Borrell viaja a China para preparar una cumbre con la UE para final de a?o
El jefe de la diplomacia europea tiene previsto entrevistarse con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, para tratar las relaciones entre Bruselas y Pek¨ªn y ¡°los principales retos regionales y mundiales¡±
El alto representante de la Uni¨®n Europea para Pol¨ªtica Exterior y Defensa, Josep Borrell, ha aterrizado este jueves en China con una inusitada cantidad de frentes abiertos: a la ya tirante relaci¨®n entre Bruselas y Pek¨ªn, marcada por la estrategia europea de reducci¨®n de riesgos frente al gigante asi¨¢tico y las diferencias en torno a la guerra de Ucrania, se le suma ahora el estallido del conflicto entre Israel y Gaza, que amenaza con convertirse en otro muro divisivo en el polarizado teatro de la geopol¨ªtica mundial. Se espera que el jefe de la diplomacia europea se encuentre el viernes con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, para tratar la ristra de asuntos globales espinosos, copresidir el di¨¢logo estrat¨¦gico entre la UE y China y limar detalles de cara a una cumbre de alto nivel entre Bruselas y Pek¨ªn prevista para finales de a?o.
¡°Una importante visita para debatir las relaciones UE-China y los principales retos regionales y mundiales con autoridades gubernamentales, acad¨¦micos y representantes empresariales¡±, ha asegurado Borrell en redes sociales nada m¨¢s tomar tierra por la ma?ana (hora local) en la megal¨®polis de Shangh¨¢i, la capital financiera. All¨ª se ha encontrado con parte de la comunidad empresarial del bloque comunitario ¡ªque viene denunciando en los ¨²ltimos tiempos las dificultades para desempe?ar sus negocios en un ambiente de creciente incertidumbre en el pa¨ªs, adem¨¢s de la falta de reciprocidad en el acceso al mercado chino¡ª, y ha acudido al Instituto de Estudios Internacionales de Shangh¨¢i, donde ha intercambiado visiones del mundo con acad¨¦micos chinos.
Se espera que el viernes parta hacia la capital china, donde dar¨¢ una charla ante los estudiantes de la Universidad de Pek¨ªn y se encontrar¨¢ finalmente con su hom¨®logo, Wang Yi. Sobre la mesa estar¨¢n los posibles avances hacia unas conversaciones de paz en Ucrania, despu¨¦s de que China se ofreciera como posible facilitadora del di¨¢logo con la presentaci¨®n en febrero de un documento para la ¡°soluci¨®n pol¨ªtica de la crisis¡±, al que la UE respondi¨® en un inicio con frialdad por la proximidad de Pek¨ªn con Mosc¨². El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, tiene de hecho previsto acudir en visita oficial a China la pr¨®xima semana.
Borrell y Wang abordar¨¢n tambi¨¦n, con toda probabilidad, la cr¨ªtica situaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo, tras el ataque del grupo islamista Ham¨¢s a Israel y la respuesta del ej¨¦rcito israel¨ª con bombardeos sobre la franja de Gaza y el bloqueo del territorio. La nueva guerra desatada se ha cobrado ya la vida de unas 2.700 personas.
Pek¨ªn, a diferencia de Bruselas y Washington, no sali¨® de inmediato a condenar el ataque de Ham¨¢s. El Ministerio de Exteriores chino emiti¨® el domingo un comunicado sin condena expresa en el que reclamaba a las partes poner ¡°fin de inmediato a las hostilidades¡±, denunciaba ¡°la paralizaci¨®n del proceso de paz¡± y subrayaba que la salida pasa por ¡°implementar la soluci¨®n de dos Estados y establecer un Estado de Palestina independiente¡±. Ya el martes, el enviado especial chino para Oriente Pr¨®ximo, Zhai Jun, asegur¨® que su pa¨ªs ¡°se opone y condena los actos que da?an a la poblaci¨®n civil¡± y ofreci¨® la mediaci¨®n de Pek¨ªn para un alto el fuego.
En junio, durante una visita oficial a China del l¨ªder palestino, Mahmud Abbas, el presidente de la Rep¨²blica Popular, Xi Jinping, asegur¨® que ¡°se debe hacer justicia a Palestina lo antes posible¡± y plante¨® como soluci¨®n un Estado palestino independiente sobre la base de las fronteras de 1967. A la vez, Pek¨ªn ha cultivado sus relaciones con Israel. En julio, Xi traslad¨® al primer ministro de este pa¨ªs, Benjam¨ªn Netanyahu, su intenci¨®n de recibirlo en la capital de China a lo largo de este a?o.
El viaje de Borrell llega en un momento turbulento, pero llega al fin, despu¨¦s de dos intentos previos truncados tras la reapertura del pa¨ªs en enero: el primero, previsto para el mes de abril, fue suspendido despu¨¦s de que el jefe de la diplomacia europea diera positivo por covid; el segundo, agendado para julio, fue pospuesto por parte de las autoridades chinas cuando el entonces ministro de Exteriores de la Rep¨²blica Popular, Qin Gang, llevaba ya unos d¨ªas desaparecido; poco despu¨¦s fue cesado y sigue en paradero desconocido.
La visita del alto representante se suma a una ofensiva diplom¨¢tica de Bruselas, que ha enviado en las ¨²ltimas semanas a varios comisarios europeos en viaje oficial a China. En todos estos encuentros sobrevuela la estrategia de reducci¨®n de riesgos puesta en marcha por Bruselas para evitar la dependencia del gigante asi¨¢tico en sectores cr¨ªticos. En septiembre, la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, anunci¨® el inicio de una investigaci¨®n a los supuestos subsidios estatales de China a sus veh¨ªculos el¨¦ctricos. La medida sent¨® como un aguijonazo en Pek¨ªn, que la tach¨® de ¡°puro proteccionismo¡±.
Borrell ha defendido en numerosas ocasiones la definici¨®n que la UE ha acordado para China como un ¡°socio, un competidor y un rival sist¨¦mico¡±, un tr¨ªptico que Bruselas ha de calibrar en funci¨®n de la materia y ¡°el propio comportamiento de China¡±, seg¨²n escribi¨® en un art¨ªculo en mayo. En el texto aseguraba que el objetivo de Pek¨ªn es ¡°claramente crear un nuevo orden mundial¡± y ped¨ªa a los Veintisiete ser conscientes de que muchos pa¨ªses ven la influencia geopol¨ªtica de China ¡°como un contrapeso a Occidente y, por tanto, a Europa¡±. Pero tambi¨¦n conclu¨ªa: ¡°Las sociedades europea y china necesitan conocerse mejor. Hay que eliminar los obst¨¢culos a la libre circulaci¨®n de ideas y a la presencia de europeos en China. De lo contrario, China y Europa ser¨¢n cada vez m¨¢s extra?as la una para la otra¡±.
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