¡®Juan sin miedo¡¯: c¨®mo ense?ar a los ni?os a ser precavidos sin caer en el exceso de prudencia
Las emociones juegan un papel esencial en la adaptaci¨®n del organismo al medio. A efectos pr¨¢cticos, lo que se cataloga como un miedo positivo o negativo es la consecuencia que muestro como respuesta ante ¨¦l, seg¨²n las expertas
Hab¨ªa una vez un muchachito que no ten¨ªa absolutamente miedo a nada: ni a la tempestad, ni a los tiburones, ni a los patrones. Juan quiso dar la vuelta al mundo buscando algo que le pudiera atemorizar, pregunt¨¢ndose en qu¨¦ consistir¨¢ esa sensaci¨®n llamada miedo. Lleg¨® a una posada y le invitaron a dormir en un abandonado castillo que a todos los vecinos atemorizaba. Juan entr¨® all¨ª y se prepar¨® la cena. Muchas telara?as, olor a cerrado pero ni rastro de miedo. De repente, una pierna gigante apareci¨® por la chimenea mientras Juan degustaba una rodaja de longaniza como si nada. Juan sin miedo (Laberinto, 2015) es un cuento tradicional sobre un ni?o cero temeroso. Pero ?y si algo de miedo es bueno para los ni?os y las ni?as?
La psic¨®loga Mireia Carrera afirma que el miedo es bueno para adultos y criaturas, ya que es un reflejo animal, ¡°de los pocos que nos quedan en los seres humanos que nos ayudan a protegernos¡±. Cuando sentimos miedo nos ponemos en alerta y la adrenalina corre por nuestras venas para salvaguardar nuestra existencia. ¡°El miedo es una emoci¨®n b¨¢sica con gran valor adaptativo¡±, asegura Coni La Grotteria, directora pedag¨®gica de la escuela infantil Ituitu (y premio Global Teacher Prize 2021). A?ade que la gesti¨®n del miedo pasa por diversas fases evolutivas: ¡°Los primeros miedos suelen ser a los extra?os, separaci¨®n de nuestros referentes de apego. Luego llega la oscuridad, los animales, hasta que a partir de los seis u ocho a?os, el cerebro empieza a discriminar entre lo real y la fantas¨ªa¡±. Mireia Carrera distingue: ¡°Ser miedosos es otra cosa, tener miedo por todo es patol¨®gico. Que un ni?o crezca con miedo es insano y no le ayuda a avanzar ni a aprender. Le merma su autoestima y le hace dudar en todo a lo largo de la vida¡±.
?Podemos decir que hay un miedo negativo (que paraliza) y un miedo que puede llegar a ser positivo (para que no se tiren por la ventana) por ejemplo? La educadora social y escritora Tania Garc¨ªa-Medina se?ala que las emociones, cuando se clasifican en positivas o negativas, no quieren decir que estas sean buenas o malas. ¡°Como plante¨® Darwin, las emociones juegan un papel esencial en la adaptaci¨®n del organismo al medio. A efectos pr¨¢cticos, lo que puedo catalogar como positivo o negativo es la consecuencia y/o conducta que muestro como respuesta a esa emoci¨®n¡±, dice. Mireia Carrera asegura que el miedo que les paraliza (normalmente) es a lo desconocido, ¡°a aquello que no se han enfrentado antes¡±; as¨ª que no disponen de herramientas para aceptarlo y desenvolverse en ese momento. ¡°El positivo es aquel que es sano porque les mantiene en alerta, pero saben c¨®mo solucionar esa situaci¨®n y buscar alternativas inmediatas¡±, dice Carrera.
La Grotteria asegura que en momentos de miedo ¡°el cerebro se queda secuestrado por la emoci¨®n¡±, por ello es esencial que las madres y los padres acompa?emos sus sensaciones y ¡°dejemos que surjan de una manera sana y respetuosa para que poco a poco puedan expresarlos o verbalizarlos¡± (as¨ª ellos se sentir¨¢n seguros). Para la psic¨®loga Carrera, la mejor soluci¨®n al miedo es anticiparse y explicar ¡°desde nuestro punto de vista qu¨¦ puede suceder y c¨®mo se deber¨ªa actuar en cada situaci¨®n¡±. Por ejemplo, d¨¢ndoles instrucciones claras: ¡°Si un d¨ªa te pierdes, no te muevas del sitio donde te has perdido¡±, o ¡°pide a una mujer que tenga ni?os que te ayude¡±. La psic¨®loga asegura que ese ni?o no va a dejar de tener miedo ¡°sano¡± pero sabr¨¢ c¨®mo actuar y no ser¨¢ tan traum¨¢tico. As¨ª que la mayor¨ªa de situaciones miedosas se compensan con directrices y explicaciones.
Dice Tania Garc¨ªa-Medina que los adultos tendemos a expresarles que estas emociones negativas tienen que pasar r¨¢pido (intentando por ejemplo cambiar de tema al ver que la emoci¨®n negativa va aumentando en intensidad) o a restarles importancia a las mismas. Y a?ade: ¡°La evidencia cient¨ªfica ya ha demostrado que poner nombre y hablar de las emociones tiene efectos muy positivos sobre la gesti¨®n emocional, disminuyendo incluso la intensidad de esa emoci¨®n¡±. No se trata, por tanto, de pasar r¨¢pido la sensaci¨®n, sino de que la pasen acompa?ados.
La directora Coni La Grotteria nos invita a revisar nuestros propios miedos, ya que somos modelos y gu¨ªas para la infancia: ¡°C¨®mo nosotros actuemos frente a las situaciones de peligro, asco, terror u otras emociones, ser¨¢ para ellos el punto de partida a imitar¡±. Los ni?os y las ni?as necesitan experimentar, probar, descubrir diversas situaciones para favorecer la regulaci¨®n emocional y adquirir progresivamente seguridad y autonom¨ªa. Todas estas experiencias deben desarrollarlas desde la libertad y un acompa?amiento respetuoso. ¡°Por ello ser¨¢ necesario poner l¨ªmites frente al peligro o algo que puede hacerles da?o, pero con sentido com¨²n y equilibrio¡±, asegura La Grotteria.
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