Cristina L¨®pez del Burgo, m¨¦dica: ¡°Hay quienes no recurren a la reproducci¨®n asistida por motivos econ¨®micos o ¨¦ticos, pero s¨ª desean ser padres¡±
Cuando esta doctora supo que no pod¨ªa ser madre se puso a investigar sobre la infertilidad, 15 a?os despu¨¦s, publica ¡®El camino de la infertilidad¡¯, un libro en el que recoge todas las cuestiones implicadas en el hecho de no poder tener hijos, desde razones puramente biol¨®gicas a las implicaciones sociales, familiares y personales
Detr¨¢s del deseo de ser madre o padre puede haber m¨²ltiples motivos e impulsos. Hay expertos, como la pensadora Casilda Rodrig¨¢?ez, que hablan de este deseo como una parte m¨¢s de la sexualidad, y otros, como el pediatra T. Berry Brazelton y el psiquiatra Bertrand G. Cramer, que analizan una variedad de motivaciones profundas relacionadas con la biograf¨ªa de cada persona ¡ªfactores como la identificaci¨®n, la satisfacci¨®n de necesidades narcisistas o intentos de recrear viejos lazos a trav¨¦s del hijo o la hija, entre otros¡ª. Pese a ese deseo latente, muchas personas se enfrentan a la realidad de no poder tener hijos, pese a desearlos.
Cuestiones econ¨®micas y laborales se entremezclan con razones puramente f¨ªsicas, complicando la forma en la que hoy se transita el camino hacia la maternidad y la paternidad. Fue lo que le ocurri¨® a Cristina L¨®pez del Burgo (Pamplona, 49 a?os), m¨¦dica especialista en medicina familiar y comunitaria. Ella y su marido Javier deseaban tener hijos, tanto es as¨ª que incluso ten¨ªan pensados sus nombres. Sin embargo, aquellos hijos nunca llegaron y el camino vital que hab¨ªan so?ado cambi¨® de direcci¨®n.
Fue entonces cuando L¨®pez del Burgo comenz¨® a investigar en torno a la infertilidad, hace ya 15 a?os, lo que le ha llevado a publicar recientemente El camino de la infertilidad (Planeta, 2024). En el libro recoge de forma rigurosa todas las cuestiones implicadas en el hecho de no poder tener hijos, desde razones puramente biol¨®gicas a las implicaciones sociales, familiares y personales. Porque en la infertilidad tambi¨¦n hay incomprensi¨®n, soledad y una crisis vital que, como recuerda la m¨¦dica, se deben seguir haciendo visibles.
PREGUNTA. ?Qu¨¦ cree que es lo m¨¢s dif¨ªcil cuando se desean los hijos pero debe asumirse una vida sin ellos?
RESPUESTA. Creo que el camino se hace muy dif¨ªcil cuando no se es consciente de que la vida de cualquier persona puede ser muy fecunda, independientemente de tener o no hijos. Tambi¨¦n influye mucho en la vivencia la incomprensi¨®n del entorno sobre qu¨¦ supone la infertilidad. Esto hace que las parejas se sientan muy solas, lo que hace m¨¢s dif¨ªcil el camino.
P. ?C¨®mo se podr¨ªa mejorar el apoyo y la comprensi¨®n hacia las personas que enfrentan problemas de fertilidad en la sociedad?
R. En primer lugar, conociendo mejor qu¨¦ supone la infertilidad en la vida de una pareja. Eso evitar¨¢ que hagamos comentarios inadecuados que pueden herirles todav¨ªa m¨¢s. No se nos suele ense?ar c¨®mo acompa?ar el sufrimiento y menos, una muerte prenatal. La mayor¨ªa de las veces se trata de escuchar, de validar ese sufrimiento (sin quitarle importancia, pero sin magnificarlo) y de estar disponibles para lo que necesiten, tanto material como emocionalmente.
P. Las causas de la infertilidad son m¨²ltiples, y afectan tanto a hombres como a mujeres. En el libro recuerda que pueden ser f¨ªsicas, pero tambi¨¦n hay otros factores de riesgo que la condicionan, como puede ser el contexto socioecon¨®mico.
R. As¨ª es. El contexto socioecon¨®mico actual lleva a muchas parejas a retrasar la edad de la maternidad. Y la edad es uno de los principales determinantes de la fertilidad. A mayor edad, menor probabilidad de conseguir el embarazo tanto de manera natural como por fecundaci¨®n in vitro. Y esto es algo que debemos tener muy presente. Es cierto que el estilo de vida repercute en la salud. El consumo de alcohol, tabaco u otras drogas, el sedentarismo, la falta de descanso nocturno, los alimentos procesados, entre otros, afectan negativamente a la salud reproductiva. Pero la edad es un factor determinante.
P. ?Se sigue esperando que las mujeres sean madres? ?A¨²n existe esa presi¨®n social?
R. S¨ª, creo que todav¨ªa existe esa presi¨®n social y m¨¢s en las mujeres que en los hombres. Pero tambi¨¦n nos estamos yendo al polo opuesto. ?ltimamente, veo con asombro c¨®mo se infravalora la maternidad y c¨®mo se critica a las mujeres que han decidido, libremente, dedicar m¨¢s tiempo a la crianza de sus hijos que a sus carreras profesionales. Creo que ninguno de los extremos es adecuado.
P. Seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Fertilidad, la infertilidad afecta a una de cada seis personas. ?C¨®mo impacta a nivel emocional el diagn¨®stico?
R. Depende de cada persona, pero, en general, se vive como una crisis vital. Al principio se siente desconcierto, porque lo que pensaban que iba a ser f¨¢cil no lo es. Despu¨¦s pueden ir apareciendo la tristeza, la culpa o la rabia. Son emociones propias del proceso de duelo por la p¨¦rdida de ese proyecto de ser padres. Es habitual que se sienta envidia ante los embarazos ajenos, porque te recuerdan que t¨² no lo est¨¢s consiguiendo. A veces tambi¨¦n surgen reproches dentro de la pareja, generalmente por una falta de comunicaci¨®n. Hombres y mujeres vivimos la infertilidad de distinta manera y, si no expresamos c¨®mo nos sentimos, podemos malinterpretar lo que hace, o no hace, el otro.
P. En el libro insiste en que no hay obligaci¨®n moral de hacerse todas las pruebas posibles, ni de someterse a tratamientos de fertilidad. ?Libera la aceptaci¨®n de que se puede emprender un nuevo camino sin hijos?
R. ?Claro que libera! Cada pareja tiene sus circunstancias. Por ejemplo, hay quien no recurre a la reproducci¨®n asistida por motivos econ¨®micos o por cuestiones ¨¦ticas que colisionan con sus valores. Eso no quiere decir que no deseen ser padres. Lo siguen deseando con todas sus fuerzas, pero, en su caso, no est¨¢n dispuestos a conseguirlo a cualquier precio, y no me refiero solo al econ¨®mico. Y hay que respetar su decisi¨®n. Adem¨¢s, si un camino te quita la paz, es mejor no continuar por ah¨ª.
P. ?Tambi¨¦n hay parejas dispuestas a todo?
R. El deseo a veces es muy poderoso. Muchas parejas acaban recurriendo a terapias o a personas que ofrecen m¨¦todos muy alejados de la ciencia para convertirse en padres, aprovech¨¢ndose de su vulnerabilidad. Creo que nuestra responsabilidad es estar bien informados sobre esos m¨¦todos o terapias, saber si tienen fundamento cient¨ªfico y si pueden tener alg¨²n efecto negativo en la salud f¨ªsica y mental. Por ejemplo, atribuir la imposibilidad de quedarte embarazada a conflictos de tus ancestros o a bloqueos mentales puede hacer que una mujer no consulte al m¨¦dico, con lo que se retrasa el diagn¨®stico y/o el tratamiento, pudiendo empeorar su patolog¨ªa. Tambi¨¦n esa creencia puede acabar aumentando la carga emocional que ya sufr¨ªa, necesitando ayuda psicol¨®gica. Por otra parte, estos m¨¦todos o terapias suelen centrar los problemas de fertilidad en la mujer, por lo que la salud masculina queda desatendida. Recordemos que el hombre tambi¨¦n puede tener problemas de fertilidad que hay que procurar resolver.
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