Las l¨¢grimas ocultas del duelo perinatal
Cuando un beb¨¦ muere antes de nacer, o a los pocos d¨ªas de llegar al mundo, el apoyo del entorno y de la comunidad m¨¦dica es fundamental para aceptar y no cronificar el dolor de la p¨¦rdida
¡°Eres joven, ya tendr¨¢s otros hijos¡±, ¡°tienes que volver a intentarlo¡±, ¡°lo importante es que est¨¦s bien¡¡±. Las reacciones emocionales de quienes sufren una p¨¦rdida perinatal ¡ªaquella que se produce desde que el feto es viable, hacia la semana 22 del embarazo, hasta pasados 28 d¨ªas del parto¡ª son similares a las de aquellos afectados por cualquier otra muerte, pero las circunstancias son muy diferentes. Entre otras cosas, porque la sociedad minimiza y resta importancia a su dolor con comentarios y expresiones como las citadas al inicio del art¨ªculo, impensables en duelos de otro tipo. En Espa?a, cada a?o fallecen alrededor de 2.000 beb¨¦s de muerte perinatal, seg¨²n la Asociaci¨®n Umamanita, organizaci¨®n cuyo fin es el apoyo, sensibilizaci¨®n y humanizaci¨®n de la atenci¨®n a la muerte y el duelo perinatal.
Hace nueve a?os Bel¨¦n Ortu?o, fisioterapeuta, se encontraba en la semana 39 de gestaci¨®n. Ten¨ªa 33 a?os y viv¨ªa sin problemas su primer embarazo; pero todo se torci¨®: ¡°Not¨¦ como un golpe en la barriga, aunque no le dimos mayor importancia. El lunes le coment¨¦ a mi marido que no notaba mucho al beb¨¦, y el martes fuimos a hacer una ecograf¨ªa¡±. Cuando a la doctora se le empez¨® a cambiar la cara, supieron que algo iba mal: ¡°Bel¨¦n, el coraz¨®n est¨¢ parado. Lo siento, pero el beb¨¦ est¨¢ muerto¡±. A la incredulidad le sigui¨® una parte si cabe a¨²n m¨¢s dif¨ªcil: la de dar a luz al beb¨¦, tras descartar someterse a una ces¨¢rea. ¡°Recuerdo que me dieron dos Valium y me pusieron oxitocina, para provocar el parto, pero claro, un beb¨¦ muerto no ayuda, y un chico tuvo que ponerse encima de mi barriga para poder sacarlo¡±, recuerda. Aunque lo m¨¢s duro, asegura, fue ¡°volver a casa cuando t¨² cre¨ªas que ibais a ser tres, y acabas regresando sola con tu marido¡±.
¡°En esta situaci¨®n, ni la madre ni el padre han podido interactuar con el beb¨¦, o la interacci¨®n ha sido muy escasa. Quien sufre la p¨¦rdida pasa por toda una serie de s¨ªntomas y de cambios a nivel emocional, pero, a nivel social, ese dolor ni se entiende ni se valida¡±, explica Mercedes Lacalle, profesora colaboradora de los estudios de Psicolog¨ªa y Ciencias de la Educaci¨®n de la UOC. ¡°Se empieza a hablar, pero todav¨ªa no lo suficiente¡±, a?ade. Un mutismo social que no solo dificulta la elaboraci¨®n del duelo, sino que favorece su cronificaci¨®n, como el hecho de que la persona afectada no quiera hablar de ello, no conecte con la p¨¦rdida o la racionalice en exceso.¡°No hablar de estas situaciones que son tan dolorosas no es en absoluto una soluci¨®n, aunque lo parezca. Puede serlo a corto plazo, pero a largo plazo acaba teniendo consecuencias¡±, sostiene Lacalle.
¡°Muchas veces el entorno cercano, en un intento por consolar, acaba negando el sufrimiento que hay en esa p¨¦rdida. Y quienes est¨¢n pasando por ese proceso llegan incluso a sentir que su reacci¨®n es desproporcionada¡±, a?ade. ¡°Y cuando luego te preguntan tus familiares y amigos es una situaci¨®n complicada, porque ellos no saben ni qu¨¦ decirte¡ yo hasta me pon¨ªa en su piel y pod¨ªa entender que no supieran gestionarlo, porque ni yo mismo lo sab¨ªa¡±, rememora Ortu?o.
Tamara Mart¨ªn, enfermera de 36 a?os en una cl¨ªnica privada de Barcelona, sabe muy bien lo que es pasar por esa falta de comprensi¨®n social ante un duelo perinatal que, en su caso, no vivi¨® una vez, sino dos (en 2019 y 2020). ¡°En la primera p¨¦rdida mi entorno reaccion¨® mal. Lo que quer¨ªan es que estuvi¨¦ramos bien, y por eso le restaban importancia e intentaban minimizarlo. Hasta que me enfad¨¦ con todo el mundo y les dije que lo que necesitaba era hacer un duelo, llorar y estar triste. Y a partir de ese momento todo fue mejor¡±. ¡°Cuando, en marzo de 2020 y con nueve semanas de embarazo, la historia se repiti¨® y el coraz¨®n de mi beb¨¦ dej¨® de latir, quise darle un sentido a su muerte, pensando que, como enfermera, ten¨ªa que estar ayudando a la gente que estaba muriendo por la pandemia, y que ello servir¨ªa para que pudiera cuidar a los pacientes que tan mal lo estaban pasando con la covid¡±, cuenta. En el segundo aborto, adem¨¢s, su entorno supo actuar mucho mejor y le ofrecieron un apoyo m¨¢s fuerte.
?C¨®mo vivir el duelo perinatal?
Ante todo, lo que resulta imprescindible es sacar el duelo fuera. ¡°Llorar, escribir y desahogarte; hablarlo con tus amigas, con tus padres o con tu pareja, que, aunque no lo viva desde tu percepci¨®n de haber tenido que parir, tambi¨¦n est¨¢ haciendo un duelo¡±, esgrime Ortu?o. ¡°Creo que lo ideal es poder hablar y llorar; no cerrar la puerta de la habitaci¨®n del beb¨¦ y no entrar en un a?o. El tiempo lo va poniendo todo en su sitio, y, aunque la pena y el recuerdo no te los quita nadie, aprendes a vivir, porque no te puedes descolgar de la vida¡±.
Aunque muchas parejas lo acaban superando por s¨ª mismas, en ocasiones es necesaria ayuda psicol¨®gica. Pero tambi¨¦n hay otra serie de herramientas que pueden ser ¨²tiles, como acudir a grupos de ayuda mutua o contactar con personas que han pasado por una situaci¨®n similar. ¡°Yo busqu¨¦ una psic¨®loga perinatal para poder transitar y elaborar un buen duelo; y tambi¨¦n busqu¨¦ en las redes sociales gente que hubiera pasado por lo mismo que yo. Eso me ayud¨® mucho¡±, afirma Mart¨ªn.
?Cu¨¢ndo es el momento de intentar tener otro hijo? ¡°Los psic¨®logos siempre les aconsejan cerrar primero esa parte emocional, para afrontarlo de una manera m¨¢s sana desde el punto de vista emocional y de salud mental¡±, sostiene la ginec¨®loga Patricia Barbero, tambi¨¦n coordinadora de atenci¨®n al parto en el Hospital 12 de Octubre, en Madrid. ¡°Cuanto m¨¢s cerrado est¨¦ el proceso de duelo anterior con m¨¢s tranquilidad y de una manera m¨¢s sana podr¨¢ afrontar el siguiente embarazo y parto, e incluso el nacimiento y la crianza de ese hijo¡±, a?ade. En este hospital madrile?o, por ejemplo, se recomienda a las mujeres que esperen entre tres y seis meses antes de intentar un nuevo el embarazo, tanto por motivos m¨¦dicos (para que lleguen los resultados de todas las pruebas realizadas al beb¨¦ y a la madre, y de ser necesario se pongan los tratamientos necesarios) como psicol¨®gicos y emocionales.
?Puede predecirse una muerte perinatal?
Lamentablemente, en tres de cada cuatro casos no se encuentra una causa que explique el motivo de la defunci¨®n. ¡°Salvo cuando existe un diagn¨®stico previo de una malformaci¨®n fetal, en el que sabemos que hay m¨¢s probabilidades tanto de muerte una vez nacido como dentro del ¨²tero¡±, explica Barbero. Una situaci¨®n desalentadora, ¡°porque los padres se quedan con esa pregunta sin responder¡± a pesar de que, en estos casos, se ofrezca hacer una autopsia al beb¨¦ y un estudio a la madre, por si tuviera alguna enfermedad relacionada con un mayor riesgo de muerte perinatal.
En lo que respecta a los factores de riesgo, Barbero se?ala todos los h¨¢bitos de vida no saludables que ya de por s¨ª est¨¢n contraindicados en el embarazo, como el tabaquismo, el consumo de alcohol o de sustancias: ¡°Luego, es verdad que hay ciertas infecciones que la madre puede adquirir durante el embarazo, como listeria o una toxoplasmosis, y que pueden pasar al feto a trav¨¦s de la placenta¡±.
Protocolos de actuaci¨®n en los hospitales
Para la ginecóloga Patricia Barbero la forma de actuar en los centros hospitalarios tras la muerte de un bebé ha evolucionado enormemente en los últimos 10 años. “No tanto en la parte científica, sino sobre todo en el acompañamiento: qué decir (y qué no) a una mujer y su familia; la incorporación de psicólogos; la recomendación a las parejas para que se tomen el tiempo de despedirse de su hijo, que lo vean, lo vistan, le hagan fotos y se queden con un recuerdo”. Cosas que, afirma, antes no se ofrecían, ante la duda sobre cómo iban a reaccionar los padres, y que ahora se sabe que ayudan a cerrar el círculo.
Barbero señala, además, otro de los avances que ha protagonizado el Hospital 12 de Octubre en el que trabaja: separar a las mujeres que viven una muerte prenatal, tanto a la hora de dar a luz como después, y tenerlas en una planta diferente a la de las mujeres que han dado a luz, aunque en algunos hospitales todavía se las ingresa en plantas de Maternidad.
Unos protocolos y pruebas que, sin ir más lejos, ayudaron a Belén Ortuño, fisioterapeuta, y a Tamara Martín, enfermera, a hacer crecer finalmente sus respectivas familias. A Martín, por ejemplo, le detectaron una malformación uterina, de la que se operó para luego hacer un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) con diagnóstico genético preimplantacional (es decir, se miran los genes del embrión antes de implantarlos en el útero) y poder dar la bienvenida a su hijo, que hoy cuenta con dos años. Ortuño, por su parte, tiene dos hijos de cinco y ocho años.
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