La gen¨¦tica y el entorno, las dos claves que marcan el car¨¢cter de un ni?o
La perseverancia, la paciencia, la creatividad o la sensibilidad pueden ser rasgos heredados de la familia, aunque la personalidad se compone de la interacci¨®n entre lo innato y lo aprendido
Los ojos azules, el pelo negro o la piel clara son algunos de los rasgos f¨ªsicos que heredan los hijos de su familia, pero ?si la madre es t¨ªmida y el padre obstinado, tambi¨¦n lo ser¨¢ su descendencia? En parte, es as¨ª. ¡°Los cient¨ªficos estiman que hasta un 60% del temperamento puede estar determinado por la gen¨¦tica. As¨ª lo afirm¨® en 2001 Nathan Gillespie, del Instituto de Investigaciones M¨¦dicas de Queensland (Australia), en la conferencia del VIII Encuentro Internacional sobre el Proyecto Genoma Humano en Valencia. El cient¨ªfico tambi¨¦n destac¨® que la gen¨¦tica no es la ¨²nica influencia sobre la personalidad de un ni?o, sino que tambi¨¦n afectan los factores ambientales, como el pa¨ªs donde se nace o la educaci¨®n recibida¡±, afirma Montserrat D¨ªaz, doctora en psicolog¨ªa, neuropsic¨®loga y directora del Proyecto Neuropsicoteca.com, una web de networking entre profesionales de la psicolog¨ªa.
El dato se?alado por D¨ªaz concuerda con un estudio elaborado con gemelos en 2018, titulado Descubriendo la compleja gen¨¦tica del car¨¢cter humano y publicado en la revista Nature, que determin¨® que la personalidad es hereditaria entre un 30% y un 60%. La investigaci¨®n se hizo con gemelos id¨¦nticos, que comparten el 100% del ADN, que fueron criados juntos o separados, y concluy¨® que, incluso cuando los participantes crecieron en ambientes diferentes, compart¨ªan m¨¢s rasgos de personalidad en com¨²n que los hermanos no gemelos.
¡°El car¨¢cter se forma a partir del temperamento (biolog¨ªa innata de la persona) y se moldea a trav¨¦s de la interacci¨®n con el entorno, la cultura y la crianza. De forma que, aunque los genes conforman una parte del car¨¢cter, este se desarrolla y cambia con las experiencias de vida¡±, a?ade la experta. Temperamento, car¨¢cter y personalidad tienen aspectos en com¨²n, pero tambi¨¦n ciertas diferencias. ¡°En el primer caso, se trata del conjunto de emociones y conductas que se heredan de los padres. El car¨¢cter son los rasgos que se adquieren a lo largo de la vida, sobre todo del entorno, y la personalidad es la combinaci¨®n de los dos anteriores¡±, detalla la psic¨®loga Sara del Pie. Los padres suelen reconocer en sus hijos rasgos y caracter¨ªsticas asociados a la familia. ¡°Sin embargo, es importante entender que la manera en que nos relacionamos con el mundo no se reduce a una cuesti¨®n gen¨¦tica, porque, aunque existe una parte hereditaria, no hay unos genes espec¨ªficos que determinen rasgos concretos de car¨¢cter, sino que la interacci¨®n entre lo innato y lo aprendido es lo que configura la forma de ser¡±, matiza Del Pie.
Por otra parte, los rasgos heredados de la familia no deber¨ªan convertirse en un arma arrojadiza. ¡°Frases como ¡®eres igual que tu padre¡¯, utilizadas de manera despectiva, pueden herir los sentimientos del ni?o y condicionar su relaci¨®n con las personas implicadas en el comentario¡±, advierte D¨ªaz. ¡°Este tipo de expresiones pueden reforzar estereotipos negativos y limitar la percepci¨®n que el menor tiene de s¨ª mismo, en lugar de favorecer que aprecie sus propias cualidades y potencial¡±, a?ade la psic¨®loga. ¡°Cada individuo es ¨²nico y tiene la capacidad de crecer y cambiar¡±, prosigue, ¡°hacer comparaciones despectivas puede obstaculizar el desarrollo personal y la autoaceptaci¨®n¡±.
¡°Es fundamental que los padres comprendan y respeten las habilidades, gustos, preferencias y tendencias naturales de sus hijos, para guiarlos mejor en su desarrollo¡±, explica Del Pie. La psic¨®loga pone varios ejemplos: ¡°Si un ni?o muestra predisposici¨®n natural por el deporte, porque tiene una personalidad con habilidad para trabajar en equipo, conviene apoyarle, porque es recomendable para su crecimiento f¨ªsico y emocional. Pero no todos tienen el mismo car¨¢cter, ni ha de coincidir con el de los adultos¡±. ¡°Los menores pueden conseguir grandes logros y desarrollar habilidades en campos que no est¨¢n directamente relacionados con sus tendencias gen¨¦ticas si reciben apoyo y motivaci¨®n. La tarea de los progenitores es ofrecer a sus hijos oportunidades para explorar sus distintos intereses y capacidades con el fin de favorecer su desarrollo integral y de que descubran sus pasiones y talentos en un ambiente libre de presiones que fortalezca su autoestima y capacidad de adaptaci¨®n al mundo¡±, contin¨²a Del Pie.
Algunos de los rasgos que los hijos pueden heredar de la familia, no necesariamente de los padres, sino de otros ancestros, como los abuelos, tienen que ver con diversos aspectos de la personalidad. ¡°La paciencia y la perseverancia, que se pueden manifestar en la capacidad para trabajar con constancia hacia los objetivos. La creatividad para la creaci¨®n art¨ªstica o la sensibilidad emocional, que favorece rasgos como la empat¨ªa, o la inteligencia¡±, destaca D¨ªaz. ¡°La habilidad matem¨¢tica puede ser heredada y traducirse en la destreza con el pensamiento l¨®gico¡±, prosigue, ¡°la buena capacidad ling¨¹¨ªstica para manejar el lenguaje o aprender idiomas puede tener que ver con los genes, aunque tambi¨¦n influye la pr¨¢ctica y la educaci¨®n que el menor reciba en estas ¨¢reas¡±. ¡°Tener en cuenta los rasgos de la personalidad adquiridos por v¨ªa gen¨¦tica puede ayudar a la orientaci¨®n en ¨¢reas como los estudios y la futura carrera profesional, pero tambi¨¦n para identificar los talentos tempranamente y dotar al ni?o de apoyo y recursos en esas ¨¢reas¡±, explica la especialista. D¨ªaz reconoce que, aunque es importante tener en cuenta las habilidades heredadas, tambi¨¦n es crucial fomentar un desarrollo integral, que incluya el cultivo de habilidades sociales, emocionales como la empat¨ªa y f¨ªsicas, por ejemplo, para practicar deporte, adem¨¢s de las acad¨¦micas.
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