Paul Kagame impone su ley en Ruanda
El pa¨ªs africano celebra elecciones con la certeza de que el actual presidente y su modelo de desarrollo sin libertad pol¨ªtica ser¨¢n revalidados otros cinco a?os
Ruanda celebra este lunes elecciones presidenciales con la total certeza de que el ganador ser¨¢ el actual presidente Paul Kagame, de 66 a?os, quien lleva tres d¨¦cadas en el poder. Con tan solo dos candidatos enfrente, los ¨²nicos autorizados a presentarse, y con la verdadera oposici¨®n en la c¨¢rcel, en el exilio o sometida a una intensa represi¨®n, el l¨ªder absoluto de Ruanda tiene la reelecci¨®n m¨¢s que garantizada. Pese a esta ausencia de democracia, el modelo monol¨ªtico de Kagame es capaz de despertar simpat¨ªas: tres d¨¦cadas despu¨¦s de un genocidio que devast¨® el pa¨ªs, el milagro econ¨®mico ruand¨¦s y la solidez de sus servicios p¨²blicos son celebrados dentro y fuera de ?frica.
La campa?a electoral comenz¨® el pasado 22 de junio y el guion se ha ido repitiendo en las distintas localidades del pa¨ªs: m¨ªtines multitudinarios del Frente Patri¨®tico Ruand¨¦s (FPR) con Kagame al frente y comparecencias discretas de sus rivales ante unas pocas decenas de personas. Los dos candidatos autorizados son los mismos que en las anteriores elecciones de 2017: el independiente Philippe Mpayimana y el l¨ªder del Partido Verde Democr¨¢tico de Ruanda, Franck Habineza. Entre ambos apenas superaron entonces el 1% de los votos frente al 98,6% de Kagame. Todo apunta a que los resultados ser¨¢n similares en esta ocasi¨®n.
La verdadera oposici¨®n, fuera de las papeletas
La verdadera oposici¨®n a Kagame, encarnada sobre todo en dos mujeres, no estar¨¢ en las papeletas. Se trata de Diane Rwigara, cuya candidatura fue una de las nueve rechazadas por la comisi¨®n electoral, y de Victoire Ingabire, privada de sus derechos pol¨ªticos tras su condena a 15 de a?os de c¨¢rcel en 2010. ¡°Nos liberamos de la colonizaci¨®n, pero no somos totalmente independientes. Nuestro pa¨ªs a¨²n depende de la ayuda al desarrollo extranjera y la participaci¨®n ciudadana todav¨ªa es limitada (¡) Tenemos que trabajar juntos para construir un pa¨ªs que respete el imperio de la ley y los principios de la democracia¡±, manifest¨® Ingabire el pasado 1 de julio a trav¨¦s de su perfil de X.
Solo hay dos novedades que rodean a estos comicios. Por primera vez, los ruandeses van a elegir el mismo d¨ªa a su presidente y a los 80 diputados del Parlamento, donde el FPR y sus peque?os partidos sat¨¦lites cuentan con 78 diputados frente a dos de los Verdes. Y el mandato presidencial que arranca ahora ya no ser¨¢ de siete a?os, sino de cinco. La reforma constitucional aprobada en refer¨¦ndum en 2015 habilit¨® a Kagame a optar a otros dos mandatos, hasta 2029, sin que por ahora aparezca ning¨²n posible delf¨ªn en el horizonte.
El pasado 4 de julio, en los actos de conmemoraci¨®n del genocidio, el presidente ruand¨¦s, seguro de su victoria, pero ya mirando al futuro, lanz¨® un mensaje a los j¨®venes que no vivieron aquella tragedia: ¡°Os toca a vosotros proteger, defender y convertir en pr¨®spero a este pa¨ªs, la verdadera liberaci¨®n solo comienza cuando las armas se callan. Iniciamos esa etapa hace 30 a?os y contamos con vosotros, la generaci¨®n de la liberaci¨®n, para llevarnos a¨²n m¨¢s lejos¡±.
A partir de la d¨¦cada de los 2000, Kagame emprendi¨® un ambicioso plan de reformas que se estudia como modelo de ¨¦xito. Uno de sus aspectos ha sido la diversificaci¨®n econ¨®mica, con un progresivo descenso del peso de la agricultura en el PIB frente a sectores emergentes como el turismo de lujo y la econom¨ªa digital. Para reducir su gran dependencia de la ayuda al desarrollo externa, que supone el 40% de sus recursos, el Gobierno ha impulsado la industrializaci¨®n y la inversi¨®n privada. Medidas como la reforma agraria o la privatizaci¨®n de las grandes compa?¨ªas p¨²blicas han estimulado la econom¨ªa. Esto, acompa?ado de bajos niveles de corrupci¨®n, ha permitido fortalecer la lucha contra la pobreza y reforzar la educaci¨®n y la sanidad, consideradas punteras en la regi¨®n.
Uno de los temas m¨¢s pol¨¦micos en los que se vio envuelto Ruanda en los ¨²ltimos a?os fue su participaci¨®n, como pa¨ªs de destino, en los planes de los conservadores brit¨¢nicos de deportar a los solicitantes de asilo que estuvieran en el Reino Unido. Sin embargo, con este proyecto ¡°muerto y enterrado¡±, seg¨²n asegur¨® el nuevo primer ministro brit¨¢nico, el laborista Keir Starmer, Ruanda se niega ahora a devolver los 425 millones de euros adelantados por Londres a Kigali. ¡°No fue un pr¨¦stamo, fue dinero enviado a Ruanda para llevar a cabo acciones espec¨ªficas. Estas acciones se han llevado a cabo. No hay raz¨®n para que estos fondos deban ser devueltos¡±, dijo Alain Mukuralinda, portavoz del Gobierno, a Associated Press.
La herencia del genocidio
Sin embargo, la herencia del genocidio de 1994, en el que fueron asesinadas unas 800.000 personas, pervive a¨²n hoy en forma de una agresiva pol¨ªtica regional liderada por Kagame y que es uno de sus puntos d¨¦biles ante la comunidad internacional. Aunque las autoridades ruandesas lo niegan, informes de Naciones Unidas certifican que Kigali sostiene y financia al M23, el grupo guerrillero de mayor¨ªa tutsi que combate contra el Ej¨¦rcito congol¨¦s en el noreste de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC), mientras se beneficia de la explotaci¨®n ilegal de los llamados minerales de sangre. Las relaciones entre ambos pa¨ªses est¨¢n bajo m¨ªnimos desde hace dos a?os e incluso se han producido escaramuzas entre los dos ej¨¦rcitos.
El pasado 20 de junio, en un foro sobre vacunas en Par¨ªs, Kagame lanz¨® uno de esos esl¨®ganes que le han convertido en referente de una ?frica que explora nuevos modelos: ¡°Como continente, tenemos que apropiarnos de nuestro futuro¡±. Su m¨¢s que segura reelecci¨®n no supondr¨¢ grandes cambios en sus pol¨ªticas interior y exterior a corto plazo, pero muchos analistas coinciden en que, cerca de cumplir los 70 a?os, el debate de su propia sucesi¨®n acabar¨¢ emergiendo, as¨ª como la opci¨®n de una apertura hacia un modelo m¨¢s democr¨¢tico en el que otros partidos jueguen un rol significativo. De momento, Kagame reina sin discusi¨®n.
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