Roc¨ªo N¨²?ez, bi¨®loga: ¡°Si hay pocas posibilidades de un embarazo, la mujer tiene que saberlo, no se pueden dar falsas esperanzas¡±
Tras 30 a?os dedicados a la reproducci¨®n asistida, la experta publica ¡®Diario de una bi¨®loga: un viaje por el alma de una profesional de la reproducci¨®n¡¯, un libro en el que desgrana su recorrido profesional y personal durante estas d¨¦cadas
En 1984 nac¨ªa la primera beb¨¦ gestada en Espa?a con t¨¦cnicas de la fecundaci¨®n in vitro. Cuatro a?os m¨¢s tarde se promulgaba la primera ley espa?ola para regular las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida, pionera en Europa. Roc¨ªo N¨²?ez Calonge (Madrid, 62 a?os), autora de Diario de una bi¨®loga: un viaje por el alma de una profesional de la reproducci¨®n (libros.com), finaliz¨® sus estudios de Biolog¨ªa en los a?os ochenta para ¡°intentar conocer el origen de la vida¡±. Posteriormente, durante su formaci¨®n en el hospital Ram¨®n y Cajal, en Madrid, se familiariz¨® con la infertilidad masculina y los espermatozoides: ¡°En el laboratorio de androlog¨ªa conoc¨ª no solamente las alteraciones del semen que llevaban a los varones a la infertilidad, sino los problemas de estos y sus parejas¡±. N¨²?ez descubri¨® entonces lo importante que era para todos ellos la no consecuci¨®n de un embarazo, muchas veces despu¨¦s de intentarlo durante a?os.
En su libro publicado recientemente, la bi¨®loga detalla las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida a las que se someten algunas parejas para lograr el anhelado embarazo, la alegr¨ªa tras conseguir la gestaci¨®n o la decepci¨®n si no se logra. Cuenta la dureza del proceso tanto para los profesionales como para los pacientes, pero sobre todo habla de emociones, pues considera que el trato es tan importante como el cuidado de los gametos y embriones, porque ¡°los pacientes prefieren humanidad a sabidur¨ªa: el saber lo dan por hecho, pero la empat¨ªa no¡±.
PREGUNTA. El nacimiento de la primera ni?a por fecundaci¨®n in vitro (FIV) en Espa?a de alguna manera dirigi¨® sus pasos hacia la embriolog¨ªa.
RESPUESTA. Cuando cursaba Biolog¨ªa mi objetivo era trabajar en un laboratorio, nunca hab¨ªa sopesado dedicarme a la reproducci¨®n asistida, pero la finalizaci¨®n de mis estudios coincidi¨® con el nacimiento de Victoria Anna, el primer beb¨¦ nacido en Espa?a gracias a la FIV, y me sent¨ª atra¨ªda por esta disciplina. Las circunstancias y las casualidades hicieron el resto. En 1985 empec¨¦ a trabajar en el hospital Ram¨®n y Cajal, donde estuve durante cuatro a?os como asistente voluntaria, sin ning¨²n tipo de remuneraci¨®n. Posteriormente, fui contratada y trabaj¨¦ all¨ª hasta 1998. Luego, pas¨¦ al ¨¢mbito privado. En esa ¨¦poca, empec¨¦ a ver realmente la importancia que tiene la infertilidad en nuestro mundo, el sufrimiento que provoca en las parejas y en las pacientes cuando no logran quedarse embarazadas.
P. ?Cu¨¢les son los principales motivos por los que una mujer no consigue el embarazo de manera natural?
R. Ahora mismo el motivo principal es la edad. Conforme se va retrasando la maternidad hay m¨¢s problemas para concebir: la reserva ov¨¢rica disminuye y los ¨®vulos no son de buena calidad. Luego hay otras causas que se reparten, m¨¢s o menos, por igual, como la endometriosis, el ovario poliqu¨ªstico y la baja reserva ov¨¢rica en mujeres j¨®venes.
P. ?C¨®mo calificar¨ªa el recorrido que hacen las parejas en la consecuci¨®n del embarazo?
R. Arduo, dif¨ªcil y estresante, aunque, afortunadamente, ha cambiado en los ¨²ltimos a?os. Antes una pareja, si no se quedaba embarazada, esperaba y esperaba porque no hab¨ªa tantos centros de fertilidad ni tanta informaci¨®n. Ahora, en lugar de acudir al m¨¦dico de familia, aunque tambi¨¦n lo hagan, las derivan directamente a un centro especializado. El problema surge cuando en ese centro o no les informan adecuadamente o no tienen inter¨¦s por solucionarles el problema o les dan falsas esperanzas. A veces, las mujeres se someten a un tratamiento en un centro y si no se embarazan se van a otro, as¨ª hasta encontrar realmente aquel en el que se encuentran m¨¢s a gusto y cuyos profesionales le ofrecen m¨¢s confianza.
P. Existen unos principios ¨¦ticos que deben ser considerados en todos los ¨¢mbitos de la medicina, aunque quiz¨¢s m¨¢s a¨²n en los que, adem¨¢s, tienen una responsabilidad a?adida frente al no nacido. ?C¨®mo afrontarlos?
R. Nuestros principios ¨¦ticos implican la veracidad; es decir, hay que decirle siempre a la paciente la verdad sobre el proceso y que puede afrontarse de muchas maneras. Si una paciente tiene pocas probabilidades de lograr un embarazo tienes que explic¨¢rselo, no puedes darle falsas esperanzas. Este ser¨ªa un principio ¨¦tico. Tambi¨¦n tendr¨ªamos que respetar su autonom¨ªa. Si una pareja toma una decisi¨®n sobre cualquier tratamiento, hay que hablarlo, consensuarlo, estudiarlo con el equipo m¨¦dico, pero es necesario respetar esa autonom¨ªa. Pero no solo hay principios, sino tambi¨¦n valores ¨¦ticos que tenemos que considerar. Debemos ser 100% honestos en nuestro trabajo y con las pacientes.
P. ?Qu¨¦ papel desempe?a la pareja en todo el recorrido que se realiza hasta lograr la gestaci¨®n?
R. En el caso de parejas heterosexuales, el papel del var¨®n es primordial. En el pasado, el var¨®n era ajeno; si no se consegu¨ªa el embarazo ¡°la culpa era de la mujer¡± y no quer¨ªa saber nada. Ahora, en la mayor¨ªa de las parejas, el var¨®n quiere ser part¨ªcipe activo y en muchos casos se siente mal porque es la mujer la que sufre el proceso de forma m¨¢s dolorosa en cuanto se somete a una punci¨®n o necesita tomar hormonas, por ejemplo, y ¨¦l se limita a poner la muestra de semen. Sin embargo, desde el punto de vista psicol¨®gico, el acompa?amiento es vital. Ahora, los hombres participan m¨¢s en el proceso y tambi¨¦n sufren porque a veces no saben c¨®mo ayudar. Por ejemplo, cuando a la mujer le baja la regla y se lleva un disgusto tremendo, su pareja quiere saber c¨®mo debe actuar para consolarla. En el caso de las parejas de mujeres, en aquellos modelos en los que una de ellas asume el papel masculino no existe diferencia con las parejas heterosexuales. En cambio, en el caso de aquellas parejas donde no existen esos roles, participan por igual. De hecho, ahora que cada vez m¨¢s se utiliza el m¨¦todo ROPA (Recepci¨®n de Ovocitos de la Pareja), en el que una aporta los ¨®vulos y la otra se queda embarazada, la participaci¨®n es conjunta.
Tener que decirle a una paciente que lo deje, que despu¨¦s de una serie de tratamientos ¡ªa veces no sabemos por qu¨¦ no se consigue el embarazo¡ª es el momento de abandonar, es un instante muy dolorosoRoc¨ªo N¨²?ez
P. Si no se consigue la gestaci¨®n, ?c¨®mo se afronta esta noticia?
R. Es el peor momento de todos, sobre todo si tienes que decirle a una paciente que lo deje, que despu¨¦s de una serie de tratamientos ¡ªa veces no sabemos por qu¨¦ no se consigue el embarazo¡ª es el momento de abandonar. Es un instante muy doloroso. En estos casos, lo que les digo es que lo verdaderamente importante es que conserven su relaci¨®n de pareja y que la antepongan por encima de todo, porque estos procedimientos muchas veces culminan en una separaci¨®n. Si consiguen el hijo es maravilloso, pero, si no es as¨ª, no deben verlo como una tragedia; es necesario que busquen otras v¨ªas de realizaci¨®n en sus vidas.
P. En el ¨¢mbito de la reproducci¨®n asistida, ?en qu¨¦ avances se trabaja?
R. Desde el punto de vista de la reproducci¨®n hay dos factores que marcar¨¢n los pr¨®ximos a?os, vinculados al ¨¢mbito de la gen¨¦tica, y que se encuentran en desarrollo. Uno de ellos, que se va a convertir en breve en rutina, es la sustituci¨®n del diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional para seleccionar embriones sanos que gen¨¦ticamente est¨¦n bien para transferir por el an¨¢lisis del ADN del l¨ªquido, el medio de cultivo, en el que est¨¢n los embriones. De esta manera, sin necesidad de agredir al embri¨®n, se comprueba c¨®mo es gen¨¦ticamente y se puede seleccionar el mejor para transferir. Esto es un avance espectacular. El segundo, ser¨ªa la aplicaci¨®n de la inteligencia artificial, que va a permitir seleccionar los mejores embriones para transferir, logrando que sean gen¨¦ticamente perfectos.
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