Alexis Tsipras, la ¨²nica esperanza de la izquierda en Grecia para retomar el poder
El ex primer ministro de Syriza es el candidato mejor posicionado para acabar con cuatro a?os de Gobierno conservador. Parte del electorado no le perdona que ejecutara el tercer rescate ordenado por la UE
La sede de Syriza, la formaci¨®n izquierdista que gobern¨® Grecia entre 2015 y 2019, conserva desde marzo varios cristales de la fachada rotos, pegados con cinta adhesiva. El edificio, situado en el c¨¦ntrico barrio de Psirr¨ª, fue atacado durante los disturbios ocasionados en una huelga general tras el accidente de trenes en Tempe, donde murieron 57 personas. Syriza lleva cuatro a?os como principal partido de la oposici¨®n. Pero hay quienes no olvidan que su l¨ªder, Alexis Tsipras, de 48 a?os, conquist¨® el poder con la promesa de que combatir¨ªa las medidas de austeridad impuestas por la troika formada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisi¨®n Europea. No olvidan que, a pesar de eso, Tsipras termin¨® acatando un tercer rescate, en julio de 2015, con medidas de austeridad que condicionaron todo su mandato.
Tsipras convoc¨® dos meses despu¨¦s unas elecciones generales anticipadas y gan¨® con 145 esca?os sobre 300. A los cuatro a?os de un mandato marcado por las ¨®rdenes de la troika, el conservador Kyriakos Mitsotakis, de Nueva Democracia, venci¨® en las generales de 2019, con la primera mayor¨ªa absoluta de un partido desde 2009. Las elecciones de este domingo ¡ªo una posible segunda vuelta el pr¨®ximo 2 de julio¡ª determinar¨¢n si Tsipras ha logrado resta?ar las heridas provocadas por tanto recorte.
El actual Gobierno conservador presume de haber estabilizado la econom¨ªa, de reducir el paro y de encauzarlo hacia la modernizaci¨®n. El accidente de tren el 28 de febrero supuso un duro golpe para ese mensaje de modernidad. Pero las encuestas lo mantienen en cabeza. Tampoco parece haberle pasado factura a Mitsotakis un gran esc¨¢ndalo de espionaje a l¨ªderes de la oposici¨®n, a periodistas, militares y hasta a sus propios ministros. Los incendios forestales de 2021, por los que el Gobierno se vio obligado a pedir disculpas ante la p¨¦sima gesti¨®n, tampoco han desgastado a Nueva Democracia. Ni el encarecimiento del precio de la vivienda, que ha supuesto el aumento de los desahucios, ni la movilizaci¨®n de artistas y estudiantes contra los planes educativos conservadores, ni las cr¨ªticas ante las expulsiones en caliente de migrantes. En los peores momentos, los principales medios de comunicaci¨®n, con una larga tradici¨®n de apoyo a la derecha, siempre han estado al lado del Ejecutivo.
¡°Tsipras le hizo el trabajo sucio a Mitsotakis¡±
Un diplom¨¢tico europeo que solicita el anonimato considera que Tsipras le hizo ¡°el trabajo sucio¡± al Gobierno actual. ¡°En Grecia hab¨ªa un pacto social desde el inicio de la democracia, en 1974, que salt¨® por los aires en 2015. El pacto ven¨ªa a decir: ¡®Dejamos que gobiernen los oligarcas de siempre y a cambio ellos nos permiten que apenas paguemos impuestos, que nos jubilemos mucho antes que en el resto de Europa y que la mitad de nosotros tengamos un puesto en la Administraci¨®n p¨²blica¡±.
El citado analista cree que Tsipras tuvo el ¡°inmenso valor pol¨ªtico de rectificar para convertir al pa¨ªs en un Estado moderno¡±. ¡°Ese cambio de contrato solo lo pod¨ªa hacer Tsipras. Para la derecha era imposible en un pa¨ªs donde la calle tiene mucho peso. Mitsotakis pudo soltarse un poco el cintur¨®n porque ya lo hab¨ªa apretado bien Tsipras. Ahora, el problema para Tsipras es que Mitsotakis no es un l¨ªder de derechas al uso; ha ocupado el centro aprobando medidas sociales y lo ha dejado a ¨¦l sin apenas espacio, en una sociedad como la griega muy conservadora, donde la iglesia ortodoxa tiene mucho peso¡±.
Eso que algunos observadores califican como ¡°el inmenso valor pol¨ªtico de Tsipras¡±, para una parte de la izquierda griega, es una flagrante ¡°traici¨®n¡±. Themis Kozadinou, de 49 a?os, y Eleftheria Anapioti, de 47, est¨¢n sentadas en una taberna del barrio de Metaxourgeio habitualmente frecuentada por la comunidad LGBTI local. Ambas votaron a Tsipras en 2015, pero no le volver¨¢n a votar porque creen que ¡°la decepci¨®n fue proporcional a la ilusi¨®n que despert¨® antes¡±. Ni siquiera la aprobaci¨®n de leyes pioneras para los derechos de las personas LGBTI, como la ley de identidad de g¨¦nero y la que permit¨ªa las uniones civiles, les hacen dudar. Themis explica: ¡°Tsipras ni siquiera ha hecho una oposici¨®n fuerte que nos haga plantearnos darle una segunda oportunidad¡±.
Sin embargo, a pocos metros de all¨ª se escuchan opiniones distintas. Nikos, un productor ejecutivo en la industria cinematogr¨¢fica, de 28 a?os, que prefiere pronunciarse solo con su nombre de pila, va a votar a Tsipras. ¡°Lo har¨¦, no porque me ilusione Tsipras, sino para que se vaya Mitsotakis¡±. Nikos dice que est¨¢ cansado de ver c¨®mo para muchos j¨®venes de su generaci¨®n la ¨²nica manera de prosperar es salir del pa¨ªs.
La di¨¢spora griega est¨¢ presente en los cinco continentes. Londres se ha convertido en uno de los principales destinos de los j¨®venes. A caballo entre la capital brit¨¢nica y Atenas, el periodista Dimitris Rapidis, antiguo asesor de Syriza en el Parlamento Europeo y ahora director del sitio digital rosa.gr, reconoce por videoconferencia que Syriza ya no despierta el mismo entusiasmo en su electorado. Rapidis admite que la formaci¨®n se volvi¨® ¡°menos moderna¡± durante sus cuatro a?os en el poder. Cree que el peor error de Tsipras ha sido no fomentar el debate interno y que no haya ning¨²n tipo de competencia en el partido.
Como mejor virtud, Rapidis destaca que Tsipras conecta como nadie con las preocupaciones de la gente trabajadora. Y como mayor logro de su Gobierno, recuerda que puso fin a un contencioso de d¨¦cadas mediante la firma del hist¨®rico acuerdo de Prespa sobre la denominaci¨®n oficial de su vecina Macedonia del Norte.
Una fuente cercana a Tsipras, que prefiere no revelar su nombre, asegura que la formaci¨®n de izquierdas sac¨® al pa¨ªs de ¡°una situaci¨®n de vida o muerte¡± tomando medidas que, si bien eran ¡°una renuncia¡± a sus planteamientos iniciales, fueron ¡°imprescindibles¡± para modernizar el Estado. Los partidarios de Syriza como ella lamentan que el Ejecutivo de Mitsotakis haga bandera de los subsidios y las ayudas sociales aprobadas en los ¨²ltimos cuatro a?os. ¡°Nosotros creamos las condiciones necesarias para que esos subsidios fueran posibles. Y cuando lleg¨® la pandemia, Nueva Democracia se benefici¨® de que las instituciones europeas eliminaran las medidas de austeridad para reducir el d¨¦ficit p¨²blico¡±.
La misma fuente cercana a Tsipras considera que los subsidios aprobados durante la pandemia no han ido a los bolsillos de los ciudadanos, sino que se han abonado en forma de vales para beneficiar indirectamente ¡°solo a 13 empresas con buenas relaciones¡± con Mitsotakis.
Acercamiento de Syriza al Pasok
Syriza siempre se esforz¨®, desde su fundaci¨®n en 2004, en subrayar sus diferencias con los socialistas del Pasok, a quienes asociaba con el viejo sistema de partidos y la corrupci¨®n. Sin embargo, durante los ¨²ltimos a?os, la formaci¨®n de Tsipras ha integrado a antiguos cargos socialistas con la intenci¨®n de ampliar su base electoral hacia el centro. Para ello no duda en utilizar lemas y t¨¦rminos como ¡°el cambio¡± que en el imaginario colectivo remiten al Pasok de Andreas Papandreu, el hist¨®rico socialista que gobern¨® varias veces Grecia entre 1981 y 1996. Si las encuestas aciertan, para que la izquierda vuelva al poder, Syriza y Pasok necesitar¨¢n formar una coalici¨®n, en un sistema electoral proporcional aprobado durante el mandato de Syriza. Si ning¨²n partido logra mayor¨ªa suficiente para formar gobierno, el 2 de julio se celebrar¨¢n nuevas elecciones, con una nueva ley electoral aprobada por Nueva Democracia, que premia al m¨¢s votado con un n¨²mero de esca?os extra que va de 20 a 50.
Hay algunas cuestiones en las que suelen coincidir incluso muchos cr¨ªticos del l¨ªder izquierdista: Tsipras es la figura pol¨ªtica m¨¢s importante de su generaci¨®n, el orador m¨¢s h¨¢bil y carism¨¢tico. Sus colaboradores est¨¢n convencidos de que Mitsotakis nunca aceptar¨¢ un debate con ¨¦l. El analista europeo antes citado advierte de que ¡°nunca hay que dar a Tsipras por muerto¡±. Rapidis corrobora esa apreciaci¨®n y concluye: ¡°?l llev¨® a Syriza de ser un partido muy peque?o de la izquierda radical con un 4% de los votos a liderar el pa¨ªs con un 36% en 2015. Y dentro del partido, ni siquiera quienes piden una estrategia distinta cuestionan el liderazgo de Tsipras¡±.
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