Erdogan abre la puerta de la OTAN a Finlandia pero mantiene su veto a Suecia
Turqu¨ªa y Hungr¨ªa se convierten en el ¨²ltimo lastre para la incorporaci¨®n de los pa¨ªses n¨®rdicos a la Alianza al no llevar los protocolos de adhesi¨®n a sus parlamentos
Turqu¨ªa y Hungr¨ªa se han convertido en el ¨²ltimo escollo para que Finlandia y Suecia entren en la OTAN, como aprobaron de forma expr¨¦s los miembros de la Alianza en la cumbre de Madrid del pasado junio. Sus parlamentos son los ¨²nicos de los 30 socios que todav¨ªa no han ratificado los protocolos de adhesi¨®n. En un giro de guion, Ankara ha abierto ahora la puerta a la adhesi¨®n de Finlandia, pero las negociaciones con Suecia siguen encalladas. Turqu¨ªa est¨¢ dispuesta a mantener su veto hasta lograr concesiones.
¡°Mientras las organizaciones terroristas sigan manifest¨¢ndose en Suecia, mientras sigan representadas en el Parlamento, nuestra posici¨®n hacia Suecia no ser¨¢ positiva¡±, afirm¨® el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en una rueda de prensa el jueves en la primera cumbre de la Comunidad Pol¨ªtica Europea en Praga. En cambio, al referirse a Finlandia, dej¨® abierta la posibilidad de que Turqu¨ªa apruebe su entrada a la OTAN si se vota su candidatura por separado: ¡°Mantuve una breve conversaci¨®n con la se?ora [primera ministra, Sanna Marin], que fue bien. Le expliqu¨¦ que nuestras relaciones con Finlandia son diferentes de aquellas con Suecia, porque en Finlandia los terroristas no campan a sus anchas¡±.
Ankara present¨® varias demandas a Helsinki y a Estocolmo y, por el momento, se da por satisfecha con la respuesta recibida del Ejecutivo finland¨¦s. En cambio, las negociaciones con Suecia se han topado con importantes obst¨¢culos: Ankara considera que el pa¨ªs escandinavo no est¨¢ cumpliendo los compromisos adoptados en Madrid. Y eso a pesar de que la agencia sueca encargada de otorgar licencias para la exportaci¨®n de armamento anunci¨® la semana pasada que ha levantado el embargo que pesaba desde 2019, a ra¨ªz de una incursi¨®n militar turca contra las milicias kurdas de Siria.
El principal escollo se debe a la presencia en Suecia de una importante comunidad kurda, muchos de ellos emigrados desde Turqu¨ªa durante los periodos m¨¢s duros del conflicto entre el grupo armado Partido de los Trabajadores de Kurdist¨¢n (PKK) y las fuerzas de seguridad turcas, cuando se recurri¨® a t¨¢cticas de guerra sucia y desapariciones. No es infrecuente, por ello, que en las calles de Estocolmo haya manifestaciones con los emblemas del PKK, que est¨¢ incluido en las listas de organizaciones terroristas de la Uni¨®n Europea y Estados Unidos.
M¨¢s compleja es la situaci¨®n respecto a las milicias kurdas YPG, en cuyo territorio en Siria Suecia financia proyectos de ayuda al desarrollo. Este grupo es considerado terrorista por Ankara, dada su relaci¨®n org¨¢nica con el PKK, pero no por la UE y EE UU, para quien ha sido el principal aliado sobre el terreno en la lucha contra el Estado Isl¨¢mico. Turqu¨ªa ha exigido a Suecia la extradici¨®n de una treintena de ciudadanos turcos, si bien entre los nombres filtrados a la prensa turca no se halla nadie con delitos de sangre, lo que dificulta a las autoridades suecas cumplir con las demandas. Esta semana, estaba prevista una visita a Turqu¨ªa de una delegaci¨®n sueca para tratar esta cuesti¨®n, pero las negociaciones se han visto empa?adas por la airada protesta del Gobierno turco sobre un programa sat¨ªrico de la televisi¨®n p¨²blica de Suecia en el que se caricaturiz¨® a Erdogan.
En Praga, el presidente turco mantuvo una breve conversaci¨®n con la primera ministra saliente de Suecia, la socialdem¨®crata Magdalena Andersson, pero explic¨® que esperar¨¢ a la formaci¨®n del nuevo Gobierno tras las elecciones del mes pasado en las que venci¨® el bloque conservador. En Ankara creen que un Gobierno m¨¢s escorado a la derecha ser¨¢ m¨¢s proclive a sus exigencias que el saliente de izquierdas, cuya mayor¨ªa parlamentaria depend¨ªa de una diputada de origen kurdo-iran¨ª, la exguerrillera Amineh Kakabaveh, una de cuyas demandas hab¨ªa sido mantener el apoyo a la causa kurda.
Hungr¨ªa, en la indefinici¨®n
Hungr¨ªa sigue la l¨ªnea habitual del Gobierno ultraconservador de Viktor Orb¨¢n: estirar la indefinici¨®n en el tiempo mientras juegue a su favor. Budapest no ha dicho que vaya a rechazar la adhesi¨®n de los pa¨ªses n¨®rdicos a la Alianza, pero tampoco ha mostrado urgencia alguna en aprobarla. Con el retraso, consigue adem¨¢s proyectar la sombra del veto, una herramienta que emplea con frecuencia en pol¨ªtica exterior. En los ¨²ltimos meses, el Gobierno de Orb¨¢n, aliado del Kremlin, ha lastrado la aprobaci¨®n de algunas rondas de sanciones de la UE contra Rusia y ha puesto en riesgo la unidad frente a Vlad¨ªmir Putin.
Budapest estuvo de acuerdo en la cumbre de Madrid en comenzar el camino para que Suecia y Finlandia se sumen a la Alianza, pero siempre se mostr¨® sensible al ¡°punto de vista de Turqu¨ªa¡±. Con todo, el Gobierno de Orb¨¢n envi¨® al Parlamento los protocolos de adhesi¨®n en julio. El problema es que el asunto todav¨ªa no est¨¢ en la agenda parlamentaria.
El partido socialista de Hungr¨ªa (MSZP) trat¨® el lunes de forzar la votaci¨®n y propuso al Parlamento introducir en el orden del d¨ªa del martes la promulgaci¨®n de los protocolos. La propuesta fue rechazada por el presidente de la C¨¢mara, que argument¨® normas parlamentarias. Fidesz, el partido de Orb¨¢n, apoy¨® la decisi¨®n.
Ese movimiento en el Parlamento ha sorprendido a Istv¨¢n Kiss, director ejecutivo del think tank Danube Institute, cercano al Ejecutivo. ¡°No descarto que [Fidesz] quiera utilizarlo como moneda de cambio¡±, responde sobre la posibilidad de que el retraso en la ratificaci¨®n sea intencionado, pero recuerda que los problemas de Hungr¨ªa son con la UE ¡ªque ha iniciado el mecanismo de condicionalidad con el que puede bloquearle la financiaci¨®n europea¡ª, no con la OTAN. Kiss prefiere pensar que si Hungr¨ªa no ha aprobado ya los protocolos es porque tiene problemas internos m¨¢s acuciantes y cree que terminar¨¢ haci¨¦ndolo. ¡°Pero solo estoy seguro al 90%, porque nunca se sabe¡±, concluye.
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