La Am¨¦rica que vuelve

A menos de dos meses de su toma de posesi¨®n como 46? presidente de Estados Unidos, la hoja de ruta de Joe Biden, basada en tres pilares ¡ªcontrol del coronavirus y recuperaci¨®n econ¨®mica, reapertura al mundo y lucha contra el cambio clim¨¢tico¡ª, ha quedado confirmada al conocerse la identidad de quienes se encargar¨¢n de aplicarla. Los primeros nombramientos de su Administraci¨®n, pendientes de confirmaci¨®n por el Senado que resulte de la segunda vuelta en Georgia, en enero ¡ªuna inc¨®gnita que a?ade suspense al arranque de su mandato¡ª, atesoran experiencia en la Administraci¨®n y son figuras enraizadas en el establishment dem¨®crata. A ellos corresponder¨¢ devolver presencia y prestancia globales a EE UU, mediante la reanudaci¨®n de alianzas tradicionales y un liderazgo redivivo, adem¨¢s de sanar heridas dom¨¦sticas: de los estragos de la pandemia a una polarizaci¨®n pol¨ªtica in¨¦dita en d¨¦cadas o la suerte de los dreamers, tras un mandato republicano en que los inmigrantes se han visto repetidamente contra las cuerdas.

Se trata, como ha reiterado el propio Biden en campa?a, de convertir los inmensos desaf¨ªos en oportunidades, en un contexto de honda crisis global, multifac¨¦tica. Baste un ejemplo: para sacar al pa¨ªs del marasmo econ¨®mico originado por la pandemia, su Gobierno invertir¨¢ espec¨ªficamente en el sector de las energ¨ªas limpias, con el objetivo, de m¨¢s largo alcance, de crear diez millones de nuevos puestos de trabajo verdes en el marco de su ambicioso Green New Deal. La creaci¨®n de empleo es un puntal, no en balde ha confiado la pol¨ªtica econ¨®mica a una experta en el mercado laboral, la nueva secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Esta tambi¨¦n deber¨¢ afrontar contenciosos heredados de Trump como la envenenada relaci¨®n comercial con China, que ha colonizado la diplomacia bilateral, o arbitrar el caso pendiente de Tiktok, paradigm¨¢tico de la ley que proh¨ªbe la inversi¨®n de pa¨ªses extranjeros en sectores estrat¨¦gicos, y que compete a su departamento.

Para navegar en las crisis internacionales y recomponer el statu quo, maltratado por cuatro a?os de aislacionismo y compromisos rotos -por no citar los coqueteos de Trump con l¨ªderes autoritarios-, el presidente dem¨®crata delegar¨¢ en dos altos funcionarios que dominan las claves de la diplomacia: el nuevo secretario de Estado, Anthony Blinken, un multilateralista confeso, y el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, mu?idor bajo los mandatos de Clinton y Obama del pacto nuclear con Ir¨¢n en 2015, abandonado tres a?os despu¨¦s. De ambos cabe esperar una mayor dureza hacia China, m¨¢s cercan¨ªa a Europa tras la v¨ªa de agua del Brexit y una decidida apuesta por la diplomacia y la desescalada, sin descartar un intervencionismo m¨¢s decidido y ajeno a las dudas que frenaron a Obama ante la guerra civil siria.

En un momento en que la estabilidad de Oriente Pr¨®ximo se ve alterada por los movimientos de Israel, Blinken y Sullivan abogan por la pol¨ªtica de mano tendida a Ir¨¢n, con la recuperaci¨®n del pacto nuclear y la posibilidad incluso de aliviar sanciones si Teher¨¢n da marcha atr¨¢s en su programa de enriquecimiento de uranio. Todo ello, claro est¨¢, si un acontecimiento imprevisto en el tramo final del mandato de Trump no dinamita el precario equilibrio de fuerzas en la regi¨®n. El probable ¨¢nimo conciliador con Ir¨¢n no tendr¨¢ equivalente en las relaciones con Venezuela o Cuba, pues Sullivan defiende forzar diplom¨¢ticamente el desalojo de Nicol¨¢s Maduro y una renovada presi¨®n sobre La Habana para aislar al l¨ªder chavista. Para con el resto de aliados de Maduro (China y Rusia), se espera tambi¨¦n una vuelta de tuerca para enajenar sus intereses de las necesidades de Caracas.

Algunos de los nombramientos de Biden no han sido bien recibidos por el sector progresista de su partido. Tres de las cuatro representantes del grupo conocido como The Squad, Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, le han pedido esta semana que no ponga al frente de la Oficina del Presupuesto a su colaborador Bruce Reed, por considerarlo un ¡°halc¨®n del d¨¦ficit¡± y haberse manifestado a favor de recortar Medicare, el plan sanitario p¨²blico para mayores. De cara al hipot¨¦tico relevo en la presidencia si no concluyera su mandato, cerrar filas partidistas es otra tarea en la que el dem¨®crata ya est¨¢ trabajando, seg¨²n The New York Times. La elecci¨®n de Reema Dodin, de origen palestino, como directora adjunta de la Oficina de Asuntos Legislativos de la Casa Blanca, es un gui?o al ala progresista y refleja la diversidad que Biden prometi¨® plasmar en su equipo; tambi¨¦n una mayor presencia de mujeres, empezando por la vicepresidenta, Kamala Harris. Mientras, la designaci¨®n de varios jud¨ªos para puestos preeminentes (Blinken, Yellen; Alejandro Mayorkas, nuevo responsable de inmigraci¨®n, o Ron Klain, jefe de Gabinete) ha satisfecho al poderoso lobby jud¨ªo estadounidense, as¨ª como a Israel, el aliado estrat¨¦gico que ahora teme el acercamiento a Ir¨¢n.

La profesionalidad de los miembros del equipo de Biden es inapelable, a diferencia de una Administraci¨®n saliente en la que una hija y un yerno, los de Donald Trump, oficiaron de consejeros ¨¢ulicos sin preparaci¨®n ni experiencia para ello. Su pericia parece garantizar, al menos, conocimiento de causa en un momento cr¨ªtico, cuando la pandemia no deja de multiplicarse exponencialmente (176.000 nuevos casos diarios, esta semana; cerca de 270.000 muertos), aunque la inminencia de una vacuna y la confianza que ello ha generado en las bolsas, que han registrado m¨¢ximos hist¨®ricos esta semana, permiten albergar cierta esperanza de recuperaci¨®n a corto plazo. A las se?ales de optimismo no es en absoluto ajena la presencia de Yellen en el Gabinete: tras conocerse su designaci¨®n, el Dow Jones super¨® por primera vez la barrera psicol¨®gica de los 30.000 puntos. No obstante, el primer escollo ser¨¢ el nuevo paquete de est¨ªmulos para financiar la inversi¨®n en infraestructuras y la consiguiente creaci¨®n de empleo, atascado en el Congreso desde hace meses.

El zar del clima, John Kerry, es la guinda, en t¨¦rminos de veteran¨ªa y pedigr¨ª dem¨®crata, del futuro Gabinete de Biden. Exsenador, ex secretario de Estado y excandidato presidencial, Kerry, coet¨¢neo del presidente, ¡°combatir¨¢ el cambio clim¨¢tico a tiempo completo como enviado especial para el clima, y se sentar¨¢ en el Consejo de Seguridad Nacional¡±, con categor¨ªa ministerial, seg¨²n el equipo de transici¨®n. Desde que dej¨® la secretar¨ªa de Estado, Kerry se ha volcado en el medio ambiente a trav¨¦s de World War Zero, una coalici¨®n internacional que exige acciones urgentes contra la crisis clim¨¢tica. La defensa ecol¨®gica de Biden, tan imbricada en la regeneraci¨®n de la econom¨ªa, suscita recelos de importantes sectores, como la industria petrolera y la del fracking, pero sus reticencias parecen, como en el caso de la pandemia -la disyuntiva salud versus econom¨ªa-, un c¨ªrculo tan voraz como vicioso: ?preservar el medio ambiente a cambio de arruinar la econom¨ªa? ?O es al rev¨¦s? La respuesta al enigma ser¨¢ el primer cap¨ªtulo del libro en blanco que es el nuevo mandato dem¨®crata.

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