¡®La gran aventura de Mortadelo y Filem¨®n¡¯: la estresante semana del carnaval infantil
El goteo de correos, hojas impresas e instrucciones en redes sociales con un ¨²nico cr¨ªo todav¨ªa es llevadero, pero con dos o m¨¢s, necesitas un cierto control
Hay periodos escolares que a los cr¨ªos les encantan y que suponen todo un reto para los padres: vacaciones, festivos de libre elecci¨®n dif¨ªciles de conciliar y la temible semana de carnaval.
Para muchos y as¨ª en general, es festivo y vistoso que los ni?os se disfracen con la habilidad de un Mortadelo mutante, combinen en cinco d¨ªas un mont¨®n de estilos ecl¨¦cticos y lo celebren un grupo.
Pero Mortadelo se disfrazaba solo y no le llegaban circulares del cole diciendo qu¨¦ ponerse cada d¨ªa.
Este goteo de correos, hojas impresas e instrucciones en redes sociales con un ¨²nico cr¨ªo todav¨ªa es llevadero, pero con dos o m¨¢s y, sobre todo si van a distintos centros, necesitas un cierto control, un Excel en la nevera o un post-it en la puerta para asustarte antes de salir.
Porque los ni?os tienen que disfrazarse, pero al ritmo marcado por el cole y seg¨²n sus normas. No vale ir de Batman toda la semana. (Para quien a¨²n no ha sufrido esto, cada d¨ªa hay una instrucci¨®n distinta: calcetines de distinto color, peinado divertido, pijama, cara pintada y gran final feliz con el disfraz completo.)
Pero los colegios no lo hablan con Educaci¨®n y no hay un criterio fijo. Todo se acaba con el disfraz el viernes, pero unos llevan el pijama el martes y otros el jueves. Si ya cuesta coordinar las horas de entrada y salida de distintos colegios, imag¨ªnate los disfraces.
Si el d¨ªa de los calcetines distintos le pones el pijama, se crea un cortocircuito en el sistema. Los compa?eros de clase lo mirar¨¢n raro y los profes os considerar¨¢n unos rebeldes.
?Qu¨¦ es lo peor que puede pasar si infringimos las normas? ?Recibiremos una nota de Direcci¨®n?: ¡°Su hijo ha venido con los calcetines iguales, que no se repita o tendremos que expulsarlo¡±.
Adem¨¢s, lo de disfrazarse hace gracia a partir de cierta edad, pero los peque?os sufrir¨¢n un caos mental. Les educamos en la simetr¨ªa y la urbanidad y de repente esto es la anarqu¨ªa infantil.
Y no olvidemos que no a todos los ni?os les gusta disfrazarse. Algunos disfrutan much¨ªsimo y de mayores har¨¢n cosplay, pero a muchos les es indiferente o no les gusta nada. No quieren ir con un peinado rid¨ªculo, que para ellos no es nada divertido, no quieren ir en pijama por la calle, y no quieren llevar un disfraz ¨²nico ni ser uno de los trescientos Spider-Man, Hulk o Elsa del patio. Quieren que pase Carnaval y descansar hasta Halloween.
Llegar¨¢ un d¨ªa que nuestros hijos se disfrazar¨¢n solos y nos limitaremos a hacer la foto de rigor sonriendo con emoci¨®n. Pero ya sea comprando el disfraz o confeccion¨¢ndolo a mano con tiempo y ganas o a ¨²ltima hora con cualquier trapo que encontremos por casa, ahora los que acabamos siempre con un ojo de cada color, el cerebro despeinado y el ¨¢nimo en pijama somos nosotros.
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