La Casa de las ?guilas y los otros techos del Templo Mayor: ¡°Ya vamos muy avanzados, pero faltan muchas cosas¡±
El retiro y remplazo de la cubierta colapsada en la zona arqueol¨®gica demora m¨¢s de un a?o. Hay otras tres techumbres que necesitan ser renovadas, una de ellas en el coraz¨®n de la vieja Tenochtitlan
Despu¨¦s de la tormenta, viene la calma. La techumbre de acero que proteg¨ªa la Casa de las ?guilas del Templo Mayor y que cay¨® en forma de libro tras la violenta tormenta de granizo del 29 de abril de 2021 est¨¢ cerca de ser remplazada completamente. Los responsables calculan que ¡°a mediados de julio¡±. El edificio del siglo XV, ricamente decorado y de primera importancia en la vida religiosa de la vieja Tenochtitlan, sigue cubierto por cajas de madera y, a vista de p¨¢jaro, se pueden ver andamios, lonas azules, l¨¢minas blancas, trabajadores con chalecos naranjas y cuerdas largas y amarillas que sujetan la zona del desastre. Desde aquella lluviosa noche de abril, ingenieros, arquitectos y geot¨¦cnicos participan en el proyecto; restauradores y arque¨®logos siguen vigilando los bajorrelieves de la casa, de enorme valor por los colores que a¨²n se conservan y los secretos que todav¨ªa guarda. Parte de la gran riqueza patrimonial del Templo Mayor ha estado evitando precariamente en 2021 los largos meses de lluvia, una temporada que ya inicia de nuevo en la Ciudad de M¨¦xico.
Las obras siguen en la Casa de las ?guilas, pero hay otros tres techos que est¨¢n en riesgo: el Templo Rojo, Norte y Sur, los inmuebles con m¨¢s pintura mural de la zona arqueol¨®gica; y el que m¨¢s preocupa a los arque¨®logos es el que cubre la segunda etapa constructiva de la vieja pir¨¢mide del Templo Mayor, el Huey Teocalli, el m¨¢s grande despu¨¦s del que cubr¨ªa la Casa de las ?guilas. Ideados por el arquitecto Pedro Ram¨ªrez V¨¢zquez, hab¨ªan soportado los grandes terremotos de 1985 y 2017, pero las granizadas y sus 40 a?os de vida han debilitado los tubos que sostienen los techos, que se muestran angulados y obsoletos.
La cubierta de la Casa de las ?guilas est¨¢ en la recta final de su recuperaci¨®n tras la ¡°granizada hist¨®rica¡±, y no faltan muchos d¨ªas para que el recinto, redescubierto en 1980 y que a los arque¨®logos les tom¨® 17 a?os excavar ¡ª entre ellos, el destacad¨ªsimo Eduardo Matos Moctezuma (Ciudad de M¨¦xico, 1940), responsable de recuperar el Templo Mayor, que apenas la semana pasada gan¨® el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales ¡ª pueda ver la luz de nuevo, recuperar la calma y recibir de nuevo visitas. ¡°Ya est¨¢ muy avanzado el proceso de montaje de la cubierta definitiva. Estamos en la etapa final. Calculamos que pronto se pueda colocar la tridilosa, una estructura tridimensional altamente ligera, hecha de acero y concreto, y una vez que se termine la colocaci¨®n de la estructura, vamos por la cubierta que evita que entre la luz y la lluvia; la barrera que protege realmente¡±, explica Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor.
El desmontaje de la vieja y la instalaci¨®n de la nueva cubierta se le ha encomendado a TGC Geotecnia, una empresa especializada en mec¨¢nica de suelos, que se ha encargado de la correcci¨®n geom¨¦trica del Sagrario y la Catedral Metropolitana; la recimentaci¨®n del Palacio Nacional, el an¨¢lisis del subsuelo del Monumento a la Independencia o el desplazamiento de una casona de 1929 catalogada por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) para construir la Torre Reforma, por mencionar algunas de las obras m¨¢s importantes. Adem¨¢s del techo, se cambiar¨¢ la reja perimetral, que result¨® da?ada aquel d¨ªa de abril. ¡°Despu¨¦s de que se termine de colocar la cubierta, se tendr¨ªan que hacer algunos arreglos en parte de la estructura del sitio arqueol¨®gico que se da?aron durante el colapso. Se tienen que colocar los barandales, localizados en los andadores por donde pasan los visitantes; tambi¨¦n la reja, que tuvo da?os y fue necesario cambiarla. Antes de que se permita que los visitantes puedan pasar por esta ¨¢rea, hay que bloquear el paso hacia la calle. Son varias cosas las que quedan pendientes, pero el avance que llevamos en la colocaci¨®n de la cubierta definitiva ya es mucho. Ya vamos muy avanzados¡±, afirma Patricia Ledesma.
La cubierta colapsada fue retirada en 12 secciones y recortada como si fuera un gran pastel. Cada secci¨®n se amarraba y ajustaba a una gr¨²a y, finalmente, se cortaba manualmente en pedazos m¨¢s peque?os, pues el espacio de movilidad es muy reducido. Por suerte, la Casa de las ?guilas est¨¢ pegada al arroyo vehicular, lo que permite llevar maquinaria pesada por la noche y no da?ar nada alrededor. Luego de ser retirada, se colocaba la nueva en las mismas secciones. ¡°De las 12 secciones, ya est¨¢n listas 10. Ya nada m¨¢s nos faltan los dos ¨²ltimas¡±, explica Ledesma. La cubierta sigue la filosof¨ªa original, que respeta las visuales, filtra los rayos UV y cuida las salidas de aire, todo esto, con la menor cantidad de soportes posible. ¡°Es el dise?o que m¨¢s se ajusta a las necesidades de una zona arqueol¨®gica que est¨¢ en el Centro Hist¨®rico de Ciudad de M¨¦xico, que es Patrimonio Mundial y que, por tanto, tenemos que seguir determinados lineamientos, uno de ellos es no obstaculizar la vista de los edificios de alrededor. No podemos cambiar mucho la estructura o el estilo de las cubiertas porque estar¨ªamos afectando la visual del Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Palacio del Marqu¨¦s del Apartado o la Catedral Metropolitana¡±, explica la directora del Templo Mayor.
Ni el Templo Rojo, Norte y Sur, ni el Huey Teocalli tienen da?os, pero sus cubiertas ya requieren ser cambiadas, para evitar que una granizada igual de fuerte las pudiera perjudicar. ¡°Eso es lo que vamos a hacer. A las otras tres cubiertas ya se les hizo el estudio y la dictaminaci¨®n. El Gobierno de Ciudad de M¨¦xico nos apoy¨® para hacer el primer refuerzo de la cubierta del Huey Teocalli. Esos trabajos empezaron al mismo tiempo que la Casa de las ?guilas. Para el retiro y el cambio completo de estas tres cubiertas se solicit¨® el apoyo de la Secretar¨ªa de Cultura, que generosamente nos dio la mitad del dinero que se habr¨ªa proyectado. La otra mitad lo pondr¨¢ el INAH. Vamos a empezar este a?o con el Templo Rojo, Norte y Sur, que son los que tienen m¨¢s pintura mural. Al final, nos dedicaremos a la etapa dos del Huey Teocalli, la m¨¢s complicada, porque est¨¢ en el mero coraz¨®n del Templo Mayor¡±, explica la directora del sitio arqueol¨®gico.
A pesar de que el clima en la capital cambia continuamente, los trabajos no se han interrumpido. ¡°Afortunadamente, no hemos tenido que parar, sin embargo, tenemos que ser muy cuidadosos y pecar de precavidos. Las lluvias y el viento pueden jugar en nuestra contra y cualquier situaci¨®n que pueda pasar tiene que estar controlada. Y, hasta el momento, lo hemos logrado¡±, explica Mariana D¨ªaz de Le¨®n Lastras, jefa de restauraci¨®n del Templo Mayor. ¡°Tenemos estos grandes claros cubiertos por lonas para proteger, a manera de prevenci¨®n, mientras se est¨¢ desmontando la cubierta temporal, para que los ingenieros puedan poner la definitiva. La fuerza del aire es incre¨ªble, a veces uno no comprende por qu¨¦ se adoraba en ¨¦poca mesoamericana a Eh¨¦catl [dios del viento y ayudante de Tl¨¢loc, que barr¨ªa los caminos del cielo para que lloviera], pero cuando uno atestigua la fuerza del viento comienza a tenerle respeto¡±, dice la directora Patricia Ledesma.
Para proteger los vestigios de la Casa de las ?guilas se procedi¨® a encofrar, es decir, encajonar las paredes y banquetas, important¨ªsimas por sus bellos relieves. Una vez que se protegi¨® y se le hizo un tratamiento antiincendios y antihongos a la madera, se pusieron pilotes, capaces de regular el nivel de la techumbre temporal. Cuando est¨¦ el nuevo techo puesto y se haya revisado de que no haya ninguna forma de que se filtre el agua al interior del espacio arqueol¨®gico, ahora s¨ª se retirar¨¢ la madera que cubre la casa. ¡°Este encofrado se puso en todos los elementos arqueol¨®gicos para protegerlos de las inclemencias del clima. Una vez que nos aseguremos de que est¨¦ listo el techo y de que no sea necesario que la gente entre para ninguna maniobra al bien arqueol¨®gico, vamos a proceder a retirarlo de forma paulatina, cuidando la estabilidad de los elementos; especialmente la humedad, pues ha permanecido con la madera durante muchos meses. Como llevamos un monitoreo constante, ya sabemos cu¨¢les son los espacios que requieren m¨¢s tiempo esta protecci¨®n y cu¨¢les podr¨ªamos empezar a liberar. Calculamos que para mediados de julio ya est¨¦ todo listo para poder dar acceso a los visitantes en ese espacio¡±, asegura la jefa de restauraci¨®n. ¡°Estamos yendo conforme el clima y el propio bien arqueol¨®gico nos permite. Algunas personas consideran que ya nos tardamos mucho; otras, por el contrario, piensan que vamos muy r¨¢pido, pero todos tengan la seguridad de que estamos trabajando para que el bien arqueol¨®gico est¨¦ protegido. No vamos a presionar para acabar antes de tiempo. Tengan la seguridad de que lo estamos haciendo con todo el cuidado posible¡±, ha concluido la directora del sitio prehisp¨¢nico.
El recinto de los guerreros ¨¢guila, el edificio que serv¨ªa a la nobleza mexica, el tlatoani y su corte, fue construido por etapas, igual su vecino, el imponente Templo Mayor. Seg¨²n la cosmovisi¨®n azteca, Huitzilopochtli ¡ªse?or de la guerra y dios del sol¡ª representado muchas veces como un ¨¢guila, condujo a los hombres hasta la tierra prometida desde Aztl¨¢n. La se?al para fundar la nueva ciudad era encontrar un ¨¢guila sobre un nopal devorando una serpiente. Las techumbres quiz¨¢ no solo protegen la Casa de las ?guilas y el Huey Teocalli, sino el mito que cuenta que los mexicas recibieron la se?al de Huitzilopochtli para construir la gran Tenochtitlan.
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