El reto de educar a los adolescentes en lo digital sin caer en el odio a la tecnolog¨ªa
M¨¢s all¨¢ de saber o no de tecnolog¨ªa, los padres deber¨ªan interesarse por lo que ven y escuchan sus hijos en la red, porque puede que lo que est¨¦n percibiendo no lo entiendan correctamente. Necesitan alguien que los acompa?e, les explique y les ense?e a pensar cr¨ªticamente
A los padres de los adolescentes y ni?os nacidos en las generaciones Z y alfa les ha tocado educarles en tiempos complejos. Las redes sociales, los dispositivos conectados a internet y los videojuegos, entre otras cosas, los han puesto ante un reto nada desde?able que incluye el educar tambi¨¦n para la vida online. La competencia digital, sin embargo, no la adquieren los adolescentes por el mero hecho de ser nativos digitales. Este t¨¦rmino, el de nativos digitales, que acu?¨® el experto en educaci¨®n Marc Prensky (Nueva York, 1946), puede llevar a equ¨ªvoco. Ni se sabe todo sobre la vida digital por nacer con un m¨®vil debajo del brazo ni los inmigrantes digitales ¡ªlas personas entre 35 y 55 a?os, que nacieron antes de los noventa y han formado parte del progreso evolutivo de la tecnolog¨ªa¡ª son totalmente in¨²tiles en ese aspecto. Creo que nadie se deber¨ªa agarrar a esas dos ideas para eludir la responsabilidad de abordar la educaci¨®n tambi¨¦n desde el enfoque digital.
No es la primera vez, ni ser¨¢ la ¨²ltima, que una innovaci¨®n tecnol¨®gica crea un cisma entre generaciones. Cuenta el profesor de Filosof¨ªa y doctor en Psicolog¨ªa Jordan Shapiro (Filadelfia, 1977) en su libro The New Childhood: Raising Kids to Thrive in a Connected World (La nueva infancia: criar a los ni?os para que prosperen en un mundo conectado, por su traducci¨®n al castellano) que S¨®crates (Atenas, a?o 470 a.C.) rechazaba la introducci¨®n de la escritura. Tambi¨¦n se le atribuye al fil¨®sofo esa cita lapidaria que dice: ¡°La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, contradice a sus padres y tiraniza a sus maestros¡±. Un salto generacional y un salto tecnol¨®gico juntos son un c¨®ctel casi explosivo, en el a?o 400 antes de Cristo y en el a?o 2023.
La mayor¨ªa de los padres tratan de aplicar el sentido com¨²n a la hora de educar, pero lo que para unos entra dentro de la normalidad, para otros es motivo de castigo. ?D¨®nde est¨¢ el equilibrio entre la negligencia y el autoritarismo? Si se presta atenci¨®n a la teor¨ªa de los cuatro estilos parentales (democr¨¢tico, autoritario, indulgente y negligente) seguro que muchos buscan ser unos mod¨¦licos progenitores democr¨¢ticos.
Pero para ser un buen padre o madre en los tiempos que corren el list¨®n est¨¢ muy alto, m¨¢s de lo que lo estuvo para generaciones anteriores, y todo por culpa de la tecnolog¨ªa y las redes sociales. No faltan expertos, psic¨®logos e incluso grandes gur¨²s de Silicon Valley que recomiendan mantener a los ni?os lejos de las pantallas y progenitores que han sido capaces de educar a sus hijos sin tecnolog¨ªa. Conseguir algo as¨ª es desde luego digno de asombro. Hay que estar muy convencido y tener mucha seguridad, adem¨¢s de grandes cualidades parentales en otros muchos aspectos. Pero ?es ese el modelo a seguir? ?Qu¨¦ favor se les hace a los ni?os y adolescentes neg¨¢ndoles tener presencia online? Personalmente, creo que lo correcto es educar responsablemente en lo digital sin caer en el neoludismo o la tecnofobia.
Estoy segura de que se puede ser feliz sin pantallas, tambi¨¦n S¨®crates era feliz sin libros, pero no se debe olvidar que si no hubiera sido gracias a Plat¨®n (Atenas, 427 a.C.), que dej¨® por escrito el pensamiento de su maestro, hoy no se conocer¨ªa casi nada del gran fil¨®sofo griego. La tecnolog¨ªa beneficia a la sociedad en su conjunto. Y si se proh¨ªbe a los menores tener una vida online ?cu¨¢nto se perder¨¢n los padres que no sean capaces de entenderla? ?Se puede educar democr¨¢tica y plenamente sin saber nada de redes sociales, de videojuegos, de influencers, youtubers o tiktokers? Del mismo modo que los padres habitualmente se interesan por conocer a los amigos de sus hijos, independientemente de que los conozcan en clase o en un videojuego online, y por saber si son una buena influencia o no, deber¨ªan interesarse por saber qu¨¦ ven y escuchan, porque lo que los menores est¨¦n percibiendo en el mundo digital es posible que no lo entiendan correctamente. Necesitan alguien que los acompa?e, les explique y les ense?e a pensar cr¨ªticamente. Y para esto no hace falta saber mucho de tecnolog¨ªa, sino escuchar y razonar con ellos. Dejarlos solos ser¨ªa una negligencia.
La tecnolog¨ªa expone a los ni?os a situaciones de las que tambi¨¦n se aprende. Y no solo sobre competencias digitales, conocimientos o habilidades duras como saber manejar un procesador de textos, una hoja de c¨¢lculo o un software de dise?o gr¨¢fico, que les ser¨¢n ¨²tiles en su vida acad¨¦mica y en su vida laboral, sino tambi¨¦n habilidades blandas ¡ªempat¨ªa, trabajo en equipo, etc¨¦tera¡ª. Las redes sociales, por ejemplo, son un entorno perfecto para poner en pr¨¢ctica la regulaci¨®n emocional. De hecho, creo que ya no se deber¨ªa hablar de educaci¨®n digital sin implicar la educaci¨®n emocional y medi¨¢tica. Del mismo modo que se necesita una educaci¨®n STEM (Ciencia, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa y Matem¨¢ticas, por sus siglas en ingl¨¦s), se necesita una educaci¨®n DEM (Digital, Emocional y Medi¨¢tica), una educaci¨®n que prepare para tener competencias t¨¦cnicas en el uso y manejo de aplicaciones y dispositivos, software y tambi¨¦n hardware, para lidiar emocionalmente con la vida digital y para aprender a discernir las noticias y el contenido de calidad de los bulos y noticias falsas.
Est¨¢ claro que los peligros del uso inadecuado de los m¨®viles y consolas, redes sociales y videojuegos est¨¢n a la orden del d¨ªa, con el ciberacoso a la cabeza de las principales preocupaciones de los padres, y la falta de atenci¨®n en las aulas por escasez de horas de sue?o y adicci¨®n a los videojuegos y las redes sociales, entre las de los docentes. Pero negarle la actividad digital a un adolescente me parece que no es la soluci¨®n. Siendo realistas, es m¨¢s probable que oculten que tienen vida online que realmente se mantengan al margen de lo digital. As¨ª que la educaci¨®n, nos guste o no, tambi¨¦n incluye acompa?ar y ser modelo en el uso de la tecnolog¨ªa. Ser inmigrantes digitales no excluye a nadie de ello.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.