Meloni agita la agenda migratoria
La primera ministra italiana busca acuerdos con pa¨ªses africanos para frenar las llegadas irregulares tras declarar el estado de emergencia
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, sigue siendo un enigma pol¨ªtico. M¨¢s all¨¢ de un pasado posfascista del que no reniega, de sus declaraciones y de muchos de los personajes que la rodean, ha destapado todav¨ªa pocas cartas en la partida pol¨ªtica real que juega en Italia y en Europa. A una semana de que su Ejecutivo cumpla medio a?o de mandato, la mayor¨ªa de sus movimientos muestran pocos rasgos identitarios. De hecho, en cuestiones fundamentales como pol¨ªtica exterior y econom¨ªa, ha seguido exactamente la misma ruta que habr¨ªa trazado su predecesor en el cargo, Mario Draghi. Sin embargo, en las ¨²ltimas semanas ha exhibido tambi¨¦n un par de aspectos de pol¨ªtica social ¡ªcomo la prohibici¨®n a a las parejas homoparentales de inscribir a sus hijos en los registros municipales¡ª y migratoria ¡ªcomo la declaraci¨®n del estado de emergencia y la intenci¨®n de eliminar la protecci¨®n humanitaria¡ª que marcan por primera vez algo de relieve ideol¨®gico. El viernes, adem¨¢s, viaj¨® a Etiop¨ªa como primera parada de lo que ha dado en llamar el Plan Mattei (por Enrico Mattei, legendario presidente de la petrolera Eni): un acercamiento a los pa¨ªses africanos para llegar a acuerdos que frenen la inmigraci¨®n irregular. ?Es el comienzo de un cambio o un gui?o a un electorado desconcertado?
Meloni quiere agotar esta legislatura, algo que no ha logrado ning¨²n primer ministro desde Silvio Berlusconi en el mandato que comenz¨® en 2001. Y busca aglutinar a todo el espectro de la derecha bajo su liderazgo hegem¨®nico. Seis meses despu¨¦s de comenzar a gobernar, en el ecuador de la esperanza de vida media de cualquier Ejecutivo italiano (poco m¨¢s de un a?o), es dif¨ªcil recordar un Gobierno tan estable. M¨¢s all¨¢ de problemas ocasionales, el Gabinete liderado por Meloni, que integra a Hermanos de Italia, Forza Italia y la Liga, no tiene oposici¨®n ni complicaciones externas. Esta semana, de hecho, se ha desintegrado la alianza que manten¨ªan los dos te¨®ricos partidos de centro (Italia Viva y Azione) liderados por Matteo Renzi y Carlo Calenda respectivamente. Un suceso que tranquiliza todav¨ªa m¨¢s a la primera ministra, segura ya de que sus votantes de centroderecha no tendr¨¢n otra opci¨®n donde elegir: ni en las urnas ni en las encuestas, donde mantiene su solidez.
¡°No hay una alternativa a ella¡±
Los ¨²ltimos sondeos, todav¨ªa no publicados, marcan una leve ca¨ªda en los apoyos de la coalici¨®n y de la popularidad de la primera ministra. Pero en el Gobierno no se percibe todav¨ªa como relevante. Porque, como indica Nando Pagnoncelli, presidente de la empresa demosc¨®pica Ipsos, que elabora las encuestas para Il Corriere della Sera, Meloni no tiene ahora mismo oposici¨®n. ¡°No hay una alternativa a ella. Pero, sobre todo, hay una polarizaci¨®n enorme. El 44% expresa un juicio positivo y el 42%, negativo (el 14% no se expresa). Las dificultades son sobre todo internas. El caso de los nombramientos ha determinado mucha tensi¨®n dentro de la coalici¨®n¡±, apunta.
El tema de la inmigraci¨®n, piedra angular de la derecha populista que conforma el Ejecutivo, parec¨ªa que hab¨ªa dejado de ser una prioridad para los italianos. De hecho, solo el 20% lo sit¨²a entre los tres principales problemas de Italia: en 2018 era el 48%. Aun as¨ª, Meloni ha acelerado en esta cuesti¨®n esta semana. En su viaje a Etiop¨ªa declar¨®: ¡±Invirtamos en ?frica para evitar otro ¨¦xodo hacia Europa¡±. D¨ªas antes, declar¨® el estado de emergencia y puso en marcha un proceso para reducir la protecci¨®n humanitaria de los migrantes. Esto ¨²ltimo era una petici¨®n expl¨ªcita de Salvini, socio de Gobierno y mucho m¨¢s agresivo en esta cuesti¨®n. Pero el decreto que se aprobar¨¢ choca frontalmente con la presidencia de la Rep¨²blica, que hab¨ªa pedido retirar ese aspecto.
La reducci¨®n de la protecci¨®n especial, incluida dentro del llamado decreto Cutro ¡ªbautizado as¨ª por el pueblo calabr¨¦s donde se produjo la tragedia donde murieron m¨¢s de 90 migrantes el pasado febrero¡ª consistir¨¢ en hacer m¨¢s complicada su obtenci¨®n y en impedir que pueda derivar con el tiempo en un permiso de residencia. La mayor¨ªa del Gobierno considera ahora que la protecci¨®n especial es un factor de atracci¨®n para los migrantes. Pero, como ya sucedi¨® durante la ¨¦poca que Salvini era ministro del Interior, la eliminaci¨®n de la protecci¨®n especial suele aumentar el n¨²mero de personas en situaci¨®n irregular en Italia y las expone a la explotaci¨®n, al trabajo en econom¨ªa sumergida y a la delincuencia, como recordaba esta semana M¨¦dicos Sin Fronteras. De hecho, la Liga vende p¨²blicamente esta medida como un regreso a los decretos de seguridad que aprob¨® el entonces titular de Interior.
El problema en las ¨²ltimas semanas es que la falta de propuestas en ¨¢reas propias de la derecha puede erosionar la fidelidad del electorado m¨¢s radical, opina el polit¨®logo Giovanni Orsina. De ah¨ª, entre otras cosas, la gesticulaci¨®n de esta semana respecto a la cuesti¨®n migratoria, fuera del foco desde que a principios de a?o aprob¨® una ley para dificultar el trabajo de las ONG que trabajan el Mediterr¨¢neo rescatando migrantes. ¡°El tema de los migrantes, precisamente, es un riesgo para ella¡±, advierte Orsina. ¡°Si siguen llegando con estos n¨²meros y no logra pararles y dar una se?al de que se est¨¢ gestionando la crisis, sus electores pueden irritarse. El pa¨ªs pedir¨¢ soluciones, y es dif¨ªcil darlas a corto plazo si uno no quiere entrar en conflicto con Europa¡±. Y ese, junto con el cumplimiento de las condiciones impuestas por Bruselas para recibir los fondos del plan de recuperaci¨®n asignados, es otro de los temas que obsesionan a la primera ministra.
La gran preocupaci¨®n del Gobierno: los fondos europeos
La otra gran preocupaci¨®n ahora del Ejecutivo, quiz¨¢ la mayor, es la falta de capacidad para gestionar los fondos que Italia tiene asignados del plan de recuperaci¨®n pospandemia: m¨¢s de 200.000 millones de euros entre capital a fondo perdido y pr¨¦stamos. Bruselas ha congelado el tercer pago esperando que se cumplan algunas de las condiciones pactadas. Pero el problema, creen en el Gobierno, es estructural y mucho m¨¢s grave. Y eso centra ahora mismo la mayor¨ªa de esfuerzos de varios de los ministerios implicados.
Meloni tiene la vista puesta en mayo de 2024, cuando se celebrar¨¢n las elecciones europeas. La primera ministra es tambi¨¦n la presidenta del grupo de los conservadores europeos (ECR) y el proyecto que ya nadie oculta es que la agrupaci¨®n pueda obtener un resultado suficiente como para convencer al Partido Popular Europeo (PPE) tras las elecciones de formar una coalici¨®n conjunta. ¡°Es evidente que quiere jugar el partido de las elecciones de 2024 esperando un notable crecimiento de los conservadores. Y eso pasa tambi¨¦n por las elecciones espa?olas y polacas. Ella espera cambiar los equilibrios en di¨¢logo con una parte del PPE. Pero hay que ver c¨®mo hacerlo. Su plan ideal es hacer que los conservadores (ECR) sustituyan a los socialistas [para formar una mayor¨ªa en el Parlamento Europeo]. Una alianza entre liberales, conservadores y populares. Es una operaci¨®n dif¨ªcil¡±, se?ala Orsina.
La l¨ªder de Hermanos de Italia no ha querido en estos meses mostrar cercan¨ªa con los exponentes del Grupo de Visegrado (Polonia, Hungr¨ªa, la Rep¨²blica Checa y Eslovaquia). Ha evitado encuentros (fuera del ¨¢mbito de Bruselas) con el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, y cuando viaj¨® a Varsovia se trat¨® de una parada previa y necesaria en su visita a Kiev. Ha priorizado viajes a Berl¨ªn y prepara una visita a Par¨ªs despu¨¦s de la que tiene ya prevista el pr¨®ximo d¨ªa 27 a Londres, firme defensor del apoyo sin fisuras a EE UU y la OTAN. ¡°El dialogo con el PPE pasa por presentar una carta de la derecha m¨¢s conservadora presentable. Por eso se mueve con mucha cautela para acreditarse as¨ª¡±, apunta Orsina. Y eso pasa por mantener el m¨¢ximo tiempo posible la mayor¨ªa de sus cartas tapadas.
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