M¨®nica de la Fuente, de Madresfera: ¡°El tiempo tal y como lo conoc¨ªas deja de existir al ser madre y cuesta asumirlo¡±
La periodista y fundadora de una de las m¨¢s famosas plataformas de crianza publica el libro ¡®Adi¨®s expectativas, hola realidad¡¯. Son 44 cap¨ªtulos en los que desgrana con humor e iron¨ªa lo que su supone aterrizar al ¡°planeta madre¡±
Somos coleccionistas de expectativas. Las elaboramos pacientemente, las modelamos, nos recreamos en ellas y, cuando llega el momento de la verdad, se desparraman ante el primer soplo de realidad. Sobre lo que imaginamos y lo que despu¨¦s realmente sucede cuando llegamos a la maternidad ha escrito M¨®nica de la Fuente, periodista y fundadora de la plataforma de blogs de crianza Madresfera, en Adi¨®s expectativas, hola realidad (editorial Zenith).
A lo largo de 44 cap¨ªtulos, breves pero intensos, De la Fuente desgrana con optimismo y sentido del humor lo que supone aterrizar en el ¡°planeta madre¡± y atravesar los primeros a?os hasta llegar a la adolescencia de los hijos. Y lo hace sin caer en la infantilizaci¨®n de la experiencia o en lo que se denomina momsplaining ¡ªadaptaci¨®n del t¨¦rmino mansplaining para definir a quienes explican algo a otras madres de forma condescendiente o paternalista¡ª, sino que nos ofrece una silla para sentarse al fresco para hablar de lo que nos sucede. Porque, como dice, ¡°cont¨¢ndonos reivindicamos nuestro sitio en una sociedad que no valora la maternidad, ni intelectual, ni personalmente¡±.
PREGUNTA. A quien se pregunte si hace falta publicar otro libro m¨¢s de maternidad, ?qu¨¦ le dir¨ªa?
RESPUESTA. Que esa misma pregunta se podr¨ªa hacer de cualquier otro tema. ?Cu¨¢ntos libros de pintar mandalas tenemos en el mercado y nadie cuestiona su pertinencia? ?Y cu¨¢ntos de recetas salen cada a?o? ?Por qu¨¦, entonces, damos por hecho que sobre la maternidad ya est¨¢ todo dicho? Yo misma ca¨ª en esa trampa de menospreciar nuestra experiencia maternal al enfrentarme al folio en blanco y reflexionar acerca de qu¨¦ iba a contar yo que ya no estuviera dicho. Pero al final, tras haber terminado y publicado el libro, s¨ª creo que debemos reivindicar cada vivencia, cada experiencia y cada momento que consideremos tan importante y tan necesario (o hasta m¨¢s) que compartir la receta del bocata de moda.
P. ?Por qu¨¦ necesitamos contarnos?
R. Porque cont¨¢ndonos reivindicamos nuestro sitio en una sociedad que no valora la maternidad, ni intelectual, ni personalmente. Al dejar de producir dejas de ser eficiente para el mundo, te lo hace saber, te expulsa del sistema. Y eso lo hemos asimilado y nos quedamos en los m¨¢rgenes, a lo nuestro, cuidando y criando, hasta que volvamos a producir y a hablar de cosas relevantes, de lo que mueve el mundo. As¨ª que necesitamos contarnos, leernos y gritarnos si hace falta.
P. ?Cu¨¢nto influyen las expectativas en la experiencia de la maternidad?
R. Tanto como estamparte contra una pared. Por supuesto, depender¨¢ much¨ªsimo de cada situaci¨®n y de cada maternidad, que ya sabemos que no hay dos iguales. Pero tenemos muchas ideas preconcebidas, heredadas y aceptadas social y culturalmente que nos cuesta mucho desterrar.
P. ?Se puede decir que las expectativas son una trampa?
R. S¨ª que lo son, estoy de acuerdo. Y no solo pasa en la maternidad, tambi¨¦n en otros aspectos de nuestra vida. El problema con las expectativas y tener hijos para m¨ª radica en que, en muchas ocasiones, pueden impedirte disfrutar las cosas realmente bellas que la realidad y el caos tambi¨¦n encierran, y que seguramente no entraban en esos planes de perfecci¨®n que ten¨ªamos antes.
P. Los primeros a?os de crianza son complejos porque, como ya sabemos, los ni?os no se cuidan solos. ?Dir¨ªa que vamos poco a poco recuperando tiempo seg¨²n crecen o el tiempo es un privilegio que deja de pertenecerte para siempre?
R. F¨ªjate que creo que dices adi¨®s a tu tiempo cuando das a luz. El tiempo como esa esfera gaseosa, esa burbuja en la que antes viv¨ªas, que era tuyo y de nadie m¨¢s. Y que deja de existir tal cual era al convertirte en madre. Cambia. Muta. Pasa a ser otra cosa y asumirlo cuesta mucho. ?Es mejor o peor? Es diferente. Y ni cuando se vayan de casa seremos igual de independientes. Siempre tendremos una agenda con sus cumplea?os apuntados y las comidas en casa los domingos. Y tal vez eso sea madurar¡
P. ?Considera que una pareja comprometida, consciente de lo que supone cuidar, implicada, soluciona ese problema del tiempo?
R. No, no lo considero. B¨¢sicamente, porque es mucho m¨¢s complejo que una cuesti¨®n de log¨ªstica. Evidentemente que una pareja sea responsable y ejerza su funci¨®n de progenitor y cuidador (y todo lo dem¨¢s) te lo har¨¢ m¨¢s f¨¢cil. Pero hay una esfera personal e intransferible en la que al convertirte en madre has mutado. Y no hay vuelta atr¨¢s.
P. Dice que hemos llegado a la maternidad pensando que ya lo ten¨ªamos todo conquistado¡ ?Qu¨¦ se encuentran las madres de hoy?
R. Que no tenemos ni idea de c¨®mo hacerlo funcionar. Ten¨ªamos un plan aprendido: no quer¨ªamos estar en casa como nuestras madres, pero quer¨ªamos disfrutar de nuestra maternidad. Y la realidad es que no hay un camino ¨²nico, ni uno sencillo o f¨¢cil para conseguirlo. Ni siquiera queremos todas lo mismo. Y de repente puedes descubrir que ese trabajo y esa empresa por la que dabas todo antes de ser madre ahora no te ve tan deseable ni tan ¨²til porque tienes otras prioridades. Y eso no le gusta al mercado. Lo primero es la eficiencia y producir. As¨ª que te dicen que concilies y que no abandones ni renuncies, porque solo cuidar de una criatura te va a degradar como individuo. Y ah¨ª estamos. En los dos extremos de una cuerda, tirando de nosotras mismas y dej¨¢ndonos la energ¨ªa en un tira y afloja sin sentido, en jornadas extenuantes, corriendo para llegar a la oficina, a recoger a los ni?os, a hacer la compra, a vivir sin aliento y sin saber hacia d¨®nde corremos.
P. ?Qu¨¦ pasa cuando solamente quieres ser madre esos primeros a?os de crianza?
R. Te encuentras con un problem¨®n. El feminismo no lo pone f¨¢cil ah¨ª porque tiene sus propias contradicciones a la hora de situar la maternidad y lo que se vive durante esos primeros a?os dentro de una liberaci¨®n a la que ciertamente todas aspiramos. Tal vez entender los procesos que vivimos y poder disfrutarlos y cuidarlos sea m¨¢s liberador de lo que pens¨¢bamos antes. Pero aqu¨ª, y en el libro, ¨²nicamente hablo de mi experiencia y de lo que yo cre¨ªa que me iba a empoderar. Y c¨®mo cuando tuve que reincorporarme al trabajo a los tres meses de dar a luz me romp¨ª por dentro. Deber¨ªamos poder cuidar durante el primer a?o, si es lo que queremos, y no sentir que estamos fallando al sistema o a nosotras mismas.
P. ?Nos quejamos lo suficiente las madres?
R. No tenemos tiempo de quejarnos. Y estoy pensando en las madres con criaturas con necesidades especiales, o sin recursos, o las que cr¨ªan solas, o en situaci¨®n irregular en nuestro pa¨ªs y con todo en contra. De verdad que necesitamos reivindicar su protecci¨®n, y la de sus hijos, como prioridad de nuestro enfado y protestas.
P. ¡°La maternidad es creer que est¨¢s haciendo todo lo que puedes¡±, asegura en el libro. ?Somos las madres que queremos o las que podemos?
R. Evidentemente, las que podemos y nos dejan. Que aqu¨ª hay una parte social inmensa, y que las circunstancias pueden jugar en tu contra y t¨² ser una persona estupenda, pero tocarte unas cartas mal¨ªsimas. Por eso hay que reivindicar el soporte a la maternidad, para que puedan cuidar en condiciones y ser las mejores madres posibles. Todas podr¨ªamos ser mejores madres con tiempo disponible, muchas horas de sue?o y un buen caf¨¦ cada ma?ana.
P. Suya es la idea de que debemos abrazar el caos en la crianza. ?Qu¨¦ es eso de abrazar el caos?
R. Es apreciar la vida y valorar la imperfecci¨®n de la crianza tal cual viene, sin filtros. Es entender que ni nosotras ni la maternidad somos lo que esper¨¢bamos, pero que ciertamente somos lo mejor que tenemos y que debemos abrazarnos y cuidarnos. A nosotras y a nuestras criaturas. Mucho.
P. ?Puede ser este el ¨²nico consejo realmente ¨²til de los miles que recibimos cuando tenemos hijos e hijas?
R. (Risas) No lo s¨¦. Que un consejo valga o no depender¨¢ de cada situaci¨®n y de cada persona¡ Recuerdo con mucho cari?o a esa funcionaria que me tranquiliz¨® durante la tortura burocr¨¢tica que estaba siendo para m¨ª registrar a mi primera hija y me aconsej¨® que intentase vivir despacito para no perderme nada. Puede que para otra persona no signifique nada, pero ciertamente hay palabras y, sobre todo, actitudes y caricias que pueden significar un mundo para ti. As¨ª que, mundo, porfi, cuida a las madres.
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