Ibone Olza: ¡°La maternidad es un conflicto encarnado en el cuerpo de cada madre porque no se reconoce nuestra biolog¨ªa¡±
En ¡®Palabra de madre¡¯, su ¨²ltimo libro, la autora hace una potente reivindicaci¨®n de la maternidad, sin dejar de lado cuestiones como la violencia obst¨¦trica o la imposibilidad de la conciliaci¨®n
Que la maternidad es la experiencia m¨¢s arrolladora que se puede vivir, se descubre cuando te conviertes en madre. Lo es porque supone una transformaci¨®n radical en el cuerpo y en la mente de cada una, pero tambi¨¦n lo es porque te pone frente a las fobias sociales con respecto a nuestras maternidades. A las dificultades. A las violencias. A la precariedad. A la invisibilidad. Para Ibone Olza (Lovaina, 1970), psiquiatra infantil y perinatal y directora del Instituto Europeo de Salud Perinatal, es importante que reconozcamos ¨Csocial y personalmente¨C el enorme valor de la maternidad para poner fin a la culpa y a muchos de los malvivires que nos atraviesan cuando tenemos hijos. Y eso pasa por nombrar y proteger las necesidades de las madres y de los beb¨¦s, poniendo as¨ª verdaderamente los cuidados en el centro. En Palabra de madre (Vergara), su ¨²ltimo libro publicado, hace una potente reivindicaci¨®n de ello, sin dejar de lado cuestiones como la violencia obst¨¦trica, la imposibilidad de la conciliaci¨®n, la ausencia de redes, la p¨¦rdida del control de nuestros cuerpos o las inseguridades que el patriarcado y el capitalismo nos han generado para que la rueda siga girando. La propia experiencia personal de Olza atraviesa las p¨¢ginas a trav¨¦s de una escritura bella y honesta, convirti¨¦ndose en un hilo invisible que nos une irremediablemente a ella. Porque en la historia de cada madre siempre encontramos heridas compartidas que sanan mejor con el revolucionario b¨¢lsamo de la identificaci¨®n y la empat¨ªa.
PREGUNTA. ?Qu¨¦ sabemos de la maternidad y de las madres?
RESPUESTA. Pues sabemos lo que el patriarcado nos cuenta en torno a la idea de lo que es una madre. Vivimos en una sociedad que da la espalda a las madres, que nos quita el poder, que no reconoce ni da valor al trabajo de las madres. Por lo tanto, es una sociedad que sabe muy poco de la maternidad, que, por un lado, te la vende idealizada, pero luego ignora las necesidades de las madres.
P. Adrienne Rich hablaba de la necesidad de derribar la instituci¨®n de la maternidad, entendida como una forma de control del cuerpo de la mujer y la supervivencia del patriarcado. ?Sigue en pie la instituci¨®n?
R. Sigue en pie porque sigue en pie el patriarcado. Y derribarlo pasa por reapropiarnos de la maternidad desde nuestros cuerpos. Necesitamos reflexionar y debatir en torno a qu¨¦ es la maternidad y qu¨¦ maternidades queremos. La clave para m¨ª es poner la d¨ªada en el centro y reconocer nuestra naturaleza mam¨ªfera. Ser madre sin esto es la paradoja imposible.
P. Explicas en el libro que la cultura nos desconecta de nuestra biolog¨ªa¡
R. La maternidad es un conflicto encarnado en el cuerpo de cada madre porque no se reconoce nuestra biolog¨ªa. Por un lado, est¨¢ lo que nos pide el cuerpo: aliviarles el sufrimiento, cuidarles, protegerles. Y por otro, un discurso social que va en la l¨ªnea contraria: d¨¦jale llorar, no le cojas, da igual si eres t¨² u otra persona quien cuida de tu hijo o de tu hija, innumerables horas de guarder¨ªa¡ Se quita valor a lo que haces, e incluso se espera que hagas justo lo contrario. Esto se da a lo largo de toda la crianza y en la adolescencia tambi¨¦n, y provoca un conflicto interior brutal que se manifiesta en ese injusto sentimiento que es la culpa.
P. Tambi¨¦n se habla mucho de la idealizaci¨®n del amor materno. T¨² lo reivindicas porque aseguras que un beb¨¦ nace esperando ese amor. Que nace profundamente enamorado.
R. Est¨¢ mal visto hablar del amor. Parece cursi. Y, sin embargo, es fascinante ver como nuestros hijos nos quieren pese a todo y contra todo. A veces verlo en ellos te hace verte a ti misma desde otro lugar, nos ayuda a ser compasivas con nosotras mismas. No somos conscientes tampoco de que el primer amor de nuestras madres es el molde para los siguientes amores de la vida. En psicoterapia entender como fue ese primer amor con nuestra madre nos da muchas pistas de lo que nos pasa. Por eso es tan importante cuidar la forma en la que nacemos, las pr¨¢cticas, el acompa?amiento y, por supuesto, la atenci¨®n a las necesidades de cada madre.
P. Y luego est¨¢ la cuesti¨®n que apuntas de que padres y madres no somos intercambiables. ?Por qu¨¦?
R. Decir hoy que ser madre no es lo mismo que ser padre, parece algo recalcitrante. Algo conservador. Pero no tienes m¨¢s que observar a un beb¨¦ de diez d¨ªas para darte cuenta de que el beb¨¦ no tiene ninguna duda: nace esperando a su madre. Parece mentira como decir cosas obvias supone un se?alamiento o un conflicto. Tenemos que ser conscientes de nuestra clara diferencia biol¨®gica y reconocer el enorme poder que tenemos de gestar y dar vida.
P. Dices lo de la diferencia biol¨®gica y pienso en algo que dice una buena amiga: que los cuidados solo importan cuando son ellos los que cuidan. M¨¢s all¨¢ del buen marketing del t¨¦rmino, ?entendemos los cuidados?
R. Los cuidados tienen sentido para cubrir una necesidad. Y para esto hay que empezar nombrando qu¨¦ necesitan los m¨¢s vulnerables, qu¨¦ necesitan los beb¨¦s. Los beb¨¦s necesitan estar con su madre y que su madre est¨¦ bien. Si la d¨ªada, madre y beb¨¦ es tan importante, y es lo m¨¢s vulnerable que hay, habr¨¢ que ver qu¨¦ es lo que necesitan las madres. Obviamente valorando el contexto y las necesidades de cada madre, que no son las mismas para todas. Como sociedad falta esto. Lo de los cuidados suena a vendernos de nuevo otra moto. Cuidados, s¨ª, pero para cubrir qu¨¦ necesidades. Tenemos que pensar que los cuidados al nacer est¨¢n muy condicionados por la biolog¨ªa y esto tiene una raz¨®n de ser. No es un capricho, no es algo que se pueda alterar sin consecuencias.
P. ?Y qu¨¦ se encuentran las madres?
R. Las madres se encuentran con much¨ªsimas dificultades y much¨ªsima soledad en el postparto. Si te das cuenta tenemos las revisiones del ni?o sano, pero no se contempla la atenci¨®n a las madres. Muchos de los problemas que aparecen (lactancia, cansancio, depresi¨®n, dudas¡) se podr¨ªan prevenir o aliviar con una atenci¨®n personalizada y con un seguimiento emocional. Tambi¨¦n con la creaci¨®n de espacios de apoyo en los que compartir.
P. ¡°Creada la necesidad, ya tenemos el mercado¡±, escribes refiri¨¦ndote a c¨®mo se han mercantilizado las inseguridades que el propio sistema nos inocula.
R. Creada la carencia, ya tenemos el negocio. Esto es el capitalismo. Si las madres primerizas, si los padres primerizos no saben por qu¨¦ llora su beb¨¦, el primer sitio al que van es a la farmacia y all¨ª se les puede vender casi cualquier cosa. Lo mismo con los artilugios, los mobiliarios¡ Y es una pena porque muchos de esos llantos se aliviar¨ªan mejor con atenci¨®n, con cuidados, con acompa?amiento. Con comunidad. Es esto lo que creo que nos toca recuperar: la comunidad en la crianza.
P. ?Los libros de crianza son los nuevos manuales de autoayuda?
R. Ahora vivimos en un exceso de informaci¨®n. Es abrumador. Pero toda esa informaci¨®n sin un acompa?amiento no sirve de nada. Es mucho m¨¢s ¨²til estar en un grupo, con otras madres, con otras familias, y compartir las dificultades, las dudas, los miedos, que cualquier manual que podamos leer. Lo que se aprende ah¨ª, en esos grupos, no est¨¢ en ning¨²n libro porque aprendes a relativizar y eso es un alivio enorme. Hemos medicalizado la lactancia y la crianza: buscamos donde est¨¢ el problema continuamente, pero muchas veces lo ¨²nico que necesitamos es compa?¨ªa y compartir, sobre todo en el postparto.
P. Hemos asumido que debemos aceptar los malvivires de la maternidad como algo intr¨ªnseco a la experiencia. ?Qu¨¦ necesitamos para vivir una maternidad m¨¢s grata?
R. El panorama es tan desolador que nos cuesta imaginar otras maneras. En parte ya estamos haciendo algo: estamos nombrando lo que sucede, lo estamos visibilizando. Pero creo que tenemos que recuperar el encuentro, la reuni¨®n. La alegr¨ªa. Poner en el centro el gozo por la crianza. Tenemos que reconstruir juntas la narrativa en torno a las maternidades, y todo esto debe estar en el debate p¨²blico. Para ello las primeras que tenemos que honrarlo y darle valor somos nosotras, y esto tiene que ser mucho m¨¢s colectivo. Mi libro es una propuesta para seguir hablando a nivel social de c¨®mo est¨¢n las madres, qu¨¦ necesitamos y qu¨¦ nos imaginamos. Pienso, por ejemplo, en el debate de los permisos. Para m¨ª tienen que ser transferibles y no solo eso, tambi¨¦n deben ser infinitamente m¨¢s flexibles. Por eso necesitamos creatividad, escucha e imaginaci¨®n.
P. Y es dif¨ªcil cuando ya se empieza tan mal. Escribes: ¡°Los sabes bien, es raro salir ilesa del parto. Casi todas salimos con heridas y puntos, en la vagina o en el vientre, en el alma. Es dif¨ªcil estrenarse as¨ª como madre¡±.
R. El batacazo del parto es un momento absolutamente revelador. Muchas mujeres salen del hospital desconectadas de sus beb¨¦s y de sus cuerpos, y se sienten culpables de no disfrutar del beb¨¦, de sus problemas con la lactancia, de estar muy nerviosas y tristes, como si fuese un problema de ellas. La mayor¨ªa de las veces no relacionan que quiz¨¢s se sienten as¨ª en parte por todo lo que han vivido en el hospital.
Pero no es solo la mala praxis y la mala atenci¨®n, hay otros muchos frentes abiertos. Venimos de un feminismo de muchas renuncias a la maternidad y a la crianza, que ha peleado por otros temas, pero que ha dejado de lado este. Ahora nos toca pelear por ello y reconocer la maternidad, elegida y voluntaria, como una fuerza creadora enorme. A nivel social tambi¨¦n creo que se est¨¢ vendiendo una imagen de la maternidad que la convierte en un negocio. Se dice que se puede posponer, que se pueden congelar los ¨®vulos¡ y esto ha fomentado el auge de la industria de la reproducci¨®n asistida. Cada una elegir¨¢ su momento, pero tambi¨¦n hay que nombrar lo que supone posponerlo. Y permitir que las que desean ser madres puedan hacerlo igual con 20 que con 45 a?os¡
P. ?Se puede hacer compatible lo productivo y lo reproductivo? ?Es posible esa conciliaci¨®n de la que siempre se habla?
R. M¨¢s que conciliar dos cosas que no hay por d¨®nde cogerlas juntas tenemos que hablar de reconciliaci¨®n. Reconciliarnos con la naturaleza, con el tiempo lento, con las necesidades de los m¨¢s vulnerables. Debemos verlo como una riqueza, como un valor, porque cuando estamos criando estamos haciendo una labor social enorme.
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