El norte de Europa gira a la derecha
El triunfo de conservadores y ultras en Finlandia se une a la victoria del bloque derechista en Suecia en septiembre y a la formaci¨®n de una gran coalici¨®n en Dinamarca tras los comicios de noviembre
En septiembre de 2021, el Partido Laborista noruego gan¨® las elecciones parlamentarias y puso fin a ocho a?os en la oposici¨®n. Su victoria permiti¨® que, por primera vez desde 2001, los socialdem¨®cratas encabezaran al mismo tiempo los gobiernos de todos los pa¨ªses del norte de Europa (salvo el de Islandia), tras dos decenios en los que el panorama pol¨ªtico de esta zona del continente estuvo dominado por los conservadores. A?o y medio despu¨¦s, las tornas han cambiado profundamente en el basti¨®n tradicional de la socialdemocracia europea. Suecia, Dinamarca y Finlandia han virado hacia la derecha tras las elecciones parlamentarias que se han celebrado en esos tres pa¨ªses en los ¨²ltimos seis meses.
En Finlandia, la victoria este domingo de los conservadores y el ultraderechista Partido de los Finlandeses pondr¨¢ fin a los poco m¨¢s de tres a?os de gobierno de la socialdem¨®crata Sanna Marin. A pesar de que, como en Suecia y en Dinamarca, los socialdem¨®cratas finlandeses mejoraron sus resultados respecto a los anteriores comicios, la mandataria, que cuenta con unos ¨ªndices de popularidad muy superiores a los de su partido, asumi¨® su derrota y asegur¨® que su partido no formar¨¢ parte de una ¡°coalici¨®n que recorte en educaci¨®n, sanidad, o prestaciones sociales a los m¨¢s desfavorecidos¡±.
Muchos analistas coinciden en que la ca¨ªda del poder adquisitivo en los tres pa¨ªses, principalmente por la crisis energ¨¦tica y la espiral inflacionaria derivadas de la guerra en Ucrania, ha sido clave para aupar a los partidos de derechas. El aumento de la deuda p¨²blica, el envejecimiento de la poblaci¨®n y el hartazgo ante el deterioro de algunos servicios p¨²blicos en los ¨²ltimos a?os tampoco han beneficiado a los socialdem¨®cratas.
En Noruega, donde a¨²n faltan dos a?os y medio para las pr¨®ximas parlamentarias, los conservadores tachan los d¨ªas del calendario a la espera de su regreso al poder. Los socialdem¨®cratas, que vencieron en 2021 con seis puntos porcentuales de ventaja frente al Partido Conservador, han sufrido una ca¨ªda estrepitosa en las encuestas que les deja en una situaci¨®n tremendamente delicada, con menos de la mitad de estimaci¨®n de votos (16%) que su rival tradicional (34%).
Viraje in¨¦dito en Estocolmo
En Suecia, los comicios de septiembre significaron un viraje pol¨ªtico in¨¦dito en el pa¨ªs escandinavo. El Partido Socialdem¨®crata gan¨® las elecciones ¡ªcomo todas las que se han celebrado desde 1914¡ª, pero el bloque de la derecha sum¨® m¨¢s esca?os que el de la izquierda, tras un escrutinio ag¨®nico que se alarg¨® m¨¢s de 72 horas. Adem¨¢s, la extrema derecha (Dem¨®cratas Suecos) super¨® por primera vez a los conservadores y se convirti¨® en la mayor fuerza parlamentaria de su bloque. La entonces primera ministra, la socialdem¨®crata Magdalena Andersson, admiti¨® su derrota, a pesar de que su partido logr¨® el 30% de los votos ¡ªm¨¢s que en 2018¡ª, y anunci¨® su dimisi¨®n, al asumir que era a las fuerzas de la derecha a las que les correspond¨ªa tratar de formar Gobierno en primera instancia. En la recta final de la campa?a electoral, Andersson endureci¨® de manera notable su discurso en materia de inmigraci¨®n, al hablar por primera vez de la ¡°necesidad de poner fin a las sociedades paralelas¡± en un pa¨ªs en el que la cuarta parte de sus 10 millones de habitantes tiene ra¨ªces extranjeras.
Tras varias semanas de negociaciones, el Partido Moderado (conservadores), los democristianos y los liberales de derechas alumbraron un Ejecutivo de coalici¨®n que cuenta con el decisivo apoyo parlamentario del partido ultraderechista Dem¨®cratas Suecos. Pese a no controlar ning¨²n ministerio, esta fuerza mantiene una profunda influencia sobre el programa de gobierno. Dem¨®cratas Suecos, con un discurso frontal contra la inmigraci¨®n y la transici¨®n ecol¨®gica, opt¨® por no forzar su entrada formal en el Gobierno, que podr¨ªa haber provocado el rechazo de los liberales, los socios m¨¢s inc¨®modos de la coalici¨®n. En un pa¨ªs en el que el Estado del bienestar fue un motivo de orgullo para la ciudadan¨ªa durante d¨¦cadas, los primeros Presupuestos generales aprobados por el Gobierno del conservador Ulf Kristersson, que necesitaron el respaldo de la ultraderecha, comenzaron a marcar la nueva agenda: una profunda reducci¨®n de los impuestos a los carburantes, y un dr¨¢stico recorte de la inversi¨®n en la lucha contra el cambio clim¨¢tico y la ayuda al desarrollo, adem¨¢s de un fuerte aumento de la inversi¨®n en Defensa.
Cambio de aliados en Copenhague
Dos meses despu¨¦s, Dinamarca celebr¨® las elecciones anticipadas que hab¨ªa convocado la primera ministra, Mette Frederiksen, para evitar someterse a una moci¨®n de censura con la que le amenazaban unos de sus socios de coalici¨®n. La mandataria, que representa el ala menos progresista de la socialdemocracia europea, obtuvo un resultado mucho mejor del pronosticado en las encuestas ¡ªy en los sondeos a pie de urna¡ª y el bloque de izquierdas logr¨® in extremis una inesperada mayor¨ªa absoluta. Sin embargo, tras mes y medio de negociaciones, Frederiksen anunci¨® una gran coalici¨®n de gobierno, encabezada por ella, junto a la principal fuerza de la oposici¨®n, el Partido Liberal, y los Moderados, una formaci¨®n creada en junio pasado que no se hab¨ªa alineado con ninguno de los bloques tradicionales que funcionaron en el pa¨ªs escandinavo durante m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Los antiguos aliados de izquierda de Frederkisen criticaron en¨¦rgicamente el ¡°violento giro derechista¡± de la mandataria y le reprocharon que pactara con su eterno rival (Partido Liberal) antes que volver a sumar fuerzas con el conjunto del bloque rojo.
Frederiksen ya hab¨ªa defendido durante la campa?a que ante la delicada situaci¨®n actual ¡ªcrisis energ¨¦tica, inflaci¨®n disparada y guerra en Ucrania¡ª, Dinamarca deb¨ªa dejar atr¨¢s el sistema tradicional de bloques y formar una ¡°gran coalici¨®n¡± que incluyera a partidos de ambos lados. Con el nuevo Ejecutivo, Frederiksen se desprendi¨® de sus antiguos socios m¨¢s izquierdistas que hab¨ªan criticado, aunque de manera tibia, algunas de las medidas m¨¢s pol¨¦micas que ella hab¨ªa secundado: una ley que permite confiscar joyas y objetos de valor a los solicitantes de asilo para cubrir el coste de su acogida, un acuerdo con Kosovo para enviar all¨ª a cumplir condena a presos extranjeros condenados en el pa¨ªs escandinavo, u otro con Ruanda que permite trasladar a su territorio a solicitantes de asilo mientras esperan a que se resuelva su caso. El gran resultado electoral de Frederiksen evidenci¨® que los socialdem¨®cratas se beneficiaron de su creciente y ya antigua aproximaci¨®n a algunos par¨¢metros de la agenda ultraderechista.
Menos presi¨®n fiscal en Helsinki
El vencedor de los comicios en Finlandia, el conservador Petteri Orpo, aboga por rebajar la presi¨®n fiscal y realizar un ajuste presupuestario de 6.000 millones de euros durante los pr¨®ximos cuatro a?os mediante la reducci¨®n del gasto p¨²blico. Tambi¨¦n argumenta que a ese objetivo de sanear las cuentas contribuir¨¢n las medidas para aumentar la productividad y la tasa de empleo. Orpo, sin embargo, no va a tener f¨¢cil la formaci¨®n de una coalici¨®n de gobierno, a pesar de que tanto su formaci¨®n como el ultraderechista Partido de los Finlandeses obtuvieron m¨¢s del 20% de los sufragios. ¡°Hay una cuesti¨®n clave para nosotros, y es que todos los partidos del pr¨®ximo Gobierno se comprometan a reformar y arreglar nuestra econom¨ªa¡±, dijo el l¨ªder conservador al poco de conocerse los resultados electorales.
Lo m¨¢s probable es que el l¨ªder conservador trate de formar un Ejecutivo con la ultraderecha, aunque para ello necesitar¨¢ sumar al menos a otra formaci¨®n. La opci¨®n m¨¢s sencilla parec¨ªa la de incluir al Partido del Centro, con el que ya formaron una coalici¨®n tripartita entre 2015 y 2017, pero la l¨ªder centrista, Annikka Saarikko, ha afirmado este lunes que su partido pasar¨¢ a la oposici¨®n. En todo caso, las negociaciones entre las dos grandes fuerzas de la derecha no ser¨¢n f¨¢ciles, dado que tambi¨¦n mantienen grandes diferencias en asuntos como la inmigraci¨®n y las pol¨ªticas europeas y medioambientales. En caso de que Orpo tratara finalmente de alcanzar un acuerdo con los socialdem¨®cratas ¡ªal estilo de una gran coalici¨®n alemana¡ª, ser¨ªa mucho m¨¢s sencillo convencer a otras formaciones m¨¢s peque?as para sumar los 101 esca?os necesarios. El comentarista pol¨ªtico Jan Erola, que colabora con la televisi¨®n p¨²blica finlandesa desde hace m¨¢s de 20 a?os, cree que ¡°en caso de que Marin dimitiera, y se nombrara un l¨ªder con una ret¨®rica menos izquierdista, las opciones de una gran coalici¨®n ser¨ªan mucho mayores¡±.
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