Neofobia alimentaria: cuando a los ni?os no les gusta probar alimentos nuevos
El rechazo que pueden sentir los menores por las nuevas comidas se debe, entre otras cosas, a que su paladar est¨¢ preparado para los sabores dulces mientras tienen que aprender otros, como los amargos o salados. Suele ser un problema transitorio entre los dos y seis a?os, y en pocos casos deriva en un TCA
El apetito y la conducta alimentaria de los ni?os es uno de los motivos m¨¢s frecuentes de preocupaci¨®n de los padres. De hecho, es una de las causas m¨¢s habituales de consulta en el pediatra, seg¨²n asegura Rosaura Leis, catedr¨¢tica de Pediatr¨ªa de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y coordinadora del Comit¨¦ de Nutrici¨®n y Lactancia Materna (CNyLM) de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP). Aunque hay que tener en cuenta que, tal y como se afirma en el art¨ªculo Falta de apetito de 2016, el ¨²ltimo publicado por la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa de Atenci¨®n Primaria (AEPap), ¡°comer bien o mal es un concepto relativo en el que influyen las normas sociales y las percepciones y creencias de los distintos miembros de la familia (...) Por eso en muchas ocasiones el apetito y la conducta alimentaria de los ni?os son motivo de preocupaci¨®n de los padres¡±.
Esta reacci¨®n podr¨ªa deberse a que tengan neofobia alimentaria, es decir, ¡°el rechazo que presentan algunos ni?os a ingerir nuevos alimentos, especialmente alrededor del segundo a?o, cuando est¨¢n incorporados a la mesa familiar¡±, en palabras de Leis. La experta afirma que alrededor del 20-40% de los padres refiere dificultades alimentarias con sus hijos, poco inter¨¦s por la comida, lentitud y selectividad por algunos alimentos. Seg¨²n la dietista y nutricionista Elena Toledano, la neofobia es un fen¨®meno habitual que normalmente constituye un problema leve y transitorio y que tiene mucho en com¨²n con el picky eating, esto es, ni?os quisquillosos, selectivos y con poco apetito. Eso s¨ª, no son lo mismo.
A pesar de que la neofobia alimentaria no tiene causa espec¨ªfica, Toledano entiende que corresponde a una etapa fisiol¨®gica normal por la que pueden pasar los ni?os en alg¨²n momento tras el destete y que suele alcanzar el pico entre los dos y los seis a?os, para disminuir alrededor de esa edad. ¡°S¨ª se sabe que existe un v¨ªnculo muy temprano entre la neofobia alimentaria y la lactancia materna¡±, contin¨²a la nutricionista, ¡°puerta de aprendizaje para la adquisici¨®n de una amplia gama de sabores que han sido ingeridos previamente por la madre, lo que significa que ayudar¨¢ a la aceptaci¨®n posterior de nuevos alimentos y a la preferencia de estos sabores en los alimentos de destete¡±.
Los alimentos que m¨¢s frecuentemente rechazan los ni?os en estas primeras etapas son frutas, verduras y pescado. La raz¨®n de que sea as¨ª es que el ni?o est¨¢ preparado para el sabor dulce, mientras los otros sabores ¡ªcomo el amargo o el salado¡ª tiene que ir aprendi¨¦ndolos, seg¨²n apunta Leis. Para ense?¨¢rselos, la experta recomienda la introducci¨®n de la alimentaci¨®n complementaria siguiendo el consejo del pediatra, con variedad de alimentos y texturas de acuerdo con el desarrollo del lactante. En caso de que rechace los sabores que se le presentan, el consejo de Leis es la exposici¨®n repetida a aquellos alimentos por los que el ni?o no tiene en un primer momento preferencia, intentando que los pruebe en peque?as cantidades y en un ambiente relajado, de disfrute y compartido con la familia: ¡°Hay sabores que precisan ser probados hasta 9 o 10 veces para que les gusten. No se trata de forzar la ingesta, sino de que el alimento est¨¦ en la mesa familiar y se pruebe repetidamente¡±.
Toledano propone, adem¨¢s, dejarles experimentar sus propias sensaciones de apetito y saciedad y, cuando sea posible, dejar que coman solos: ¡°Esto ayuda a que sientan el control de lo que est¨¢n comiendo. Forzar a los peques a comer alimentos que rechazan, al igual que prohibir los que creemos que no son buenos, no es la soluci¨®n en estos casos, ya que la lucha de poder en la mesa altera al peque?o que es exigente al comer¡±. ¡°La mayor¨ªa de los ni?os adoran las fuentes ricas en carbohidratos, como arroz, pasta, patata¡ No es negativo que les encanten esos alimentos, sino que acaben desplazando los otros¡±, contin¨²a Toledano. Por eso la dietista recomienda combinar ambos grupos alimenticios: ¡°Es decir, servir las propias verduras con alimentos m¨¢s energ¨¦ticos y proteicos, como cereales, legumbres, carnes, pescados y huevos¡±.
Todas estas ideas y recomendaciones se hacen para conseguir que la alimentaci¨®n no se centre solo en la idea de ingerir alimentos. ¡°Debe ser disfrute y relaci¨®n social y el ni?o tiene que ser introducido en ella, siguiendo las tradiciones gastron¨®micas y culinarias de su zona¡±, explica Leis. ¡°La familia, los padres y cuidadores, y la escuela, junto con el pediatra, van a jugar ¡ªy deben jugar¡ª un important¨ªsimo papel en la adquisici¨®n de estilos de vida saludables, en los que la alimentaci¨®n es fundamental¡±, a?ade.
Cuando se convierte en un trastorno alimentario
A pesar de que generalmente la neofobia alimentaria suele ser pasajera, a veces puede degenerar en un problema de salud mental grave. Leis cita el informe Trastorno de evitaci¨®n y restricci¨®n de la ingesti¨®n de alimentos en Pediatr¨ªa: un diagn¨®stico novedoso para una entidad frecuente en la pr¨¢ctica cl¨ªnica, publicado en 2020 en la revista Pediatr¨ªa Integral, seg¨²n el cual el 3% de los ni?os contin¨²a con problemas persistentes con la alimentaci¨®n m¨¢s all¨¢ de los 6 a?os. ¡°Esto da lugar a un impacto funcional, social y/o nutricional. En estos casos, se considera que el ni?o tiene un Trastorno del Comportamiento Alimentario [ARFID por sus siglas en ingl¨¦s: Avoidant or Restrictive Food Intake Disorder], un trastorno que forma parte del grupo diagn¨®stico de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA)¡±, apunta la catedr¨¢tica de Pediatr¨ªa.
Esta patolog¨ªa supone un riesgo de deficiencias nutricionales y/o bajo peso e impacto psicosocial. ¡°Para su diagn¨®stico deben presentar fracaso en cumplir las necesidades nutricionales y/o energ¨¦ticas, lo que se demuestra por p¨¦rdida de peso significativa¡±, prosigue Leis, ¡°y/o deficiencia de alg¨²n nutriente, y/o necesidad de suplementos nutricionales o nutrici¨®n especial y/o interferencia con la integraci¨®n psicosocial¡±.
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