Las presidenciales de 2024 en EE UU empiezan el martes
La salud democr¨¢tica, la agenda legislativa de Biden y las pr¨®ximas elecciones dependen del resultado de unos comicios de medio mandato decisivos
Estados Unidos afronta este martes una jornada crucial para su futuro. Las elecciones de mitad de mandato siempre han sido consideradas relativamente menores en comparaci¨®n con las de los a?os de las presidenciales. Sin embargo, el propio presidente, Joe Biden, ha hecho esta semana un llamamiento dram¨¢tico a los electores nada menos que para salvar la democracia. ¡°Son las elecciones m¨¢s importantes de nuestra vida. No es una hip¨¦rbole. Va a dar forma a lo que ser¨¢n las pr¨®ximas dos generaciones. No es una broma. Porque muchas cosas est¨¢n cambiando... muchas cosas¡±, insist¨ªa este jueves en Nuevo M¨¦xico.
Hip¨¦rbole o no, las elecciones del 8 de noviembre son las primeras que se celebran tras el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 por parte de una turba azuzada por la gran mentira del expresidente Donald Trump de que le hab¨ªan robado las elecciones presidenciales de 2020. Gran parte de los candidatos del Partido Republicano sostienen a¨²n ese bulo, que ha servido para movilizar a su base electoral. La democracia o, cuando menos, la salud de la democracia est¨¢ en parte en juego en las urnas en un pa¨ªs m¨¢s polarizado que nunca.
John Zogby, experto electoral, fundador y socio principal de Zogby Strategies, se ha referido a la mayor¨ªa de las elecciones estadounidenses desde el a?o 2000 como ¡°elecciones del apocalipsis¡±. ¡°Traducido: si gana mi bando, gracias a Dios; si gana el suyo, es el fin del mundo tal y como lo conocemos. Pues bien, esta es otra elecci¨®n apocal¨ªptica, pero apocal¨ªptica-plus. Porque en todas las del pasado, ha habido un conjunto de temas comunes en los que todo el mundo est¨¢ de acuerdo. Hoy, hay dos partidos diferentes, con dos conjuntos diferentes de cuestiones, dos realidades y dos conjuntos diferentes de hechos para apoyar esas realidades. Son como dos planetas que giran alrededor del sol en ¨®rbitas separadas¡±, explicaba hace unos d¨ªas en una conversaci¨®n con periodistas internacionales.
El martes se renuevan los 435 miembros de la C¨¢mara de Representantes, con un mandato de dos a?os y una distribuci¨®n por Estados en proporci¨®n a su poblaci¨®n, y 35 de los 100 esca?os del Senado, donde los elegidos lo son por seis a?os (cada Estado tiene dos senadores con independencia de la poblaci¨®n y cada dos a?os se renueva aproximadamente un tercio). Las encuestas apuntan a una relativamente c¨®moda victoria republicana en la C¨¢mara de Representantes, mientras que en el Senado el resultado est¨¢ muy ajustado.
Aunque el Senado tiene algunas funciones exclusivas importantes, como el examen y ratificaci¨®n de determinados nombramientos, entre ellos, los de jueces federales y del Tribunal Supremo, el control de una sola C¨¢mara ya permitir¨ªa a los republicanos hacer la vida imposible a Biden en la segunda mitad de su mandato. Libby Cantrill, directora general responsable de pol¨ªticas p¨²blicas de Pimco, una de las mayores gestoras de renta fija del mundo, destaca entre las consecuencias de ese control republicano de una o de las dos C¨¢maras ¡°la obstrucci¨®n y la supervisi¨®n¡±.
La agenda legislativa
¡°Habr¨¢ una congelaci¨®n de la agenda legislativa de Biden¡±, sostiene Cantrill. Desde el punto de vista econ¨®mico, eso supondr¨¢ que no habr¨¢ medidas fiscales, como la subida del impuesto a las petroleras por sus beneficios excepcionales. Pero, tambi¨¦n, que las promesas de Biden de regular el aborto como un derecho en todo el pa¨ªs, recuperando por v¨ªa legal la derogada jurisprudencia de Roe contra Wade, o la de prohibir las armas de asalto quedar¨¢n en papel mojado, porque cualquier ley necesita la aprobaci¨®n de las dos C¨¢maras. Lo mismo ocurrir¨ªa con otras medidas como la de mejorar el acceso a las guarder¨ªas y universidades y con los planes de aprobar nuevas normas que blinden el ejercicio del derecho al voto o combatan la discriminaci¨®n racial.
En cuanto a la ¡°supervisi¨®n¡±, es una forma suave de denominar el f¨¦rreo marcaje al que republicanos con sed de venganza quieren someter al Gobierno de Biden. En la memoria de muchos de ellos est¨¢n los dos impeachment o procesos pol¨ªticos a que los dem¨®cratas sometieron a Trump y quieren pagar con la misma moneda.
Los republicanos ya han se?alado como primer objetivo al secretario de Interior, Alejandro Mayorkas, por la ¡°invasi¨®n¡± de Estados Unidos, que es como los trumpistas llaman a la entrada r¨¦cord de inmigrantes sin papeles por la frontera con M¨¦xico. El punto de mira tambi¨¦n est¨¢ puesto en el Departamento de Justicia, con el fiscal general, Merrick Garland, al frente, y la propia Oficina Federal de Investigaci¨®n (FBI) por el registro de Mar-a-Lago, la mansi¨®n de Donald Trump en Palm Beach (Florida). Una forma de convertir a los investigadores en investigados. Si sus opositores encuentran un motivo (o una excusa) para ello, el propio Biden puede ser sometido a un impeachment, aunque no tenga ninguna opci¨®n de prosperar.
Adem¨¢s, una mayor¨ªa republicana puede querer desquitarse del comit¨¦ que investiga el asalto al Capitolio y crear comisiones sobre la gesti¨®n de la pandemia, la retirada de las tropas de Afganist¨¢n, la condonaci¨®n parcial de pr¨¦stamos a estudiantes, la pol¨ªtica con China... ¡°Cada rinc¨®n de la Administraci¨®n de Biden estar¨¢ sujeta al escrutinio de los republicanos¡±, indica Cantrill. Y no solo eso, tambi¨¦n quieren hacer da?o al presidente investigando los negocios de su hijo Hunter.
Las presidenciales de 2024
El techo de deuda, que tiene que ser aprobado por el Congreso, es otra arma que puede tentar a los republicanos para arrancar concesiones a Biden. Si no se sube, puede atenazar al Gobierno y amenazar con un cierre de servicios p¨²blicos probablemente a lo largo del pr¨®ximo a?o. Algunos dem¨®cratas pretenden que el Congreso saliente lo eleve antes de disolverse para evitar ese problema en la segunda mitad del mandato de Biden. Y, adem¨¢s, los republicanos se opondr¨ªan a medidas fiscales para estimular la econom¨ªa en caso de que Estados Unidos entre el a?o pr¨®ximo, como muchos analistas prev¨¦n, en recesi¨®n. ¡°Los republicanos simplemente no tienen ganas de ayudar a Biden o a los dem¨®cratas de cara a 2024¡å, sostiene Cantrill.
Las presidenciales de 2024 se empiezan a jugar tambi¨¦n este martes. Trump est¨¢ dispuesto a anunciar su candidatura para volver a la Casa Blanca en los d¨ªas posteriores a un eventual triunfo republicano. Adem¨¢s, junto a los congresistas, en estas elecciones se elige a numerosos cargos estatales encargados de supervisar esos comicios y entre los candidatos republicanos a ocuparlos hay m¨²ltiples negacionistas electorales, con el riesgo que eso supone.
Una derrota dem¨®crata puede avivar las voces en el partido que creen que Biden, que cumple 80 a?os este mes y es el presidente de mayor edad en la historia de Estados Unidos, no deber¨ªa presentarse a la reelecci¨®n, aunque ¨¦l asegura que tiene la intenci¨®n de hacerlo. No solo eso; sea hip¨¦rbole o no, Biden a¨²n se muestra confiado en la victoria en las legislativas. ¡°Creo que vamos a ganar. Me siento muy bien con nuestras posibilidades. Creo que vamos a mantener el Senado y ganar un esca?o y que tenemos una oportunidad de ganar en la C¨¢mara [de Representantes]. No creo que vayamos a no ganar... mantener la C¨¢mara¡±, dec¨ªa este viernes de forma un poco enrevesada a preguntas de los periodistas.
La Historia juega en contra de Biden. Tradicionalmente, el partido del presidente pierde esca?os en las elecciones de mitad de mandato. Es as¨ª desde que existen las elecciones intermedias directas y as¨ª ha ocurrido salvo en 1934 (Franklin D. Roosevelt), 1998 (Bill Clinton) y 2002 (George W. Bush). En el Senado hay alguna excepci¨®n m¨¢s, pero no demasiadas: en el ¨²ltimo siglo solo lograron mejorar su posici¨®n Roosevelt (1934), John F. Kennedy (1962), Richard Nixon (1970), George W. Bush (2002) y Donald Trump (2018).
Las encuestas
Los dem¨®cratas tienen en la C¨¢mara baja una mayor¨ªa de 222 a 213 esca?os. Con perder cinco, quedar¨ªan en minor¨ªa. Con la delimitaci¨®n partidista de los distritos (el llamado gerrymandering), de los 435 se puede decir que hay unos 365 esca?os ya decididos (de ellos, 200 para los republicanos). Del resto, solo entre 30 y 40 son realmente competitivos y los dem¨®cratas necesitar¨ªan ganar pr¨¢cticamente el 90% de ellos para mantener la mayor¨ªa, seg¨²n las encuestas.
En el Senado, dem¨®cratas y republicanos tienen cada uno 50 senadores (el empate lo deshace la vicepresidenta, Kamala Harris). De los 35 puestos que se renuevan, los republicanos defienden 21 y los dem¨®cratas, solo 14. Cada partido tiene casi garantizado llegar a 46 esca?os y todo se decide en ocho Estados. Los republicanos van por delante en Carolina del Norte, Ohio y Wisconsin y los dem¨®cratas tienen algo de margen en New Hampshire y Arizona. Si las encuestas no se equivocan, el control del Senado lo mantendr¨¢ quien gane en dos de estos tres Estados: Nevada, Pensilvania y Georgia.
El control republicano del Senado no solo acentuar¨ªa la vigilancia sobre el Gobierno de Biden, sino que tambi¨¦n permitir¨ªa bloquear nombramientos importantes, particularmente los de jueces federales. Si los dem¨®cratas ven que pierden el control pueden tratar de acelerar la ratificaci¨®n de nombramientos antes de que se haga efectiva la renovaci¨®n de la C¨¢mara alta.
Junto al Congreso, se eligen numerosos cargos estatales y locales, incluidos los gobernadores de 36 Estados. Adem¨¢s, se celebran 132 refer¨¦ndums en 37 Estados sobre asuntos tan variados como el aborto, la legalizaci¨®n de la marihuana, la sindicaci¨®n obligatoria, las restricciones al voto, el r¨¦gimen de trabajos forzados o semiesclavitud de los presos, la legalizaci¨®n de las apuestas deportivas o el salario m¨ªnimo de los camareros (l¨¦ase, el fin de las altas propinas cuasi obligatorias).
Del resultado del pr¨®ximo martes dependen el derecho al aborto, las armas de fuego, los derechos de voto, el margen de endeudamiento, la pol¨ªtica fiscal, la salud de la democracia, las presidenciales de 2024 o la vigilancia del Gobierno. ?Y la inflaci¨®n? Curiosamente, el problema que m¨¢s preocupa a los votantes, el que m¨¢s castiga a Biden y el que parece inclinar la balanza del lado republicano solo se ver¨¢ afectado marginamente por cu¨¢l sea la composici¨®n del Congreso. Para eso est¨¢ la Reserva Federal.
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