Los pasos de Ryszard Kapuscinski por M¨¦xico
La documentalista polaca Ela Chrzanowska rescata las huellas y la influencia que dej¨® el autor de ¡®La guerra del f¨²tbol¡¯ en su paso por M¨¦xico
?xodos intercontinentales, personas desaparecidas, constantes ataques a la prensa, guerras que no dan tregua entre los tantos bandos del narco. Son solo algunos escenarios del absurdo paisaje mexicano en los que sin duda estar¨ªa interesado el periodista polaco Ryszard Kapuscinski (1932-2007). De estar vivo el corresponsal, que hizo de M¨¦xico base y bisagra hacia Centroam¨¦rica, seguramente desear¨ªa dividirse para poder cubrir el marem¨¢gnum de eventos que suceden en tiempo real dentro y fuera de M¨¦xico. La invasi¨®n de Rusia en Ucrania, la crisis pol¨ªtica en Hait¨ª derivada del magnicidio de Jovenel Mo?se, la insinuaci¨®n del despertar de viejos bloques y reg¨ªmenes pol¨ªticos alrededor del globo. Caos. Su ¨²nico fin ¡ªdir¨¢ el propio Kapuscinski¡ª, darle voz a quien no la tiene. A inicios de este marzo, el cronista, que gustaba del f¨²tbol, la poes¨ªa, el baile y el tequila, habr¨ªa cumplido noventa a?os.
La casa de Ela Chrzanowska est¨¢ a unos pasos de donde Kapuscinski sol¨ªa vivir en Varsovia. Cuenta que cuando pasaba junto a ¨¦l, camino a la escuela, apenas ten¨ªa el valor de decirle ¡°Buenos d¨ªas¡±. Entonces era una adolescente t¨ªmida y un poco desorientada. No entraba a la clase de F¨ªsica por leer las historias que su vecino hab¨ªa recogido de ?frica, Asia y Am¨¦rica Latina. Los viajes de aquel Her¨®doto moderno inspiraron a la joven Chrzanowska a emprender los suyos. M¨¦xico ¡ªun destino que el periodista toc¨® entre la d¨¦cada de los a?os sesenta y setenta¡ª, fue un encuentro con lo otro que la hoy documentalista Ela Chrzanowska consigui¨® por primera vez en 2007, cuando lleg¨® por un evento de Amnist¨ªa Internacional en donde era voluntaria. Describe aquel hallazgo como ¡°un amor a primera vista¡±. Casi una d¨¦cada despu¨¦s, luego de viajes subsecuentes y en un ¡°intento por unir estos dos mundos¡±, Chrzanowska realiz¨® el documental Los r¨ªos. Viaje a M¨¦xico con el maestro Kapuscinski (2016), recientemente revivido y presentado en la Universidad Aut¨®noma de Nuevo Le¨®n y en las salas del Instituto Cervantes de Varsovia, a prop¨®sito del aniversario de natalicio del reportero polaco.
Los r¨ªos¡, disponible desde hace unos d¨ªas en YouTube, re¨²ne las voces de quienes fueran alumnos, amigos y conocidos del periodista en su paso por M¨¦xico, (cuando habitaba un departamento en la intersecci¨®n de las calles R¨ªo Lerma y R¨ªo Amazonas, en la colonia Cuauht¨¦moc, en Ciudad de M¨¦xico). Este audiovisual muestra la uni¨®n de ¨¦pocas, ¡°o quiz¨¢ de las sensibilidades de dos personas: una que ya no est¨¢ presente, pero dej¨® sus observaciones, y otra que soy yo, que tiene su propia mirada¡±, apostilla Ela Chrzanowska en entrevista con EL PA?S. ¡°Yo no estaba buscando cosas sensacionales, como ahora se hacen algunas biograf¨ªas en donde siempre se tocan temas muy personales, poco amables. Mi inter¨¦s fue hablar m¨¢s desde mi pasado, digamos desde mi adolescencia, cuando descubr¨ª los reportajes y los libros de Kapuscinski, y me hicieron querer ser documentalista o dedicarme al cine. Tambi¨¦n fue como un camino con el historiador ¡ªque de formaci¨®n lo fue¡ª desde mi secundaria hasta M¨¦xico¡±.
Del director del semanario Proceso, Jorge Carrasco Araizaga, obtuvo algunos contactos que fueron parte del taller de periodismo que Kapuscinski imparti¨® en la Fundaci¨®n Gabo en 2001. El mapa se fue dibujando al paso, ¡°mediante los recuerdos de los dem¨¢s; siempre es como una cadena: hablas con una persona y esa persona te lleva a otra y a otra. Y as¨ª empez¨® el viaje¡±, relata la autora. En el documental, el periodista Leonardo Kourchenko, lo recuerda como ¡°un hombre extremadamente sencillo; pod¨ªas hablar con ¨¦l. Ten¨ªa una mirada profunda¡ no hablaba mucho¡±. Seg¨²n Chrzanowska, esta memoria se repet¨ªa en todas las entrevistas. ¡°Me hizo sentir que lo que dice en su libro Los c¨ªnicos no sirven para este oficio es verdad. Porque hay muchos periodistas e intelectuales que escriben cosas que sugieren crear empat¨ªa con la gente, pero luego los conoces en persona y son muy mamones¡±, afirma.
¡°Para m¨ª fue una gu¨ªa. El asunto de la humildad y de ser buena persona para m¨ª es de las cosas b¨¢sicas del oficio; y el de estar con los que nadie ve¡±, sostiene la periodista Marcela Turati Mu?oz, quien fuera alumna del taller del escritor polaco. Kapuscinski, autor de t¨ªtulos como El imperio (2006), Encuentro con el otro (2007) y ?bano (2008), expone en sus reportajes formas del trato humano que no deber¨ªan tener vigencia. Por momentos parece que su labor period¨ªstica responde m¨¢s a lo que se har¨ªa en ciertas disciplinas de las ciencias sociales, como la antropolog¨ªa o la etnograf¨ªa. Hace del periodismo un m¨¦todo de acercamiento, de encuentro y de empat¨ªa, que sirve a otras asignaturas fuera del periodismo. ¡°Me ense?¨® muchas cosas. S¨¦ que una de ellas fue: s¨¦ humilde. Si no eres humilde, no sirve¡±, comenta Alejandro Almaz¨¢n, autor de reportajes como Gumaro de Dios, el can¨ªbal (2007) o Cr¨®nicas inexplicables (2013).
¡°Yo tengo todos los libros de Kapuscinski, en la letra K¡±, dice sonriente la narradora mexicana Elena Poniatowska, quien cuenta en Los r¨ªos¡ la enorme admiraci¨®n que tuvo por el periodista polaco. Habla de los viajes que el corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa (PAP) hizo por Centroam¨¦rica y del libro que result¨® de aquellas andanzas: La guerra del f¨²tbol (1978). En el clima de guerra emprendida por Vladimir Putin en territorio ucranio, algunos pasajes de ese libro son valederos y necesarios. Expone de alg¨²n modo c¨®mo la indiferencia es una enemiga oculta, pero muy peligrosa: ¡°Una persona se sienta a comer y ve la televisi¨®n: en la pantalla torbellinos de tierra saltan por los aires, corte, orugas de un tanque en marcha, corte, soldados cayendo y retorci¨¦ndose de dolor, y el espectador tuerce el gesto y maldice furioso porque, distra¨ªdo, ha puesto demasiada sal en la sopa.¡± La escuela que dej¨® Ryszard Kapuscinski en M¨¦xico pretend¨ªa combatir aquella apat¨ªa de maneras activas. ¡°Somos como corresponsales de guerra en nuestra tierra y hay una urgencia de que los dem¨¢s se salven y de que el silencio no avance. Una lucha contra el silencio¡±, sentencia Marcela Turati.
Los textos de Kapuscinski pueden leerse esta tarde como si hubiesen sido escritos en las fauces de una guerra esta ma?ana. Escrib¨ªa como a sabiendas de que la realidad es c¨ªclica, acaso perenne. Como si la historia no avanzara. Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez Gay dijo una vez que el periodista ¡°puede y debe ser el escritor del siglo. La verdadera actualidad no se limita a 24 horas, no se circunscribe al d¨ªa sino al tiempo. No entiendo por qu¨¦ un fino sentido del presente debe impedir la eternidad¡±. ¡°El polaco¡± ¡ªcomo lo llamaban sus vecinos en M¨¦xico¡ª mucho sab¨ªa de esto.
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