Sunak defrauda al ala dura de su partido y evita bajadas dr¨¢sticas de impuestos

Podr¨ªa ser el presupuesto de la resignaci¨®n ante la previsible derrota electoral, el de la prudencia ante un estado delicado de las cuentas p¨²blicas, o incluso el de las trampas atrasadas para cuando llegue un futuro Gobierno laborista. Pero si algo ha quedado claro es que las medidas econ¨®micas presentadas este mi¨¦rcoles en el Parlamento por el ministro brit¨¢nico de Econom¨ªa, Jeremy Hunt, no conten¨ªan ni la dr¨¢stica bajada de impuestos reclamada por el ala dura de los conservadores ni ning¨²n anuncio sorpresa para elevar el ¨¢nimo de los votantes y de los diputados tories.

¡°Al margen de las presiones, y al margen de la ideolog¨ªa, un Gobierno Conservador trabajar¨¢ siempre de manera coordinada con el Banco de Inglaterra para lograr una econom¨ªa s¨®lida¡±, ha asegurado Hunt al presentar su ¡°presupuesto de primavera¡±, dise?ado codo con codo en las semanas previas junto al primer ministro.

Ha habido rebajas fiscales, pero no sobre el impuesto de la renta como solicitaban los diputados del Partido Conservador m¨¢s desesperados por ofrecer alg¨²n cebo a unos votantes que parecen haberles dado definitivamente la espalda. El ministro ha anunciado un recorte adicional de dos puntos porcentuales en las cuotas de la seguridad social, que se a?ade a los otros dos puntos que anunci¨® el pasado oto?o.

La medida supone apenas un ahorro extra de 20 euros mensuales para un trabajador medio, y costar¨¢ a las arcas p¨²blicas brit¨¢nicas cerca de 12.000 millones de euros. Pero contiene un mensaje m¨¢s alarmante para pensionistas o desempleados. El national insurance, como se conoce en el Reino Unido a las cuotas de la seguridad social, financia unas pensiones p¨²blicas y un subsidio de desempleo ya de por s¨ª bastante reducidos en ese pa¨ªs. La pensi¨®n b¨¢sica m¨¢xima a la que puede aspirar un ciudadano es de unos 950 euros.

¡°Nuestra ambici¨®n a largo plazo ser¨¢ la de acabar con esta doble imposici¨®n injusta cuando se pueda hacer de un modo responsable y sin comprometer la calidad de nuestros servicios p¨²blicos. Seguiremos recortando las cuotas¡±, anunciaba Hunt, que equiparaba ese impuesto con el de la renta.

El Gobierno de Sunak ha decidido adem¨¢s congelar impuestos como el de los carburantes, o el del alcohol, as¨ª como robar a los laboristas su propuesta estrella: la eliminaci¨®n del impuesto de no domiciliados, que en realidad era m¨¢s bien un modo de favorecer a los multimillonarios residentes en el Reino Unido pero con sede fiscal en otro pa¨ªs. La esposa del primer ministro, Akshata Murty, hija del potentado indio Narayana Murthy, fundador de Infosys, se acogi¨® a esa f¨®rmula hasta que la presi¨®n de los medios le oblig¨® a comenzar a pagar el impuesto sobre la renta.

El resultado de las medidas presupuestarias ha sido doble: la escasa ambici¨®n de su planteamiento revela que los conservadores maniobran m¨¢s para aguantar, con la esperanza de que la econom¨ªa d¨¦ alguna se?al de crecimiento antes de las previsibles elecciones de oto?o, que para animar a sus votantes. Y de paso, siguen gastando dinero p¨²blico, aunque sea en rebajas fiscales menores, a costa de unos servicios p¨²blicos que deber¨¢ recomponer el Gobierno entrante, que con toda previsibilidad ser¨¢ laborista.

¡°Nos encontramos ante un Partido Conservador que se aferra desesperadamente a las ideas del pasado, y que es incapaz de generar el crecimiento que necesita la gente trabajadora, a la que exige que pague m¨¢s y m¨¢s por menos y menos servicios p¨²blicos¡±, dec¨ªa en su r¨¦plica parlamentaria el l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Keir Starmer.

La dura realidad para un tecn¨®crata como Sunak, que se agarra con esperanza a las cifras macroecon¨®micas ¡ªel crecimiento del PIB para este a?o y el siguiente ser¨¢ mejor del previsto, y la inflaci¨®n puede bajar al 2% en los pr¨®ximos meses¡ª es que ya ha calado entre los ciudadanos la percepci¨®n de unos servicios p¨²blicos deteriorados en exceso y un nivel de vida general de la poblaci¨®n en sus niveles hist¨®ricos m¨¢s bajos. Hasta el punto de que, seg¨²n encuestas recientes, una mayor¨ªa de votantes conservadores preferir¨ªa una mayor inversi¨®n en sanidad o infraestructuras que cualquier bajada de impuestos.

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