Culto al l¨ªder en Milwaukee: el Partido Republicano es ya el partido de Trump
El candidato ofrecer¨¢ este jueves el discurso estrella de la convenci¨®n, en la que acaba un viaje que comenz¨® con el repudio de los suyos tras el asalto al Capitolio
El 13 de febrero de 2021 la historia de Estados Unidos estuvo a punto de cambiar. Como en uno de esos c¨®mics de la serie de Marvel What If? (?Y si?), que aventuraban l¨ªneas temporales alternativas para sus superh¨¦roes, es tentador imaginar qu¨¦ pa¨ªs ser¨ªa hoy este si aquel d¨ªa tan solo 10 senadores republicanos m¨¢s hubieran votado a favor en el segundo juicio pol¨ªtico (impeachment) contra Donald Trump. Muchos hab¨ªan criticado abiertamente al a¨²n presidente por su papel en el asalto al Capitolio del 6 de enero anterior, pero aquel d¨ªa no se atrevieron a firmar lo que habr¨ªa sido una sentencia de muerte pol¨ªtica.
Tambi¨¦n es tentador pensar c¨®mo ser¨ªa hoy del Partido Republicano si hace tres a?os y medio hubieran pasado la p¨¢gina de Trump. Estos d¨ªas, la formaci¨®n se re¨²ne en Milwaukee en su convenci¨®n nacional con un doble objetivo: cerrar la papeleta para las elecciones de noviembre, que completa el candidato a vicepresidente, J.D. Vance, y rendir culto al l¨ªder, convertido en un m¨¢rtir y en un personaje m¨ªtico, casi inmortal, tras sobrevivir el s¨¢bado pasado a un intento de atentado en directo en un mitin en Pensilvania.
Aclamado como aspirante a la Casa Blanca por unanimidad el lunes por los cerca de 2.500 delegados presentes en Milwaukee, Trump ofrecer¨¢ este jueves por la noche su gran discurso, del que poco se sabe m¨¢s all¨¢ de la sospecha de que tratar¨¢ de dar una cierta imagen de moderaci¨®n. Despu¨¦s de todo, ya no se trata de convencer a los suyos, sino al resto de los que podr¨ªan votarle. Esa intervenci¨®n ser¨¢ el punto culminante de una reuni¨®n triunfal de cuatro d¨ªas que est¨¢n transcurriendo sin el disenso con el que, como reci¨¦n llegado, fue recibido en la convenci¨®n de 2016, ni la ansiedad de la pandemia que ensombreci¨® la de 2020.
Por lo dem¨¢s, todo est¨¢ pensado esta vez para rendir pleites¨ªa al gran l¨ªder en el estadio de baloncesto en el que se celebra la convenci¨®n. Hay fotos de ¨¦l por todas partes a tama?o (sobre)natural, y las tiendas y puestos callejeros rebosan con un merchandising que lo glorifica hasta en su condici¨®n de delincuente convicto. Est¨¢n el Vest¨ªbulo Trump y el Sal¨®n 47, que hace referencia al n¨²mero que le corresponder¨¢ como presidente de Estados Unidos si gana en noviembre.
Los delegados solo tienen cosas buenas que decir de ¨¦l, y las alabanzas corren sin freno sobre la tribuna de los oradores. En el estrado no se espera, como ser¨ªa l¨®gico en una reuni¨®n as¨ª, a ninguna de las figuras tutelares del pasado del partido, como, por ejemplo, el expresidente George W. Bush. Las voces discordantes solo se admiten si, como la de Nikki Haley, su m¨¢s seria contrincante en las primarias, traen un discurso de arrepentimiento por haberse enfrentado en el pasado a Trump.
Basta echar un vistazo al palco en el que se sienta el candidato ¨Dcon una venda en la oreja que, aunque cueste creerlo, se ha convertido en un accesorio para algunos de los asistentes¨D para ver hasta qu¨¦ punto Trump ha moldeado en estos a?os el partido a su capricho. All¨ª se ha visto al locutor de Fox News Tucker Carlson y a algunos de los congresistas m¨¢s extremos del Capitolio, como Matt Gaetz y Marjorie Taylor Greene, ambos al final de su viaje de los m¨¢rgenes al centro del poder, as¨ª como al presidente de la C¨¢mara de Representantes, el ultracat¨®lico Mike Johnson. Es la tercera autoridad del pa¨ªs y el martes pint¨® en su intervenci¨®n un futuro para Estados Unidos peligrosamente parecido al de una teocracia.
Kevin McCarthy ¨Drepublicano de la vieja guardia que precedi¨® a Johnson en el puesto de speaker hasta que una rebeli¨®n liderada por Gaetz se cobr¨® su cabeza¨D se asombr¨® el martes en un encuentro con periodistas extranjeros del camino recorrido por Trump desde el asalto al Capitolio (tras el que McCarthy tambi¨¦n lo critic¨® sin reservas), as¨ª como de la fortaleza con la que llega este momento, cuando faltan menos de cuatro meses para la cita con las urnas; casi todas las encuestas lo dan como vencedor en las elecciones que lo enfrentar¨¢n en noviembre a la peor versi¨®n posible de Joe Biden, cuyas aptitudes f¨ªsicas y mentales est¨¢n en entredicho desde su desastroso desempe?o en el debate que enfrent¨® a ambos en Atlanta. ¡°Me sorprende incluso lo mucho que ha cambiado su talante desde el intento de asesinato; [el expresidente] es otra persona¡±, a?adi¨® McCarthy.
El atentado, en cuya investigaci¨®n a¨²n quedan muchos cabos sueltos, es el ante¨²ltimo cap¨ªtulo de la asombrosa historia de la ca¨ªda y el ascenso de Trump, que comienza con su protagonista en sus horas m¨¢s bajas: surcando el 20 de enero, d¨ªa de la toma de posesi¨®n de Biden, casi a hurtadillas, los cielos de Washington a bordo del helic¨®ptero presidencial rumbo a un exilio dorado: Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida).
La mansi¨®n ha sido el escenario de los peores momentos de Trump. Entre ellos, el registro del FBI en busca de los papeles confidenciales que se llev¨® sin permiso de la Casa Blanca y que est¨¢n en el origen de uno de los cuatro juicios que este lunes, justo a tiempo para la fiesta de Milwaukee, desestim¨® la jueza, nombrada por el expresidente. Por Palm Beach tambi¨¦n han ido pasando casi todos los que en alg¨²n momento le dieron la espalda a ¡°besar el anillo¡±, expresi¨®n usada por Haley cuando dijo que no pasar¨ªa por eso... hasta que acab¨® haci¨¦ndolo.
Mar-a-Lago fue el lugar en el que el magnate lanz¨® su candidatura a la Casa Blanca en noviembre de 2022. Lo hizo tan pronto para tapar los malos resultados republicanos en las elecciones de medio mandato. En aquel momento, aparentemente aislado y reducido a su imagen m¨¢s airada y resentida, el magnate parec¨ªa condenado a la irrelevancia, y que una nueva cara, la del gobernador de Florida Ron DeSantis (otro que el martes se trag¨® el sapo de hablar en la convenci¨®n de su rival) ser¨ªa capaz de desalojarlo. Solo fue un espejismo.
El anuncio en marzo de 2023 de que un gran jurado de Nueva York iba a juzgar a Trump por un viejo asunto ¨Del pago a la actriz porno Stormy Daniels para que callara sobre una relaci¨®n sexual entre ambos¨D inici¨® el viacrucis de cuentas penales pendientes del expresidente: despu¨¦s llegaron las imputaciones en Florida, por los papeles de Mar-a-Lago; Washington, por sus intentos de revertir los resultados leg¨ªtimos de las elecciones de 2020; y Atlanta, por sus amagos de pucherazo en aquellos meses en el Estado de Georgia.
De esta ¨²ltima investigaci¨®n sali¨® la foto de su ficha policial, la primera de un presidente en la historia de Estados Unidos. R¨¢pidamente, se convirti¨® en un icono. En el juicio de Nueva York acab¨® condenado por 34 delitos graves. Su sentencia tendr¨ªa que haberse conocido el viernes pasado, pero un salvavidas lanzado por el Tribunal Supremo (tres de cuyos nueve jueces design¨® Trump) la retras¨®. Seis magistrados votaron a favor de ampliar la inmunidad de sus actos como presidente, y eso tambi¨¦n alej¨® la posibilidad de la celebraci¨®n del resto de los juicios antes de las elecciones, a las que los estadounidenses acudir¨¢n sin saber si uno de los candidatos ser¨¢ o no condenado a prisi¨®n.
¡°La desestimaci¨®n del caso de los papeles de Mar-a-Lago prueba de nuevo que todo se debe a una caza de brujas¡±, explic¨® este mi¨¦rcoles en Milwaukee Kevin Cabrera, que trabaj¨® como jefe de la campa?a de Trump en Florida en 2020. ¡°Ninguno de los juicios se refieren a asuntos pol¨ªticos, que tuvieran que ver con su desempe?o como presidente, y forman parte de la estrategia que trata de derribarlo desde el mismo d¨ªa en el que baj¨® por la escalera mec¨¢nica¡±.
Cabrera se refiere al teatral anuncio de su primera candidatura presidencial en 2015, cuando la estrella de la telerrealidad descendi¨® ante las c¨¢maras sobre el fondo dorado de la Trump Tower, en Manhattan, para anunciar su intenci¨®n de ser el pr¨®ximo presidente. Nadie se lo tom¨® entonces demasiado en serio.
Sobre esas escaleras comenz¨® una de las historias pol¨ªticas m¨¢s asombrosas de nuestro tiempo, una historia llena de momentos en los que sus rivales dieron por acabado a su protagonista demasiadas veces y demasiado pronto. El de este jueves ser¨¢ su primer discurso como candidato y como superviviente de un atentado. Y qui¨¦n sabe si tambi¨¦n ser¨¢ el arranque del cap¨ªtulo de su historia que llevar¨¢ de regreso a Trump a la Casa Blanca.
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