 289 esca?os, que marcan el umbral de la mayor¨ªa absoluta, es un acuerdo con Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional, el de los presidentes Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy. Cuenta con 64 diputados.
La alianza con LR, mayoritario en el Senado, dar¨ªa estabilidad al Gobierno y le permitir¨ªa impulsar reformas como la de las pensiones, asociadas en Francia a la derecha. Tampoco supondr¨ªa un viraje ideol¨®gico abrupto. Macron tuvo, en el primer quinquenio, a dos primeros ministros procedentes de LR. Y los dos ministros m¨¢s prominentes del actual Gobierno (el de Econom¨ªa y Finanzas, Bruno Le Maire, y el del Interior, G¨¦rald Darmanin) militaron en el mismo partido.
¡°Seguiremos en la oposici¨®n¡±, avis¨® el presidente de LR, Christian Jacob, en la noche electoral. Puede entenderse que es una negativa tajante. O como la se?al de que vender¨¢ caro un pacto que, en todo caso, obligar¨ªa a una remodelaci¨®n a fondo del Gobierno y quiz¨¢ a la marcha de Borne, identificada con el ala socialdem¨®crata del macronismo. Tampoco es seguro que todo el grupo republicano quisiera sumarse al acuerdo. El sector m¨¢s derechista se siente m¨¢s cerca de Le Pen que de Macron.
La segunda opci¨®n para el presidente: en vez de buscar una coalici¨®n permanente, buscar aliados ocasionales. Para las leyes sociales o medioambientales, los socialistas y ecologistas. Para pol¨ªticas econ¨®micas o de seguridad, LR.
Sea cual sea la opci¨®n, supondr¨ªa una ruptura con las pr¨¢cticas habituales en la V Rep¨²blica, dise?ada para dar en las legislativas una mayor¨ªa s¨®lida a un partido o coalici¨®n de partidos, preferentemente el del presidente. Pero el hundimiento de los partidos tradicionales (el Partido Socialista y LR) desde que Macron lleg¨® al poder, en 2017, ha trastocado todos los equilibrios. En las ¨²ltimas presidenciales Francia se parti¨® en tres (M¨¦lenchon, Macron, Le Pen) y lo ha reafirmado en las legislativas. Nadie tiene la mayor¨ªa, pero tampoco las fuerzas de oposici¨®n, antag¨®nicas entre s¨ª, pueden formar mayor¨ªas alternativas.
La idea de pactos parlamentarios o consensos es ajena a la cultura pol¨ªtica de la Francia contempor¨¢nea. Se asocia a la inestabilidad de la IV Rep¨²blica, en la que los gobiernos duraban meses, o d¨ªas. Ahora el pa¨ªs afronta un dilema: pacto o par¨¢lisis. El quinquenio se le puede acabar haciendo muy largo a Macron.
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