Starmer acelerar¨¢ la puesta en libertad de miles de reclusos para evitar el desbordamiento de las prisiones brit¨¢nicas

Las prisiones de Inglaterra y Gales est¨¢n a punto de desbordarse, incapaces de acoger m¨¢s reclusos. La crisis se arrastra desde hace m¨¢s de un a?o, y el nuevo Gobierno laborista ha tenido que convertir el asunto en una prioridad. ¡°Lo que nos hemos encontrado es espeluznante. Mucho peor de lo que yo pensaba (¡­) Es la demostraci¨®n del fracaso total de un Gobierno¡±, ha confesado con alarma esta semana el primer ministro, Keir Starmer. La ministra de Justicia, la abogada musulmana, Shabana Mahmood, ha anunciado este viernes medidas de urgencia para aliviar la situaci¨®n.

El Gobierno adoptar¨¢ a partir de septiembre la decisi¨®n provisional de permitir que ciertos presos puedan salir a la calle una vez cumplido el 40% de su sentencia. Se aplicar¨¢ a todos aquellos que cumplan condenas que no superen los cuatro a?os, y quedan excluidos los que hayan cometidos delitos violentos, actos relacionados con el terrorismo, agresiones sexuales o violencia de g¨¦nero, as¨ª como los que hayan sido condenados a prisi¨®n permanente revisable.

En todos los casos que contemplan las nuevas medidas ya era normal que los presos salieran en libertad vigilada una vez cumplido el 50% de la pena. La ministra ha anunciado que 1.000 nuevos agentes de vigilancia de la libertad condicional se incorporar¨¢n al sistema judicial.

Las medidas anunciadas pueden suponer que hasta 20.000 presos salgan a la calle antes de lo previsto.

¡°Si nos quedamos sin espacio penitenciario, el pa¨ªs se enfrenta a la posibilidad de que mucha gente peligrosa ande merodeando por todo el Reino Unido sin un lugar donde ir¡±, que los agentes de polic¨ªa sean incapaces de detener a los criminales y que ¡°bandas de saqueadores campen a sus anchas¡±, ha dicho Mahmood, durante su visita a la prisi¨®n de Five Wells, en la localidad de Northamptonshire. Es una prisi¨®n relativamente moderna, pero antes hab¨ªa acudido a la de Bedford, construida a comienzos del siglo XIX.

La ministra ha asegurado que las c¨¢rceles iban a quedarse sin espacio disponible ¡°en cuesti¨®n de semanas¡±, y que la situaci¨®n llevar¨ªa ¡°al colapso de la ley y el orden¡±.

Aunque el panorama expuesto por el Gobierno entrante tiene algo de exageraci¨®n dickensiana, al presentar el sistema carcelario heredado de los tories casi como el inframundo victoriano opresivo e injusto que describi¨® el escritor ingl¨¦s, las cifras son verdaderamente alarmantes.

La capacidad ¨®ptima de las prisiones de Inglaterra y Gales es de 88.956 reclusos. Este mismo viernes, seg¨²n las ¨²ltimas cifras oficiales, hab¨ªa encarceladas 87.505 personas (83.859 hombres y 3.646 mujeres). Es decir, espacio libre para poco m¨¢s de 1.400 presos. Pero es que hace apenas un a?o la poblaci¨®n penitenciara total era de 86.035 internos. A ese ritmo de crecimiento, la situaci¨®n se presentaba insostenible.

Las prisiones han funcionado a un 99% de su capacidad durante el ¨²ltimo a?o y medio, incorporando cada semana un centenar de nuevos reclusos.

La soluci¨®n provisional, y poco deseable, ser¨ªa utilizar las celdas de las propias comisar¨ªas. ¡°Si acabamos inundando los espacios de las comisar¨ªas, la polic¨ªa ser¨¢ incapaz de arrestar a nadie, porque no tendr¨¢ espacio donde meterlos¡±, ha advertido en la BBC Mark Fairhurst, presidente de la Asociaci¨®n de Funcionarios de Prisiones.

Un problema heredado

El anterior Gobierno conservador de Rishi Sunak era perfectamente consciente del problema carcelario. Quien fuera entonces ministro de Justicia, Alex Chalk, hab¨ªa insistido durante meses en poner en marcha la liberaci¨®n adelantada de miles de prisioneros que ha anunciado ahora Mahmood. La desesperada situaci¨®n electoral y pol¨ªtica en que se hallaban los tories, y su candidato Sunak, les llev¨® a guardar en el caj¨®n unas medidas que, tem¨ªan, podr¨ªan volverse en su contra y espantar a los votantes. El Ejecutivo de entonces se limit¨® a poner algunos parches, al adelantar hasta en 70 d¨ªas, de modo discreto, la puesta en libertad vigilada de algunos reclusos.

La tendencia de los ¨²ltimos a?os, no solo entre los pol¨ªticos conservadores sino tambi¨¦n entre los laboristas, ha sido la de endurecer su discurso en materia de seguridad y dar prioridad a la preservaci¨®n de la ley y el orden. Entre 2012 y 2023, las sentencias por robo han visto incrementada su duraci¨®n una media de 13 meses, seg¨²n un informe reciente del centro de an¨¢lisis Institute for Government.

A?adido a esto el atasco que vive el sistema judicial brit¨¢nico, las c¨¢rceles se han visto saturadas con reclusos en prisi¨®n preventiva que a¨²n no conocen su condena exacta. El nuevo Gobierno laborista siente aut¨¦ntico p¨¢nico ante la idea de que estallen motines dentro de las prisiones durante sus primeras semanas de mandato.

El desaf¨ªo de la violencia de g¨¦nero

Una de las promesas estrella del programa electoral laborista, elaborado en gran parte por un candidato -Starmer- que fue antes abogado y director de la Fiscal¨ªa General de la Corona, era la de afrontar con mano dura la plaga de violencia de g¨¦nero -que en el Reino Unido sigue denomin¨¢ndose violencia dom¨¦stica- que sufre el pa¨ªs.

El compromiso de Starmer apunta a una reducci¨®n a la mitad de estos casos en una d¨¦cada, con juzgados especializados en la violencia de g¨¦nero y equipos de especialistas para atender las llamadas de urgencia al tel¨¦fono 999. Pero Nicole Jacobs, que ocupa desde 2019 el cargo de Alta Comisionada para la Lucha contra los Abusos Dom¨¦sticos, envi¨® a Starmer una carta, antes de las elecciones, en la que le advert¨ªa de que la crisis de prisiones hab¨ªa coincidido con un tiempo en el que el n¨²mero de condenas por violencia dom¨¦stica hab¨ªa sido especialmente bajo. Apenas 3 de cada 10 acusados de violaci¨®n acababan en prisi¨®n.

Si el plan laborista para aumentar la dureza contra los abusadores se pon¨ªa en marcha, advert¨ªa Jacobs, el n¨²mero de presos adicionales podr¨ªa aumentar cada a?o en 10.000.

La situaci¨®n se ha convertido en un desaf¨ªo notable para Starmer y para su secretario de Estado para Prisiones, James Timpson, un pol¨ªtico de mentalidad liberal y reformista que aspira a introducir mejoras en el sistema que primen su funci¨®n rehabilitadora frente a la punitiva.

Ese plan a largo plazo, sin embargo, debe combinarse con una pol¨ªtica de dureza contra los delincuentes, como ha prometido el nuevo primer ministro, y no verse agravado por consecuencias imprevistas, en forma de nuevos cr¨ªmenes a manos de los reci¨¦n liberados, que ser¨ªan convenientemente explotados por los diarios tabloides conservadores y da?ar¨ªan irreparablemente la imagen del Gobierno entrante.

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