?Les sacan demasiadas fotos a los ni?os en el colegio? Pros y contras de la cantidad de im¨¢genes diarias
Quien quiera conservar las cr¨®nicas gr¨¢ficas de la infancia de su hijo lo tiene ahora mucho m¨¢s f¨¢cil que antes. Eso s¨ª, vale la pena hacer una reflexi¨®n previa antes de devolver firmada la autorizaci¨®n al centro escolar
?Qu¨¦ recuerdos gr¨¢ficos tiene de su etapa de estudiante? Yo apenas unas 10 fotos grupales con toda la clase, de esas que te ven¨ªa el fot¨®grafo y costaban un dineral y no las pod¨ªas comprar cada a?o, y las orlas del cole y de la carrera. Esto si nos centramos exclusivamente en lo que son fotograf¨ªas profesionales que hab¨ªa que pagar. Y despu¨¦s tengo las cl¨¢sicas fotos hechas por mi padre de las actuaciones del festival escolar de turno, todos con ojos rojos de lic¨¢ntropos y unos encuadres que entonces d¨¢bamos por buenos, algunos carretes de los viajes de final de curso con el cole y poco m¨¢s. Casi dos d¨¦cadas estudiando en el colegio y en la carrera, y esto es todo lo que tengo. Y yo lo guardo todo, que conste.
Y no es que me ponga nost¨¢lgico, sino que ahora que ha terminado el curso he ordenado todas las fotos de nuestros hijos que han ido enviando y compartiendo desde el cole¡ y son unas cuantas. ?Demasiadas? Eso va a gustos.
Por supuesto, para cada clase sigue cayendo la cl¨¢sica foto profesional de grupo, que va subiendo al mismo precio que el aceite de oliva, y que a la que tienes varios hijos se te mezcla el orgullo paternal con la sonrisa helada de ver el precio del sobrecillo. Pero lo que ha cambiado desde mi ¨¦poca de estudiante es la cantidad de fotos que cuelgan cada d¨ªa en el Instagram del centro (en algunos colegios pixelan caras y en otros comparten sin disimular nada), que mandan a trav¨¦s de la propia app de la escuela o cuelgan en el drive de turno. Adem¨¢s de los stories diarios, claro, por si echas de menos a los peques y quieres ampliar bibliograf¨ªa. No negar¨¦ que es muy ¨²til para padres curiosos y/o hiperprotectores. Por ejemplo, nuestro hijo peque?o fue de campamento hace poco y pudimos disfrutar en diferido de sus vacaciones con los amigos de la clase, como el que se conecta a los canales 24 horas de noticias, y sin pasar nada de calor ni aguantar mosquitos.
Nuestros padres quiz¨¢ nunca supieron c¨®mo era nuestra aula o un d¨ªa normal de clase y, en cambio, para bien o para mal, gracias a la tecnolog¨ªa (y en parte tambi¨¦n por un af¨¢n difusor, y quiz¨¢ promocional, de los propios centros para ense?ar todo lo que hacen) nosotros podr¨ªamos hacer El show de Truman de cada uno de nuestros hijos en sus horas lectivas. Tampoco hay que pedirse una excedencia para ponerse al d¨ªa de las novedades, pero, como el que hace su ratito de yoga o de estiramientos, tambi¨¦n tenemos que dedicarle un tiempo al visionado y recopilaci¨®n de stories y fotos diarias. Porque a la que te despistas un poco o se te acumula el material y emociona menos cuando lo miras con prisa o te pierdes ver crecer a tus v¨¢stagos minuto a minuto.
Eso s¨ª, estamos todos tan acostumbrados al contenido de los influencers que en vez de agradecer esa peque?a ventana para cotillear la educaci¨®n de nuestros hijos, a veces nos acabamos quejando de que el encuadre de las fotos podr¨ªa mejorarse o de que nuestro hijo sale poco. No sabr¨ªa decir si esta abundancia fotogr¨¢fica es positiva o negativa, pero quien quiera conservar (y repartir entre familiares y amigos) estas cr¨®nicas gr¨¢ficas de la infancia lo tiene ahora mucho m¨¢s f¨¢cil (y barato si se limita a capturas de pantalla) que cuando el centro avisa a un estudio profesional y cada sobre con las fotos de carnet incluidas pasa de los 20 euros.
Pienso en el humorista americano (y padre de cinco hijos) Jim Gaffigan y su consejo para almacenar las fotos familiares: ¡°Las descargas todas, ni siquiera separamos las malas. Ya compraremos otro ordenador¡±. No lo veo tan exagerado, porque si miras el espacio ocupado del almacenamiento de tu tel¨¦fono, desde el que vas guardando y enviando esas fotos, seguro que te llevas un buen susto.
Sea como sea, para permitir esta tonelada de fotos anuales cada inicio de curso toca firmar unas cuantas autorizaciones con derechos de imagen, con la cl¨¢sica reflexi¨®n entre la pareja a la que te pones a leer la letra peque?a, con uno diciendo: ¡°?Total, qu¨¦ va a pasar? Si lo firman todos¡± y el otro que le contesta: ¡°Pues he o¨ªdo en las noticias que entonces los ciberdelincuentes geolocalizan a los ni?os y los usan para ciberdelincuencia o algo as¨ª malo¡±. Vale la pena tomarse un momento para reflexionar este tema y no firmarlo por defecto. Ya no nos preocupa que una c¨¢mara les robe el alma, como se tem¨ªa hace un siglo, pero hay que valorar la amenaza real de alg¨²n desgraciado que usando su mente podrida o una Inteligencia Artificial convierta ese material inocente en algo inmoral e ilegal.
Se est¨¦ a favor o en contra de la avalancha de fotos del curso, yo le veo algo realmente positivo. Y es que cuando preguntemos ¡°?c¨®mo ha ido el cole?¡± y nuestros hijos contesten desganados con un seco ¡°bien¡±, siempre podremos ampliar informaci¨®n por nuestra cuenta.
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