M¨®nica Ojeda y los colibr¨ªes que sobrevuelan el incendio
La escritora ecuatoriana pondera la ternura ante el horror en una visita a los alumnos de la Preparatoria 14 de Guadalajara invitada por la FIL
¡°Violencia significa abundancia de fuerza¡±, dijo M¨®nica Ojeda (Guayaquil, 1988). ¡°En ese sentido, el amor tambi¨¦n es algo violento, un sentimiento que nos sobrepasa¡±. La profesora de Literatura de la Preparatoria 14 de Guadalajara acababa de preguntarle qu¨¦ palabras le evocaba pensar en el amor. La escritora ecuatoriana, maestra del terror que enterramos en la vida cotidiana, retruc¨® con Violencia. ¡°La escritura, para m¨ª, son esos contrastes¡±, dijo Ojeda al grupo de adolescentes que se hab¨ªa reunido para escucharla este jueves, convocados por la Feria del Libro de Guadalajara.
La maestra Margarita Alfaro les advirti¨® a sus estudiantes que ten¨ªan ante ellos a una escritora ¡°oscura¡±, ¡°dif¨ªcil¡±, ¡°una juglar andina¡± que ubic¨® entre Friedrich Nietzsche y Stephen King. ¡°Lo que m¨¢s me interesa de la experiencia es el miedo¡±, dijo la autora de novelas como Mand¨ªbula o Nefando, donde el horror es un recuerdo que resurge de repente, desde las entra?as salvajes de internet, o las relaciones entre profesoras y estudiantes en un colegio elitista del Opus Dei. ¡°El horror no tiene que ver con asesinos en serie o con fantasmas¡±, ahond¨® Ojeda. ¡°Tambi¨¦n son las noticias, los hombres abusivos, el bullying en la escuela. Todo lo que nos preocupa cuando nos levantamos de la cama¡±. Lo explic¨® contando c¨®mo surgi¨® uno de sus ¨²ltimos cuentos.
En Cabeza Voladora, parte de la colecci¨®n Las Voladoras (P¨¢ginas de Espuma, 2020) Ojeda narra la historia de una universitaria que encuentra la cabeza de una adolescente asesinada por su padre. Lo hab¨ªa le¨ªdo en las noticias. El barrio que describe vive en total normalidad, pero la imagen persigue a su narradora. A la joven le hab¨ªan arrancado la cabeza. ¡°Escrib¨ª ese cuento sobre el miedo a la violencia. Pero tambi¨¦n sobre nuestro deseo de que algunas cosas no terminaran como lo hacen¡±, cont¨®. En sue?os, la joven es una aparici¨®n que sostiene su cabeza, una imagen que Ojeda sac¨® de las leyendas de las uma ¨Ccabeza, en quechua¨C, brujas que recorren Los Andes y se desprenden de sus cabezas para aterrorizar a los hombres. ¡°Cuando yo le¨ª esa noticia dese¨¦ que la chica fuese una bruja andina. Me vino de ese deseo de que ojal¨¢ el mundo no fuera tan horrible¡±.
La Preparatoria 14, en la periferia norte de la ciudad, volvi¨® a abrir sus puertas en octubre tras un par¨®n de casi a?o y medio. El horror, describe la maestra de Apreciaci¨®n del Arte, Irma Jim¨¦nez, tambi¨¦n es ¡°dar clase en silencio ante decenas de c¨¢maras apagadas en el Zoom¡±. La 14 es uno de los bachilleratos que durante la Feria Internacional del Libro recibe a los autores dispuestos a abandonar el campo ferial para charlar con estudiantes. Esta escuela lucha contra su espacio acotado, contra los recortes de presupuesto y la nueva realidad pand¨¦mica. Pero este jueves es una fiesta. Los alumnos que se preparan para la Universidad mezclan el secundario con aprendizajes especializados. Aqu¨ª abundan en la fotograf¨ªa, la danza y la pintura. ¡°Nuestro lema es que somos una comunidad que vibra¡±, cuenta Jim¨¦nez ante un m¨®vil colgado en el patio con una madeja de colibr¨ªs. ¡°Son nuestro emblema. Cuando lo colgamos vino uno a hacer su nido¡±.
Sobre la Literatura, Ojeda les ha dicho que sus libros favoritos son esos que ¡°nos atraviesan como una canci¨®n¡±. La experiencia de la lectura tambi¨¦n es goce, dijo la guayaquile?a, y los mejores libros no son aquellos que uno lee sin notarlo, sino los que atrapan sin importar cu¨¢ntos se hayan cerrado antes. ¡°Lo maravilloso del cuerpo es la capacidad de sentir. El placer est¨¢ ah¨ª, pero tambi¨¦n est¨¢ el dolor¡±, dijo Ojeda. ¡°La sangre nos dice que estamos vivos, pero tambi¨¦n que somos fr¨¢giles y que vamos a desaparecer. El mundo es horrible, pero a veces alguien cuelga colibr¨ªes de pl¨¢stico en una escuela y viene uno de verdad a hacer su nido¡±.
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