El desaf¨ªo de aplicar la disciplina positiva con un hijo adolescente: sin ira, con escucha y desde la honestidad
Este m¨¦todo de crianza invita a los padres a buscar qu¨¦ hay detr¨¢s de la mala conducta de los j¨®venes, ya que muchas veces es su forma de pedir ayuda, aunque no lo digan expl¨ªcitamente. Es importante conseguir una conexi¨®n saludable con ellos y un equilibrio entre la autoridad y la permisividad

Muchos padres y madres creen que deben controlar a sus hijos adolescentes exactamente como lo hac¨ªan con ellos cuando eran ni?os. Les castigan, sermonean, chantajean... Act¨²an de esta manera porque acreditan que es lo que se debe hacer, por eso de: ¡°Soy tu padre-madre, no tu amigo¡±. Sin embargo, seg¨²n los expertos, la disciplina positiva defiende que los progenitores deben abandonar los estilos demasiado autoritarios o permisivos por otros donde la relaci¨®n sea horizontal entre adultos y adolescentes, con respeto mutuo, y donde se ense?an habilidades de vida a los chicos, es decir, a buscar soluciones para sus problemas sin esperar ser rescatados por sus padres. Marisa Moya, psic¨®loga y maestra especializada en Ciencias Humanas, explica que este m¨¦todo es una filosof¨ªa de vida que invita a los adultos a aprender y a desarrollar habilidades con sus hijos para trabajar la empat¨ªa: ¡°Para eso, es necesario trabajar nuestro autoconocimiento; los padres necesitan hacer un trabajo interior para poder ayudar a los hijos a hacer este aprendizaje de habilidades, ya que, a veces, sale el grito de manera autom¨¢tica. Y hay que entender por qu¨¦ se reacciona as¨ª, buscar las causas de la ira¡±.
La disciplina positiva fue creada por Jane Nelsen y Lynn Lott, dos conferencistas estadounidenses, y es una corriente que propone una educaci¨®n parental donde hay un equilibrio entre la autoridad y la permisividad. Al educar al ni?o se buscan soluciones cuando surge una mala conducta o un problema como un mal desempe?o escolar, un objeto de alto valor que se ha roto por culpa del menor, un exceso de horas dedicadas a las pantallas... La realidad es que, en la actualidad, han proliferado talleres para padres, madres y educadores de ni?os y ni?as en edad escolar, pero lo que todav¨ªa no es tan conocido es que este m¨¦todo puede ser igual de v¨¢lido para educar a las personas adolescentes.
En su libro Disciplina positiva para adolescentes, Nelsen y Lott explican que los padres est¨¢n acostumbrados a tres estilos de educaci¨®n: el controlador, el permisivo y el negligente. Estos modelos se refieren al corto plazo, seg¨²n sostienen, porque no se les estimula para ser adultos capaces. Sus efectos son r¨¢pidos, pero no duran en el tiempo, seg¨²n explican. Sin embargo, ¡°una educaci¨®n con el foco en el largo plazo s¨ª posibilita que los chicos desarrollen habilidades de vida necesarias para convertirse en miembros cooperativos de la sociedad, y de esto trata la disciplina positiva¡±, recalcan en el libro.
¡°La disciplina positiva se integra en todos los contextos, sirve para ni?os, adolescentes y tambi¨¦n, por qu¨¦ no, para adultos¡±, afirma la psicoterapeuta Bibiana Infante. Ella explica que esta filosof¨ªa ayuda a los padres a acompa?ar a sus hijos en el proceso de cambio ¡°de forma que puedan abonar el terreno para que se sientan escuchados, sin necesitar humillar a los dem¨¢s y a colocar el foco en las soluciones¡±.
Seg¨²n la experta, en los talleres que imparte anima a progenitores a realizar din¨¢micas para cambiar la mirada hacia las personas adolescentes: ¡°Una de esas actividades consiste en dibujar a un chico t¨ªpico. Muchas veces dibujan personajes llevando gorras y ropas de marca, tecleando el smartphone y pidiendo que se les deje en paz. Sin embargo, este es un estereotipo que no est¨¢ alineado con la realidad¡±. ¡°El adulto en esta etapa vive en la incertidumbre. A medida que su hijo entra m¨¢s en la adolescencia, su miedo crece. Deber¨ªa comprender que tiene que aceptar al ser humano que es su hijo¡±, agrega Moya.
¡°Es com¨²n que los padres lleguen a los talleres despu¨¦s de que la conexi¨®n con sus hijos est¨¦ da?ada¡±, argumenta Diana Jim¨¦nez, psic¨®loga y educadora. ¡°Estas familias vienen tras un camino largo y dif¨ªcil, a punto de tirar la toalla, muy desanimados y pidiendo ayuda. Algunos expresan el deseo de que la adolescencia pase r¨¢pido y quieren recuperar al ni?o que perdieron¡±, sostiene. ¡°No los reconocen, sienten que hay un muro entre ellos, porque los chicos buscan independencia y no aprueban sus ideas. No consiguen comunicarse¡±, se lamenta.
¡°Efectivamente, muchas veces los progenitores quieren que sus hijos hagan exactamente lo que ellos desean, pero los chicos tienen otra idea y quieren ser escuchados¡±, incide Infante. Para esta experta, el resultado es que los chicos se alejan de sus padres, acreditando que no son comprendidos y que no hay empat¨ªa. ¡°Tambi¨¦n existe un temor desde el lado de los adultos sobre el crecimiento de las nuevas tecnolog¨ªas en las manos de los chicos¡±. Lo mejor, asegura, siempre es prevenir. ¡°Es necesario informarse sobre el proceso de la adolescencia para no tomar las actitudes de los j¨®venes como algo personal contra nosotros¡±, agrega Jim¨¦nez.
Moya recuerda que los adolescentes est¨¢n en un momento muy especial de su desarrollo: ¡°Esta etapa es el renacimiento. Tienen que posicionarse en el mundo. Est¨¢n en proceso de construcci¨®n humana. Hay que respetar la necesidad de separarse de la familia que tienen las personas adolescentes¡±. Infante recalca que la disciplina positiva invita a buscar lo que hay detr¨¢s de una mala conducta, ya que muchas veces es su forma de pedir ayuda a los adultos: ¡°Aunque no diga nada y parezca que quiera estar solo, es importante que sepa que sus padres estar¨¢n siempre a su lado¡±. La psicoterapeuta se?ala que hay que demostrar inter¨¦s por su mundo y compartir c¨®mo fue su propia adolescencia: ¡°Son maneras muy eficaces de mantener una conexi¨®n saludable con ellos¡±.
Adem¨¢s, Moya destaca la importancia de dejar claro a los chicos que cuentan con la confianza de sus padres: ¡°El adulto debe abandonar el miedo y ser honesto con la persona adolescente. Buscar la honestidad emocional, en lugar de controlarle, confiar en lo que toda la familia ha trabajado durante todos los a?os de crianza que lleva junta¡±.
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