ALCE, el sue?o de la conquista latinoamericana del espacio
M¨¦xico y Argentina impulsan la creaci¨®n de una agencia espacial regional, una iniciativa en ciernes que espera colocar en ¨®rbita su primer sat¨¦lite a m¨¢s tardar en 2022
¡°Nuestra regi¨®n ya no estar¨¢ marginada de grandes proyectos como el regreso del hombre a la Luna en 2024 y la exploraci¨®n en el planeta Marte con vuelos no tripulados y tripulados¡±. Esa fue la declaraci¨®n de intenciones que lanz¨® esta semana la canciller¨ªa mexicana para crear la Agencia Latinoamericana y Caribe?a del Espacio (ALCE), una iniciativa que impulsa junto a Argentina y que ya ha atra¨ªdo el inter¨¦s de otros seis pa¨ªses de la regi¨®n. Am¨¦rica Latina quiere su propio pedazo del espacio y est¨¢ previsto que el proyecto d¨¦ sus primeros pasos el pr¨®ximo a?o, pero antes debe superar una serie de obst¨¢culos pol¨ªticos, econ¨®micos y t¨¦cnicos. El plan, adelanta el Gobierno, es lanzar una constelaci¨®n de nanosat¨¦lites enfocados en temas como el monitoreo de los oc¨¦anos, el cambio clim¨¢tico y la agricultura. El pron¨®stico es que el primer aparato est¨¦ en ¨®rbita a finales de 2021 o, a m¨¢s tardar, en 2022.
¡°Sumar esfuerzos es la ¨²nica ruta posible para pa¨ªses como los nuestros¡±, comenta Jos¨¦ Franco, doctor en F¨ªsica por la Universidad de Wisconsin. Es un diagn¨®stico compartido. La carrera espacial es una pelea entre David y Goliat cuando se comparan los presupuestos de las agencias de las principales potencias con las de la regi¨®n. La NASA recibi¨® alrededor de 22.600 millones de d¨®lares este a?o. Para China, la cifra ronda los 11.000 millones de d¨®lares, seg¨²n estimaciones internacionales. La Agencia Espacial Europea tiene para gastar casi 8.000 millones de d¨®lares. La Agencia Espacial Mexicana, creada apenas hace 10 a?os, destin¨® para 2020 unos tres millones de d¨®lares. ¡°Queremos iniciar la cooperaci¨®n en materia aeroespacial lo antes posible, vemos a otras regiones que llevan d¨¦cadas delante de nosotros y no podemos perder m¨¢s tiempo¡±, se?ala Efra¨ªn Guadarrama, responsable para organismos y mecanismos regionales americanos en la Canciller¨ªa mexicana.
El abismo no siempre fue tan grande. Despu¨¦s de que el Sputnik de la Uni¨®n Sovi¨¦tica inaugurara la carrera espacial en 1957, M¨¦xico cre¨® cinco a?os despu¨¦s la Comisi¨®n Nacional del Espacio Exterior, que fue relativamente exitosa en la construcci¨®n de cohetes y que permiti¨® al pa¨ªs formar a especialistas y tener una infraestructura propia. Ese experiment¨® termin¨® de forma abrupta en 1977. ¡°Se decidi¨®, inexplicablemente, comprar la tecnolog¨ªa, en vez de desarrollarla¡±, apunta Franco. Siguieron hitos como el viaje de Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta mexicano, en 1985 y el lanzamiento de sat¨¦lites propios, con la letra peque?a de que lo ¨²nico mexicano en ellos era el nombre. Hubo que esperar hasta 1995 para que la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) mandara a ¨®rbita un sat¨¦lite hecho en el pa¨ªs.
La historia de ese declive (y la idea de revertirlo) encaja con la visi¨®n nacionalista de pol¨ªtica exterior del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y tiene el doble prop¨®sito de reforzar el papel del pa¨ªs como potencia latinoamericana. La base del acuerdo que se busca alcanzar es la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe?os (Celac), un mecanismo regional que perdi¨® relevancia y peso pol¨ªtico en los ¨²ltimos a?os debido a las divisiones entre los Gobiernos que lo integran. La estrategia de M¨¦xico, que asumi¨® la presidencia de la Celac en enero, fue sacar la pol¨ªtica de la agenda y poner sobre la mesa temas de cooperaci¨®n en los que la Colombia de Iv¨¢n Duque y la Argentina de Alberto Fern¨¢ndez, por citar solo un ejemplo del complejo mapa ideol¨®gico latinoamericano, pudieran coincidir. El primero de 14 puntos fue apostar por el espacio. No hablar de pol¨ªtica ha sido la principal apuesta pol¨ªtica y diplom¨¢tica de M¨¦xico hacia Latinoam¨¦rica.
Hay tanto optimismo como dudas, sobre todo de una parte considerable de la comunidad cient¨ªfica. Las cr¨ªticas m¨¢s mencionadas son la falta de continuidad en los esfuerzos que se han hecho antes, el estado raqu¨ªtico de los presupuestos y la ausencia de pautas cient¨ªficas claras que sostengan el proyecto. El punto m¨¢s d¨¦bil del anuncio es que a¨²n no se ha definido qu¨¦ busca Latinoam¨¦rica del espacio, en buena medida porque es una iniciativa en ciernes. ¡°No basta con tomarse la foto, est¨¢ por verse si puede construirse un proyecto de largo plazo¡±, opina Franco.
El primer paso es coordinar los esfuerzos de los distintos pa¨ªses y ver qu¨¦ proyectos concretos que ya est¨¦n en desarrollo pueden aprovecharse. El grupo es variado. Hay veteranos como Argentina, a la cabeza regional en tecnolog¨ªa y conocimiento. Se ha sumado Paraguay, que inici¨® su programa espacial en 2014 y espera lanzar su primer nanosat¨¦lite a finales de este a?o. Ecuador tiene la particularidad de tener un programa espacial civil, a diferencia del resto del mundo. Est¨¢n tambi¨¦n Bolivia y El Salvador, mientras que Colombia y Per¨² est¨¢n como observadores. El gran pendiente es Brasil, la principal potencia regional en la materia, que abandon¨® este a?o la Celac bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro. ¡°Nuestra intenci¨®n es seguir el modelo de la Agencia Espacial Europea, que empez¨® con un pu?ado de pa¨ªses y pocos proyectos, pero despu¨¦s fue creciendo¡±, dice Guadarrama.
Una inmensa extensi¨®n territorial para acceder al cosmos, una ubicaci¨®n estrat¨¦gica para lanzar aparatos que sigan ¨®rbitas polares o ecuatoriales, los conocimientos adquiridos y un lenguaje com¨²n son algunas de las ventajas de Latinoam¨¦rica, afirma Jos¨¦ Vald¨¦s, coordinador del programa espacial de la UNAM. Hay tambi¨¦n necesidades compartidas como las telecomunicaciones y el monitoreo de desastres naturales. No se trata de poner una bandera en la Luna, sino de romper la dependencia tecnolog¨ªa en el ramo cient¨ªfico que impact¨® millones de vidas cotidianas con inventos que van desde el velcro hasta Internet. ¡°Estamos en una transformaci¨®n tecnol¨®gica¡±, dice Vald¨¦s, ¡°pero habr¨¢ que meter dinero y demostrar voluntad pol¨ªtica¡±.
No hay todav¨ªa un c¨¢lculo de los recursos que se necesitan, pero la ALCE arrancar¨¢ con los presupuestos que ya destinan los distintos pa¨ªses a sus programas espaciales. ¡°No se necesitan inversiones estratosf¨¦ricas¡±, asegura Vald¨¦s, aunque habr¨¢ que recurrir a alianzas con otros programas espaciales, empresas y universidades. Ya ha habido acercamientos con China y Europa, as¨ª como pl¨¢ticas informales con la NASA, con la ¨²nica l¨ªnea roja de que la colaboraci¨®n sea con fines pac¨ªficos apunta la canciller¨ªa.
La existencia formal de la Agencia tomar¨¢ bastante tiempo. Se tendr¨¢n que cerrar tratados internacionales y se necesitar¨¢ desarrollar la infraestructura y la tecnolog¨ªa, pero se espera que al paralelo se materialicen los primeros proyectos. ¡°Nuestro primer paso no ser¨¢ ir a la Luna¡±, matiza Guadarrama, ¡°pero tenemos mucho qu¨¦ ganar y poco qu¨¦ perder¡±. Si todo sale conforme lo previsto, el primer nanosat¨¦lite de la constelaci¨®n de la ALCE, muy probablemente desarrollado por M¨¦xico, estar¨¢ en el espacio aproximadamente en lo que la NASA calcula que toma ir a Marte y regresar, entre un a?o y medio y dos a?os.
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