La unidad de Bosnia como Estado multi¨¦tnico se juega en unos comicios con baja participaci¨®n

Pocos meses despu¨¦s de cumplirse el 30? aniversario del inicio de su devastadora guerra, Bosnia Herzegovina ha celebrado este domingo unas elecciones decisivas para su futuro como Estado multi¨¦tnico. Las demandas soberanistas por parte de los nacionalistas serbios y croatas, que han sellado una in¨¦dita alianza en estos comicios, amenazan la estabilidad de las instituciones nacidas de los acuerdos de paz de Dayton de 1995. Aunque las tensiones entre los principales partidos pol¨ªticos serbios, croatas y bosn¨ªacos ¡ªlos bosnios de religi¨®n musulmana¡ª siempre han marcado la pol¨ªtica del pa¨ªs, Bosnia atraviesa su m¨¢s grave crisis pol¨ªtica desde el final de la guerra. Los primeros datos de voto escrutado, en unos comicios marcados por la baja participaci¨®n, sugieren que los partidos multi¨¦tnicos podr¨ªan imponerse a los nacionalistas en algunas regiones importantes, sobre todo en las presidenciales, lo que aleja el fantasma de la participaci¨®n del pa¨ªs.

El principal l¨ªder nacionalista serbio, Milorad Dodik, anunci¨® el a?o pasado un proceso de secesi¨®n como respuesta a la aprobaci¨®n de una ley que tipifica como delito la negaci¨®n del genocidio que tuvo lugar en Srebrenica en 1995, donde fuerzas paramilitares serbias masacraron a miles de civiles bosn¨ªacos. Sin embargo, Dodik, un estrecho aliado del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, ha puesto el freno de mano tras la contundente reacci¨®n occidental en forma de sanciones a la invasi¨®n rusa de Ucrania. No obstante, los expertos temen que una clara victoria de su partido, el SNSD, pueda relanzar su desaf¨ªo independentista.

¡°Aunque suene extra?o, el mayor peligro inminente para el Estado bosnio es el comportamiento de los nacionalistas croatas. Sus resultados en estas elecciones ser¨¢n claves¡±, sostiene el analista Reuf Bajrovic. La hostilidad del nacionalismo serbio hacia el proyecto de una Bosnia multi¨¦tnica ha sido una constante desde su creaci¨®n a ra¨ªz del sangriento desmembramiento de Yugoslavia. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os el principal partido croata, el HDZ, ha sido el que ha bloqueado las instituciones para exigir una modificaci¨®n de los acuerdos de Dayton. Su alianza con el nacionalismo serbio ha despertado viejos demonios, pues en una fase de la guerra de los a?os noventa, los presidentes de Croacia y Serbia, Franjo Tudjman y Slodoban Milosevic, acordaron dividirse el territorio bosnio. No obstante, las presiones de la comunidad internacional frustraron el pacto.

En Mostar, una ciudad agriamente dividida por la guerra entre una mitad croata y otra bosn¨ªaca, no es dif¨ªcil encontrar ciudadanos que detallen los agravios croatas. ¡°No es justo que los representantes croatas no sean elegidos solo por los votantes croatas. Tal como est¨¢ hecho el sistema, cada grupo mira para sus propios intereses¡±, comenta Dario, un joven profesional, a la salida de un colegio electoral de una zona croata.

Cuotas ¨¦tnicas

En Bosnia, el ¡°sistema¡± es el dise?o institucional recogido en los acuerdos de Dayton, patrocinado por Washington, y que se basa en una repartici¨®n de los cargos pol¨ªticos a partir de cuotas ¨¦tnicas. As¨ª, por ejemplo, la presidencia del pa¨ªs es un ¨®rgano colegiado compuesto por un representante de cada uno de los tres ¡°pueblos constituyentes¡±, es decir, un serbio, un croata y un bosn¨ªaco. Adem¨¢s, los acuerdos de paz crearon dos entidades subestatales aut¨®nomas, la Rep¨²blica Srpska y la Federaci¨®n de Bosnia Herzegovina, que re¨²ne las zonas de mayor¨ªa croata y bosn¨ªaca. Mientras los croatas son solo el 15% de la poblaci¨®n total del pa¨ªs, los bosn¨ªacos superan el 50%, lo que permite que el representante croata en la presidencia tripartita pueda ser escogido por los electores bosn¨ªacos, origen del malestar croata.

Christian Schmidt, el alto representante de la comunidad internacional que goza de unos poderes a veces comparados con los de un virrey, agit¨® la noche electoral al anunciar tras el cierre de los colegios cambios legales de enjundia para dificultar el bloqueo de las instituciones, Las reformas pretenden tambi¨¦n acomodar las demandas croatas respecto a la ley electoral, algo que hab¨ªa suscitado una fuerte oposici¨®n en la comunidad bosn¨ªaca. El principal partido bosn¨ªaco, el SDA, tambi¨¦n nacionalista, ha utilizado en esta campa?a una ret¨®rica no menos incendiaria que las de sus hom¨®logos serbios y croatas. Sefia Itzebegovic, esposa del l¨ªder de SDA y candidata a diputada, describi¨® en un mitin a los bosn¨ªacos que votan a otros partidos como ¡°perdedores que nos llevar¨¢n de nuevo por horrendos caminos ¡­ a los campos de concentraci¨®n, a los lugares de ejecuciones y a las fosas comunes¡±.

Las menciones a la guerra que seg¨® la vida de m¨¢s de 100.000 personas son habituales en campa?a por parte de los partidos nacionalistas. Aunque, elecci¨®n tras elecci¨®n, estos han obtenido una clara mayor¨ªa de m¨¢s de un 70% de los votos, cada vez se detecta un mayor hast¨ªo hacia la clase pol¨ªtica tradicional. As¨ª, la abstenci¨®n ha ido ganando terreno, y en la ¨²ltima contienda electoral se acerc¨® al 50%. ¡°He tachado el s¨ªmbolo de todos los partidos en mi papeleta. Son todos unos ladrones. Ninguno merece mi voto¡±, espeta Ibrahim, un jubilado de 80 a?os que camina por los confines de un barrio musulm¨¢n de Mostar.

Seg¨²n la clasificaci¨®n de la organizaci¨®n Transparencia Internacional, que mide la percepci¨®n de corrupci¨®n en los ciudadanos de los distintos pa¨ªses, Bosnia Herzegovina es el segundo pa¨ªs m¨¢s corrupto de Europa, una de las razones que le ha impedido alcanzar su estatus de candidato a la UE. Un a?o m¨¢s, en las redes sociales se ha denunciado la compra de votos por parte de los principales partidos, poseedores de unas tupidas redes clientelares. Mientras tanto, la econom¨ªa permanece estancada, y el paro juvenil se acerca al 25%. En el ¨²ltimo lustro, m¨¢s de 300.000 personas han emigrado, la mayor¨ªa j¨®venes. ¡°Si vuelven a ganar los nacionalistas, me plantear¨¦ emigrar. No habr¨¢ futuro para este pa¨ªs¡±, confiesa Teo, que vivi¨® en Espa?a como refugiado de ni?o y conserva un n¨ªtido castellano.

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