C¨®mo afecta el fin de la mascarilla a la socializaci¨®n de los ni?os y qu¨¦ pueden hacer sus padres

La pandemia, como una lupa, nos sirvi¨® para ver de cerca el lugar que los ni?os y ni?as ocupan en nuestra sociedad. Fueron los ¨²ltimos en salir, y tambi¨¦n fueron los ¨²ltimos en poder recuperar su propia normalidad en muchos casos. ?Qui¨¦n no recuerda los parques cerrados mientras las terrazas de los bares estaban abarrotadas? Su salud f¨ªsica y mental se ha visto perjudicada en estos a?os, sobre todo como consecuencia de la incertidumbre, el abuso de pantallas y el a¨²n mayor control sobre su tiempo y su espacio. Esto se ha manifestado en un aumento de las consultas por sintomatolog¨ªa ansiosa y depresiva, como bien han denunciado en numerosas ocasiones desde la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa.

El uso de la mascarilla tambi¨¦n ha copado su espacio en el malestar infantojuvenil. Ni?os y adolescentes que no ten¨ªan problema alguno para socializar y ahora encuentran dificultades. ¡°Es un da?o colateral que estamos viendo ahora que pueden quit¨¢rselas. La mascarilla ha formado parte de nuestro d¨ªa a d¨ªa, a los ni?os y adolescentes le hemos dado directrices de qu¨¦ deb¨ªan llevar la mascarilla y hemos sido insistentes en ello. Ahora las normas han cambiado y se tienen que enfrentar al miedo de mostrar su cara despejada cuando hay alguien cerca, algo a lo que no estaban acostumbrados¡±, se?ala Sonia Mart¨ªnez Lomas, psic¨®loga y directora de los centros Crece Bien.

Pablo tiene ocho a?os y sigue relacion¨¢ndose solo con su antiguo grupo burbuja. Ana est¨¢ en 1? de Primaria y dice que tiene miedo a estar en el patio con los mayores de nuevo por si ¡°se meten¡± con ellos. Carlos ha empezado el instituto este curso y sigue usando la mascarilla tanto en el aula como fuera. Laura, que tiene 10 a?os, sigue guardando cierta distancia con las personas que no conoce. Muchos ni?os y ni?as no recuerdan el mundo sin mascarillas. De hecho, han pasado una gran parte de su vida con ellas. Esto, seg¨²n la psic¨®loga, se traduce en un miedo a este cambio, a esta nueva normalidad, pero tambi¨¦n en el rechazo a una situaci¨®n diferente. A algunos les preocupa contagiarse, pero a otros mostrar su cara en p¨²blico. ¡°No est¨¢n acostumbrados, han integrado las mascarillas en su d¨ªa a d¨ªa, y tenemos que entenderlo. Adem¨¢s, en el caso de ni?os y adolescentes que ten¨ªan alg¨²n complejo, la mascarilla les daba seguridad, les ocultaba. Sin embargo, con la nueva normalidad, ahora tienen que mostrar sus complejos y superar el miedo al qu¨¦ dir¨¢n¡±, se?ala. En el caso de los adolescentes, el miedo puede ser a¨²n mayor porque pueden tener cambios corporales m¨¢s visibles que no quieran mostrar a sus compa?eros y compa?eras. Es por esto que, seg¨²n Sonia Mart¨ªnez Lomas, ese miedo a revelar su rostro puede llevarles a relacionarse con pocas personas o siempre con los mismos. ¡°Se ha limitado mucho este tiempo el poder interactuar con desconocidos, por lo que no se han entrenado las habilidades sociales lo necesario. Esto adem¨¢s les ha dejado una percepci¨®n de ser poco eficaces relacion¨¢ndose, lo que les genera una mayor inseguridad¡±, sostiene.

?Qu¨¦ impacto va a tener esto en sus relaciones? ?C¨®mo va a desarrollarse en los pr¨®ximos meses? Responde Sonia Mart¨ªnez Lomas que es de esperar que con acompa?amiento en los casos necesarios se vaya recuperando las maneras de relacionarse que ya exist¨ªan previamente a la pandemia. ¡°Me gusta transmitir siempre una idea a los chavales y chavalas: usemos todo lo que ocurre para avanzar. Que ya no utilicemos la mascarilla con la misma frecuencia es un paso importante para volver a la normalidad, pero es que tambi¨¦n va a suponer una oportunidad para superar nuestros complejos y nuestros miedos. Hemos pasado un tiempo duro, pero poco a poco hemos ido superando la pandemia y esta nos ha ense?ado muchas cosas como, por ejemplo, estrategias para superar la incertidumbre que nos rodeaba, centr¨¢ndonos en el presente, en lo que podemos controlar. Ahora que estamos cerca de la ¡°normalidad¡± es fundamental no olvidar lo aprendido y poner en pr¨¢ctica las herramientas que tenemos para que esta vuelta sea lo m¨¢s beneficiosa posible¡±, explica Mart¨ªnez Lomas.

?Qu¨¦ pueden hacer las familias y docentes?

Para empezar, Sonia Mart¨ªnez Lomas, aboga por explicar a los ni?os y adolescentes esta nueva situaci¨®n. ¡°Puede que muchos no entiendan a qu¨¦ se debe este cambio de normas, y es importante explicarles el porqu¨¦ de la situaci¨®n, adaptando el lenguaje a la edad del ni?o. Por ejemplo, le podemos decir que gracias a las vacunas hemos conseguido que ya sea muy dif¨ªcil contagiarnos y gracias ello, y a lo bien que lo hemos hecho todo este tiempo, vamos a poder estar sin mascarilla en el colegio. Darles seguridad a trav¨¦s de la comprensi¨®n de lo que les rodea¡±.

En la pr¨¢ctica, a?ade que si les causa estr¨¦s salir a la calle y ver a las personas sin mascarilla, podemos recordarles t¨¦cnicas de relajaci¨®n. ¡°La respiraci¨®n nos puede ayudar a llevar mejor este cambio¡±, dice. Si sienten que no pueden controlar que aparezcan pensamientos negativos acerca de c¨®mo les ven los dem¨¢s, si podemos recordarles que pueden entrenar la atenci¨®n para que no se vaya a esos pensamientos sino a otros est¨ªmulos que nos hagan sentir mejor.

La psic¨®loga tambi¨¦n pone el foco en la escucha activa, algo aplicable no solo en este momento sino como eje central de nuestras relaciones: ¡°Debemos escuchar qu¨¦ sienten nuestros hijos y alumnos. Darles la oportunidad de que nos cuenten lo que les pasa, lo que les preocupa, sin minusvalorar lo que sienten. Es recomendable evitar frases del tipo: ¡°No seas tonto, no tiene que sentir verg¨¹enza por ense?ar tu cara¡± o ¡°No debes tener miedo¡±. Muchos ni?os y adolescentes necesitar¨¢n enfrentarse a este cambio poco a poco, con paciencia y empat¨ªa¡±.

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