El feminismo latinoamericano conf¨ªa en los tribunales para abrir camino al aborto
La despenalizaci¨®n de la interrupci¨®n del embarazo en M¨¦xico abre una v¨ªa en una regi¨®n donde las mujeres a¨²n son encarceladas o se arriesgan a morir por una legislaci¨®n punitiva
El 7 de septiembre de 2021 se recordar¨¢ en M¨¦xico como el d¨ªa en que se despenaliz¨® el aborto, es decir, el d¨ªa en que la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n sentenci¨® que ya nunca una mujer pisar¨ªa la c¨¢rcel por haber frenado su gestaci¨®n, y que las que estaban dentro recobrar¨ªan su libertad. En breve se las ver¨¢ salir a la calle. Ser¨¢n unas 40 o 50 en un pa¨ªs de 126 millones de habitantes, porque hay un dato a¨²n peor: seguramente sean m¨¢s las...
El 7 de septiembre de 2021 se recordar¨¢ en M¨¦xico como el d¨ªa en que se despenaliz¨® el aborto, es decir, el d¨ªa en que la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n sentenci¨® que ya nunca una mujer pisar¨ªa la c¨¢rcel por haber frenado su gestaci¨®n, y que las que estaban dentro recobrar¨ªan su libertad. En breve se las ver¨¢ salir a la calle. Ser¨¢n unas 40 o 50 en un pa¨ªs de 126 millones de habitantes, porque hay un dato a¨²n peor: seguramente sean m¨¢s las que mueren tratando de lograr lo que los Estados les vienen negando durante d¨¦cadas.
En M¨¦xico se practican cada a?o cerca de un mill¨®n de abortos clandestinos y un tercio de ellos acaban en complicaciones m¨¦dicas. La tasa anual de hospitalizaciones por cada mil mujeres de 15 a 19 a?os se increment¨® de 6,1 a 9,5 entre 2000 y 2010, seg¨²n datos del Gobierno. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) calcula que 47.000 embarazadas pierden la vida en el mundo cada a?o como consecuencia de abortos inseguros. M¨¦xico quiere ahora conjurar esas cifras. Generalmente, cuando un Gobierno legisla o una Suprema Corte dicta es que la sociedad ya est¨¢ madura para ello. Pero las mexicanas miran estos d¨ªas hacia el vecino Estados Unidos, donde el Estado de Texas, ah¨ª mismo en la frontera, acaba de implantar una norma que pr¨¢cticamente proh¨ªbe el aborto. Y no est¨¢n dispuestas a bajar la guardia.
En la frontera sur del pa¨ªs se extiende toda la regi¨®n latinoamericana, que presenta en este asunto las mismas desigualdades que el propio M¨¦xico si se mira Estado por Estado: solo cuatro de los 32 que integran el pa¨ªs han dictado una ley de plazos moderna (permiten interrumpir el embarazo en las 12 primeras semanas de gestaci¨®n) y ahora, probablemente, se sumar¨¢ Coahuila, sobre cuyo C¨®digo Penal dict¨® sentencia la Suprema Corte para abolir la c¨¢rcel, un caso que sienta jurisprudencia y obliga a todos los jueces mexicanos a fallar en consecuencia.
Parecido ocurre en la regi¨®n. Mientras Argentina onde¨® sus pa?uelos verdes en diciembre de 2020 para saludar una ley de plazos largamente reclamada, Chile est¨¢ todav¨ªa en mantillas. Ecuador se vio beneficiado tambi¨¦n recientemente de su sistema judicial, que despenaliz¨® el aborto en caso de violaci¨®n mientras que en El Salvador las que intentaron o lograron parar su gestaci¨®n son encerradas en c¨¢rceles infectas. En Brasil, la interrupci¨®n del embarazo es relativamente habitual, sin embargo, la legislaci¨®n se mantiene en los supuestos cl¨¢sicos: solo en caso de peligro para la vida de la madre, cuando el feto es anencef¨¢lico o en caso de violaci¨®n, informa Naiara Galarraga Gort¨¢zar. De todos ellos, Colombia es el que m¨¢s esperanzado se ha mostrado con la sentencia en M¨¦xico. Esperan un contagio en su territorio, tambi¨¦n por la v¨ªa judicial, que ha dado signos en los ¨²ltimos tiempos que querer desterrar el aborto del C¨®digo Penal, con algunas modificaciones.
¡°La tendencia en Latinoam¨¦rica es positiva, pero M¨¦xico ha ido un paso m¨¢s all¨¢. Es lo que pedimos en Colombia desde el movimiento Causa Justa. Esperemos que esto sea una se?al, un acicate para la Corte colombiana¡±, dice Mariana Ardila, vocera de Women¡¯s Link Worldwide y abogada de la Direcci¨®n Legal de esta organizaci¨®n mundial.
Los contagios entre los m¨¢ximos tribunales de cada pa¨ªs no son inusuales, por eso las feministas ven el paso dado en M¨¦xico con optimismo. Precisamente en este pa¨ªs se reclama estos d¨ªas la inconstitucionalidad del 16% del IVA para los productos de higiene femenina, una exigencia inspirada en lo que ya dictaron los jueces en Colombia.
La Corte Interamericana devolvi¨® sus hijos a una jueza chilena lesbiana, Karen Atala, en 2012, tomando como base el pronunciamiento de la Suprema Corte mexicana sobre el matrimonio igualitario. Hay muchos otros ejemplos. ¡°Claro que hay di¨¢logo jur¨ªdico entre pa¨ªses y si no, ya estamos una legi¨®n de abogadas para asegurarnos que les lleguen las ideas¡±, dice Estefan¨ªa Vela, directora ejecutiva de Intersecta, una organizaci¨®n feminista mexicana.
El caso es que las mujeres de medio mundo miran en estos tiempos m¨¢s hacia las Cortes judiciales que hacia sus gobiernos, donde a veces no encuentran m¨¢s que unas fr¨ªas palabras. ¡°Respeto la decisi¨®n de la Corte¡±, ha dicho apenas el presidente mexicano ante el fallo hist¨®rico del pasado martes. Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que encabeza un Gobierno dizque de izquierdas, siempre se ha puesto de perfil ante el aborto porque considera que es un asunto que divide a la poblaci¨®n. Y tanto. Pasa en el mundo entero. Pero tambi¨¦n la dividen otras pol¨ªticas y no ha tenido empacho en cargar contra los jueces o la oposici¨®n para defenderlas. En Ecuador, el conservador Guillermo Lasso dijo pr¨¢cticamente lo mismo cuando la Corte despenaliz¨® el aborto en caso de violaci¨®n: respetamos lo sentenciado. Poco m¨¢s.
Afortunadamente no dejan de sentenciar. La Suprema Corte declar¨® este viernes inconstitucional la protecci¨®n de la vida desde la concepci¨®n, por tanto eso no podr¨¢ usarse para restringir los derechos reproductivos de la mujer. Ese art¨ªculo lo tienen varios de los Estados de M¨¦xico, precisamente para blindarse contra el aborto.
Los pa¨ªses federales, como Estados Unidos o M¨¦xico, tienen poco margen, es cierto, para intervenir en estas cuestiones, que competen a sus Estados. ¡°Lo que se podr¨ªa hacer es redactar un C¨®digo Penal federal que fuera de cumplimiento para todos los Estados, lo que implicar¨ªa una reforma constitucional¡±, explica Rebeca Ramos, directora de Gire, la organizaci¨®n m¨¢s representativa de la lucha por el aborto en M¨¦xico. Se muestra feliz por el fallo de inconstitucionalidad reci¨¦n aprobado y esperanzada por el rumbo de algunos Estados mexicanos, que ya dan signos de querer ir cambiando las cosas en este terreno.
Con el sistema estadounidense, sin embargo, una sentencia como la mexicana habr¨ªa despenalizado el aborto en todos los Estados federales, explica Estefan¨ªa Vela. ¡°El federalismo tiene ventajas e inconvenientes. Ahora nos preguntamos por qu¨¦ una sentencia de inconstitucionalidad como esta no obliga a todos los Estados de golpe. Pero si la sentencia hubiera penalizado el aborto en todos ellos estar¨ªamos sufriendo y no habr¨ªamos tenido un aborto libre como el que hay en la capital mexicana desde hace 13 a?os¡±, a?ade Vela. A su parecer, lo importante es que se consoliden los cambios culturales. De esa forma, considera Vela, las sociedades no dejar¨¢n que sus Gobiernos involucionen, como ha ocurrido en Texas.
En pocos pa¨ªses como en M¨¦xico la Constituci¨®n consagra (en su art¨ªculo 4) ¡°el derecho de las personas a decidir el n¨²mero y espaciamiento de sus hijos¡±. ¡°Es un sue?o¡±, sostiene Vela. Pero en este pa¨ªs, muchos sue?os se quedan en la letra legal. ¡°Podemos afirmar que los Estados est¨¢n incumpliendo la Constituci¨®n¡±, afirma esta abogada. ¡°Nuestro sistema de impugnaci¨®n judicial, los amparos, no est¨¢n pensados para lidiar con problemas sist¨¦micos como la discriminaci¨®n. En M¨¦xico hay m¨¢s de 40 fallos que protegen el matrimonio igualitario y, sin embargo, seguimos teniendo que recurrir a amparos para poder casarnos¡±, sigue Vela. ¡°Es indignante que los Estados no legislen para hacer cumplir la Constituci¨®n¡±.
¡°La justicia me maltrat¨®¡±
La mexicana Dafne McPherson ten¨ªa 25 a?os y trabajaba en un centro comercial del Estado de Quer¨¦taro cuando sinti¨® un fuerte dolor en el vientre y comenz¨® a perder mucha sangre. Ocurri¨® en 2015. Pari¨® en el ba?o un beb¨¦ que al poco muri¨®. Hasta ese momento desconoc¨ªa que estaba embarazada. ¡°Me trataron como si yo tuviera la culpa¡±, dice en referencia al personal sanitario. Despu¨¦s de una larga cirug¨ªa, McPherson despert¨® esposada a la cama del hospital. Desorientada y bajo los efectos de la anestesia, la Fiscal¨ªa intent¨® que declarara por escrito que se hab¨ªa provocado un aborto. Seis meses despu¨¦s, un tribunal la conden¨® a 16 a?os de prisi¨®n y pas¨® entre rejas tres a?os y cuatro meses.
Ahora, fuera de la c¨¢rcel y despu¨¦s de una ardua batalla legal, McPherson se alegra de la sentencia de la Suprema Corte. ¡°Sent¨ª bien bonito cuando me enter¨¦¡±, dice por tel¨¦fono. ¡°En mi caso la justicia me maltrat¨® y fue cruel. La Fiscal¨ªa me compar¨® con una perra y los jueces buscaron echarme la culpa por puro prejuicio. Desde el principio sab¨ªa que ya me hab¨ªan condenado¡±.
El personal sanitario es la otra pata de este asunto. La objeci¨®n de conciencia campa a sus anchas. Pero la Suprema Corte, de nuevo, tiene previsto pronunciarse sobre esto en breve.
El presidente del Poder Judicial mexicano, Arturo Zald¨ªvar, ha realizado estos d¨ªas uno de los m¨¢s audaces discursos feministas entre los que se han escuchado. Con tono solemne y emotivo ha celebrado la sentencia que ha adjudicado a la larga lucha de las mujeres en M¨¦xico por sus derechos y la ha presentado como un homenaje a todas ellas, tambi¨¦n a las que ya no est¨¢n y a las que a¨²n permanecen encerradas. ¡°S¨ª se puede¡±, afirm¨® en rueda de prensa, despu¨¦s de calificar como hist¨®rico el fallo un¨¢nime de los magistrados. Un par de ideas han brillado en esta sentencia de inconstitucionalidad: que las mujeres son aut¨®nomas para decidir sobre su gestaci¨®n en libertad y que la penalizaci¨®n del aborto castiga a la pobreza, puesto que son las mujeres m¨¢s vulnerables y de ¨¢mbitos rurales las que duermen en las c¨¢rceles. ¡°Las ni?as ricas siempre abortaron, pero no pasaron por prisi¨®n¡±, dijo Zald¨ªvar el pasado mi¨¦rcoles.
Lo saben bien las organizaciones que llevan a?os ayudando a las mujeres a abortar. Andrea, de 33 a?os, pertenece a una de estas redes en Sonora (norte de M¨¦xico) y asegura que ha acompa?ado en la ¨²ltima d¨¦cada unos 5.000 abortos en casa. Paso a paso gu¨ªa a las mujeres antes, durante y meses despu¨¦s, gracias al protocolo avalado por la OMS para aplicar Misoprostol, un medicamento usado a finales de los ochenta en Brasil como remedio para ¨²lceras g¨¢stricas que tambi¨¦n es utilizado para interrumpir el embarazo. ¡°En M¨¦xico la compra o venta del medicamento no es ilegal, aunque en algunas farmacias piden receta para poder adquirirlo¡±, explica la activista. ¡°Nosotras lo hacemos, pero no somos m¨¦dicas ni psic¨®logas, este es un derecho que el Estado deber¨ªa brindar a las mujeres de manera libre, segura y gratuita¡±, dice.
A pesar de que muchos Estados en M¨¦xico a¨²n mantienen leyes restrictivas contra el aborto, las feministas reconocen que a nivel federal el sistema de Salud tiene un comportamiento amigable y eficaz. Lo aseguran Rebeca Ramos, de Gire, y tambi¨¦n Estefan¨ªa Vela, de Intersecta, entre las consultadas para este reportaje.
Estos d¨ªas, las feministas mexicanas, y con ellas todas las latinoamericanas, han mostrado su mejor sonrisa, a pesar de que la pandemia, dicen, no ha sacado los pa?uelos verdes a la calle en masa, como habr¨ªa sido lo esperable. La sociedad va madurando la idea reflejada en la Constituci¨®n, consciente de que ha llegado el momento de dejar a las mujeres la decisi¨®n libre sobre sus cuerpos. Pero miran de reojo a Texas y piensan en aquella frase de Simone de Beauvoir: ¡°No olvid¨¦is nunca que bastar¨¢ con una crisis pol¨ªtica, econ¨®mica o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Deber¨¦is permanecer alerta durante toda vuestra vida¡±.
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