Exposici¨®n did¨¢ctica de ideas, conjeturas o hip¨®tesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados ¡ªno necesariamente del d¨ªa¡ª que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima m¨¢s al g¨¦nero de opini¨®n, pero se diferencia de ¨¦l en que no juzga ni pronostica, sino que s¨®lo formula hip¨®tesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relaci¨®n datos dispersos
Ratzinger, el Papa bifronte
Su conversi¨®n del progresismo al conservadurismo teol¨®gico le vali¨® una ascensi¨®n en la carrera eclesi¨¢stica. Su renuncia demostr¨® que fue un pont¨ªfice fiel a su conciencia
Conoc¨ª al hoy fallecido papa em¨¦rito, Benedicto XVI, el papa alem¨¢n, Ratzinger, durante el Concilio Vaticano II del que el entonces brillante y joven te¨®logo era uno de los consejeros e inspiradores del progresista episcopado alem¨¢n.
Acabado el Concilio, aquel te¨®logo abierto a los cambios que la Iglesia acababa de sancionar, cambi¨® de ruta, se convirti¨® en un duro conservador, apel¨® contra las decisiones progresistas del Concilio y hasta escribi¨® un libro en contra.
Su conversi¨®n del progresismo al conservadurismo teol¨®gico le vali¨® una ascensi¨®n en la carrera eclesi¨¢stica. Le hicieron obispo, despu¨¦s cardenal y prefecto de la Congregaci¨®n de la Fe, la antigua Inquisici¨®n desde donde conden¨® a las figuras m¨¢s destacadas de la Teolog¨ªa de la Liberaci¨®n, entre ellas al brasile?o Leonarfo Boff.
En Roma, lo recuerdo siempre reservado y dif¨ªcilmente conversaba con los periodistas. Tuve la suerte de poder cenar una noche con ¨¦l en casa de un colega alem¨¢n, amigo suyo. All¨ª se abri¨® m¨¢s y nos confes¨® que el entonces papa el polaco, Juan Pablo II, sab¨ªa poca teolog¨ªa, que era m¨¢s bien un ¡°poeta¡± y que cuando en sus documentos oficiales ten¨ªa alguna duda le mandaba el borrador de su texto para que se lo revisara.
Ratzinger lleg¨® a Papa. El c¨®nclave en el que fue elegido tuvo lugar en un momento en el que la Iglesia estaba perdiendo prestigio, seg¨²n el cardenal alem¨¢n, porque Europa se estaba descristianizando y secularizando. Ratzinger defendi¨® que la Iglesia necesitaba en aquel momento un papa conservador y duro con las doctrinas modernistas que ¨¦l consideraba un veneno para la cristiandad.
Al mismo tiempo que Ratzinger se mostr¨® intransigente con el progresismo teol¨®gico, fue, y por ello lo llaman un papa bifronte, consecuente y fiel a su conciencia. Y as¨ª, cuando se vio acosado por las intrigas econ¨®micas de la parte m¨¢s dura de la Curia Romana contra ¨¦l (lleg¨® a llamarles ¡°lobos¡±), fue consecuente y pidi¨® la renuncia al papado, algo que no se daba desde hac¨ªa casi siete siglos.
Y quedar¨¢ para la historia, que desde su exilio voluntario, a pesar de no perder su prerrogativa de Papa, nunca le cre¨® un problema a su sucesor, el progresista Papa argentino, que, teol¨®gicamente es un Papa en las ant¨ªpodas del Papa alem¨¢n.
Las relaciones del papa Francisco con el em¨¦rito papa Benedicto XVI se realizaron sin roces, en un esp¨ªritu ejemplar de fraternidad, sin conflictos, lo que supone un ejemplo para ambos pont¨ªfices. Cada uno respet¨® la conciencia y la ideolog¨ªa del otro y supieron convivir como dos hermanos en paz.
Hay quien asegura, sin embargo, que el papa Francisco hubiera avanzado m¨¢s en su esp¨ªritu progresista de concebir la teolog¨ªa, llevando a cabo una profunda renovaci¨®n y modernizaci¨®n de la Curia Romana y abriendo el poder de la Iglesia a las mujeres que tuvieron en el inicio del cristianismo, as¨ª como eliminando la obligatoriedad del celibato eclesi¨¢stico al que hoy no se le ve sentido alguno.
El papa Francisco se sentir¨¢ a partir de la muerte del papa Ratzinger m¨¢s libre en sus decisiones de apertura de la Iglesia a la nueva modernidad. Quien le conoce de cerca sabe que ya ha ido organizando el nuevo c¨®nclave que deber¨¢ elegir a su sucesor, con mayor¨ªa de cardenales provenientes de lo que ¨¦l llama ¡°la periferia de la Iglesia¡±, es decir, de fuera de Europa, ofreciendo as¨ª la posibilidad de que pueda ser elegido un papa que siga m¨¢s sus huellas de renovaci¨®n que las que caracteriz¨® a su antecesor fallecido.
Ser¨¢ ahora importante ver qu¨¦ camino seguir¨¢ el papa Francisco y de qu¨¦ modo ir¨¢ preparando su sucesi¨®n en un momento tan importante y decisivo para la Iglesia Cat¨®lica.
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