La l¨ªnea dura de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador
A dos a?os de su llegada al poder, el presidente ha redoblado su apuesta ideol¨®gica con la polarizaci¨®n, el se?alamiento de enemigos y una particular heterodoxia econ¨®mica
Mientras el planeta se angustiaba en abril con los primeros golpes de la pandemia, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador aprovech¨® para defender aquello de que toda crisis esconde una oportunidad: ¡°Nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el prop¨®sito de la transformaci¨®n¡±. La frase ilustra como pocas el optimismo que rezuma el presidente mexicano a dos a?os de su llegada al poder. Un optimismo acusado de temerario por sus cr¨ªticos, pero que desvela su inmensa confianza en que, por ahora, su forma de hacer pol¨ªtica sigue sin suponerle apenas ning¨²n coste.
Con una oposici¨®n en el desguace y la inercia del arrollador respaldo electoral, lejos queda ya el tono conciliador de la campa?a, las apelaciones a ¡°unir a todos los M¨¦xicos¡±. En tiempos de pandemia y con los comicios intermedios de junio en el horizonte, L¨®pez Obrador ha redoblado su apuesta ideol¨®gica dura: mando personal, se?alamiento de enemigos ¡ªempresarios, oposici¨®n, prensa¡ª y una particular heterodoxia econ¨®mica basada en el control a rajatabla del gasto p¨²blico y la salvaci¨®n de las antiguas empresas estatales.
Gobiernos de distinto pelaje ¡ªde EE UU a Francia¡ª no dudaron en poner en marcha ambiciosos planes de est¨ªmulo fiscal y apoyo a las empresas para amortiguar la crisis destaca por la covid. M¨¦xico ha sido la excepci¨®n. Dieron igual las demandas y recomendaciones de dentro y de fuera: el Banco Mundial, la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo o la OCDE insistieron en que tomara medidas. L¨®pez Obrador amarr¨® bien los subsidios para los m¨¢s pobres y lanz¨® un modesto bal¨®n de cr¨¦ditos para las empresas m¨¢s peque?as y los funcionarios. ¡°No queremos abrir la puerta a los corruptos¡±, fue su respuesta.
Con el PIB da?ado ¡ªen torno a un 10% es la ca¨ªda prevista para el cierre del a?o, la peor entre sus pares regionales¡ª y el empleo renqueante ¡ªcasi 4 millones de mexicanos expulsados del mercado laboral por el coronavirus todav¨ªa no ha regresado¡ª se ha desinflado tambi¨¦n otra de las grandes planes de L¨®pez Obrador: ¡°Sin crecimiento, no hay empleo, sin empleo hay pobreza, y la pobreza crea la violencia¡±.
El c¨ªrculo virtuoso se ha detenido y los registros de violencia en el pa¨ªs siguen creciendo. La inclemente austeridad, de la que no se han salvado ni la ciencia, ni v¨ªctimas de la violencia, ni algunos de sus programas sociales estrella, ya ha levantado ampollas en amplios sectores sociales, e incluso dentro del Gobierno. Pero L¨®pez Obrador sigue enrocado. ¡°Gracias a las medidas de austeridad no hemos tenido que recurrir a nuevos pr¨¦stamos¡± defendi¨® la semana pasada en la reuni¨®n del G20.
¡°La pandemia ha provocado una tendencia a la inmovilidad del proyecto pol¨ªtico, que se afianz¨® con los lineamientos del a?o pasado¡±, apunta Humberto Beck, profesor e investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de M¨¦xico. ¡°Esta inmovilidad la justifica el presidente con una interpretaci¨®n muy idiosincr¨¢tica de la austeridad republicana. Una interpretaci¨®n muy anacr¨®nica y contradictoria de que los hombres pol¨ªticos deben ser inflexibles en su virtud. El apego ha de ser a las leyes y las instituciones, y no tanto a su voluntad y sus ideas¡±.
El acad¨¦mico atisba tambi¨¦n un leve hilo conductor con algunos modelos del pasado autoritario mexicano, pero actualizados y filtrados por el tamiz democr¨¢tico. ¡°Sin duda hay cierta nostalgia de la figura del presidente de la rep¨²blica como autor casi ¨²nico de la pol¨ªtica mexicana, un v¨ªnculo con el modelo providencial, por ejemplo, de L¨¢zaro C¨¢rdenas (uno de los referentes expl¨ªcitos de L¨®pez Obrador), que tuvo una gran legitimidad popular pero no tanto democr¨¢tica, siendo en gran medida el padre del sistema autoritario y corporativista. En el caso de L¨®pez Obrador, esta legitimaci¨®n de la figura presidencial s¨ª est¨¢ basada en la representatividad democr¨¢tica¡±.
Tras dos a?os de Gobierno, sus cotas de aprobaci¨®n y popularidad apenas han bajado del umbral del 60%, muy por encima de la media de los presidentes recientes. ¡°Esto hace que se sienta blindado. Su popularidad est¨¢ apuntalada adem¨¢s con los beneficios directos a sectores populares de la poblaci¨®n a trav¨¦s de la trasferencia directa de efectivo. Solo as¨ª se explica que al rebasar la barrera de los 100.000 fallecidos por la pandemia, su popularidad no se haya visto afectada¡±, a?ade Beck.
Blindado y en un contexto de anemia econ¨®mica, el presidente ha vuelto a tensar las relaciones con el mundo empresarial tras su acercamiento al inicio del sexenio con la creaci¨®n del llamado Consejo Asesor Empresarial, formado por los magnates m¨¢s poderosos del pa¨ªs. La se?al m¨¢s clara de la discordia fueron las recientes palabras de Alfonso Romo, jefe de la oficina de Presidencia, y correa de transmisi¨®n con los grandes empresarios. Romo critic¨® la gesti¨®n econ¨®mica de la pandemia pidiendo m¨¢s espacio para la inversi¨®n privada. Los puentes se han roto y el mundo corporativo ya ha empezado a moverse entre bambalinas para apoyar una futura candidatura opositora de cara a las elecciones intermedias.
En el haber de los dos a?os de Gobierno pesa la subida del salario m¨ªnimo y el mayor foco en los programas sociales. ¡°Son buenas intenciones pero no suficientes. Porque no se est¨¢ apoyando al sistema productivo, a los empleadores. Y sin crecimiento no hay recursos para financiar el bienestar¡±, apunta Sof¨ªa Ramirez, economista y directora del centro de an¨¢lisis M¨¦xico ?C¨®mo vamos?, que ha evaluado en un reciente informe el impacto de las pol¨ªticas p¨²blicas en el pa¨ªs antes de la llegada de la pandemia. Hay mejoras en la inclusi¨®n de las minor¨ªas, la ca¨ªda del analfabetismo o los embarazos adolescentes. Siguen pendientes los retos de la corrupci¨®n, la informalidad y la inseguridad. ¡°Una de las grandes urgencias es una reforma fiscal. No puedes seguir garantizando derechos sociales que no tengan una contraparte financiera¡±, a?ade Ram¨ªrez.
Su negativa a acometer una reforma fiscal ya le cost¨® la salida el a?o pasado del secretario de Hacienda, Carlos Urz¨²a. Mientras que tampoco da un paso atr¨¢s en las grandes obras de infraestructura proyectadas y el rescate del sector p¨²blico energ¨¦tico. Inversiones poco productivas, para sus cr¨ªticos, y que chocan con la nueva agenda de la econom¨ªa verde. Pemex, por ejemplo, lleva en ca¨ªda libre m¨¢s de un lustro. En los seis primeros meses del a?o perdi¨® 606.600 millones de pesos (unos 28.000 millones de d¨®lares). Un ritmo de 3.000 millones diarios.
El empe?o en seguir adelante con sus proyectos pol¨¦micos contrasta, sin embargo, con la flexibilidad que s¨ª ha mostrado en otros asuntos aparentemente no centrales de su agenda o directamente contradictorios con su posiciones durante su larga etapa en la oposici¨®n. La defensa a ultranza de la integraci¨®n econ¨®mica con EE UU, sellada con el nuevo acuerdo de libre comercio; la supeditaci¨®n de la pol¨ªtica migratoria mexicana a EE UU, ¨®rdago de Trump mediante; y la militarizaci¨®n de la seguridad p¨²blica, institucionalizada definitivamente con la creaci¨®n de la Guardia Nacional y una nueva ley que formaliza las tareas del Ej¨¦rcito.
El peso cada vez mayor de la figura presidencial tambi¨¦n ha despertado cr¨ªticas preventivas sobre un posible desgaste del resto de instituciones del mapa constitucional. ¡°Hay una clara erosi¨®n de la aut¨®noma y la legitimidad de la instituciones nacidas en los ¨²ltimos a?os. Hay una voluntad de sustituir esa institucionalidad, que considera corrupta o ineficiente, con el ejemplo personal y un discurso moral y moralista¡±, a?ade el polit¨®logo del Colegio de M¨¦xico.
De fondo, resuenan los ataques al Instituto Nacional Electoral, la iniciativa legislativa que buscaba otorgar al Ejecutivo facultades de distribuci¨®n del Presupuestos Federal, una tarea exclusiva del Congreso, o el bloqueo de los avances en el Sistema Nacional Anticorrupci¨®n. A cuatro a?os de la reforma, impulsada por Enrique Pe?a Nieto, a¨²n falta nombrar a los magistrados especializados en la materia. La batalla contra la corrupci¨®n es la principal bandera del Gobierno de Morena, su gran activo y la palanca que le aup¨® al poder. Sin embargo, ha preferido de momento utilizar los resortes de la Fiscal¨ªa, el Servicio de Administraci¨®n Tributaria o la Unidad de Inteligencia Financiera. L¨®pez Obrador suele recordar los resultados ¡ªdos altos cargos del Gobierno anterior, Rosario Robles y Emilio Lozoya, est¨¢n siendo enjuiciados¡ª a la vez que marca p¨²blicamente las distancias con el pol¨¦mico refer¨¦ndum para que el pueblo decida si habr¨ªa que juzgar o no a los ¨²ltimos cinco expresidentes.
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