El ¡®caso Ayotzinapa¡¯ quedar¨¢ resuelto este a?o: ?especulaci¨®n de L¨®pez Obrador o posibilidad real?
La sorprendente declaraci¨®n del mandatario sobre una de las peores tragedias del M¨¦xico moderno compromete la investigaci¨®n, que batalla con un enorme y creciente rompecabezas
Inaugurados la refiner¨ªa de Dos Bocas y un nuevo aeropuerto para Ciudad de M¨¦xico, el Gobierno pone ahora sus ojos en solventar el caso Ayotzinapa, uno de las promesas de campa?a del presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. La semana pasada, el mandatario sorprendi¨® a m¨¢s de uno al declarar que el caso quedar¨ªa resuelto este a?o. ¡°Es de los compromisos que hice que no he podido cumplir¡±, dijo. ¡°Ya tenemos muchos elementos, pero no queremos apresurarnos (...) Ya sabemos lo que sucedi¨®. Faltan algunas cosas, pero ya tenemos mucho avance¡±, a?adi¨®.
L¨®pez Obrador impon¨ªa as¨ª un calendario a los investigadores, que batallan con un enorme y creciente rompecabezas de m¨²ltiples dimensiones: el mismo ataque contra los estudiantes normalistas en septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero, la desaparici¨®n de 43, la actuaci¨®n de la autoridad durante el ataque y, luego, en los primeros momentos de la investigaci¨®n, la entrada en escena de las fuerzas federales, la presunta construcci¨®n posterior de una narrativa que m¨¢s tarde se denunci¨® como falsa, etc¨¦tera.
Hasta ahora, la unidad especial de la Fiscal¨ªa encargada de las pesquisas ha vivido ajena a la grilla pol¨ªtica, volcada en la presencia creciente del Ej¨¦rcito en la vida p¨²blica y las obras mastod¨®nticas del Gobierno. Las declaraciones del presidente pone a los investigadores, sin embargo, en el ojo del hurac¨¢n. Sus errores y aciertos son ahora los del Ejecutivo, situaci¨®n arriesgada por la tentaci¨®n de fundir tiempos procesales y pol¨ªticos.
Fuentes cercanas a la investigaci¨®n informan a EL PA?S de los avances, tanto en la parte de las pesquisas que apuntan al ataque y desaparici¨®n de los estudiantes, como a la del relato de los hechos de la Administraci¨®n pasada, que califican de montaje. En las ¨²ltimas semanas, los investigadores han recibido nueva documentaci¨®n del Ej¨¦rcito, alrededor de 1.600 folios de ¡°an¨¢lisis de inteligencia, documentos de b¨²squeda y notas informativas¡±, y de la oficina de la DEA en Chicago, donde figura toda la informaci¨®n acumulada en el proceso contra la c¨¦lula local del grupo criminal Guerreros Unidos. ¡°Los nuevos documentos de Chicago son buena evidencia de c¨®mo funcionaba el grupo, las luchas internas por el control de sus actividades, sus apoyos institucionales y de su propia destrucci¨®n posterior¡±, se?alan dichas fuentes.
La nueva investigaci¨®n del caso Ayotzinapa cumple ahora tres a?os. Su mayor ¨¦xito ha sido el hallazgo de restos de dos de los 43 estudiantes desaparecidos, Christian Rodr¨ªguez y Jhosivanni Guerrero, en 2020 y 2021. Ya son tres identificados en total, con el controvertido caso de Alexander Mora, en 2014. Tambi¨¦n, la detenci¨®n o mantenimiento en prisi¨®n de alrededor de 70 personas -llegaron a haber 142 presos por este caso, seg¨²n explic¨® el subsecretario de Gobernaci¨®n, Alejandro Encinas, hace tres a?os-, entre ellas los hermanos Casarrubias, dirigentes de Guerreros Unidos, varios de sus principales operadores en el terreno, decenas de polic¨ªas de Iguala y Cocula y antiguos funcionarios de la vieja Fiscal¨ªa federal.
La principal tarea pendiente apunta al relato, una explicaci¨®n lo m¨¢s completa posible de lo que pas¨®, los motivos del ataque, el posible destino de los muchachos. La extradici¨®n a M¨¦xico de Tom¨¢s Zer¨®n, arquitecto de la supuesta falsa narrativa de lo ocurrido entonces, y el papel de su superior directo, Jes¨²s Murillo, figuran tambi¨¦n en la carpeta de exigencias de las familias de los normalistas.
Las mismas fuentes mencionadas arriba se?alan adem¨¢s que los contactos del Gobierno federal con Zer¨®n se han mantenido, despu¨¦s del viaje a Israel a principios de a?o del subsecretario Encinas. Hay dos posibilidades. Una, que el mismo Zer¨®n asuma la extradici¨®n por los cargos pendientes de tortura y desaparici¨®n forzada en el marco del caso Ayotzinapa, etapa previa a su previsible conversi¨®n en testigo colaborador de la Fiscal¨ªa. La otra es que el exfuncionario pelee su extradici¨®n en Israel, pa¨ªs al que huy¨® en 2019.
El ataque y la desaparici¨®n
Es la pregunta del mill¨®n. Si los estudiantes no murieron asesinados y sus cuerpos no fueron quemados en el basurero de Cocula, cerca de Iguala, lugar del ataque, entonces, ?qu¨¦ pas¨®? El derrumbe de la c¨¦lebre verdad hist¨®rica, la narrativa con que el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018) trat¨® de cerrar el caso Ayotzinapa, inquieta a las familias de los 43. Hu¨¦rfanos de explicaciones, insisten en que les cuenten qu¨¦ pas¨® con los suyos. El hallazgo de restos de Guerrero y Rodr¨ªguez en un paraje alejado de los focos, la barranca de la Carnicer¨ªa, ha puesto las bases de un nuevo relato que, de momento, no acaba de concretarse. La b¨²squeda de la Fiscal¨ªa contin¨²a en la barranca.
La Comisi¨®n presidencial que investiga el caso, la unidad especial de la Fiscal¨ªa y el grupo de expertos que la CIDH comision¨® a M¨¦xico para ayudar en las pesquisas manejan, sin embargo, algunas certezas. Fuentes cercanas a la investigaci¨®n asumen que la red criminal que atac¨® a los muchachos arm¨® tres grandes grupos. Al primero, de entre 15 y 20 estudiantes, se lo llevaron de uno de los escenarios de la cacer¨ªa, el cruce de Juan N. ?lvarez y Perif¨¦rico, cerca del centro de Iguala. Al segundo, integrado m¨¢s o menos por la misma cantidad de normalistas, se lo llevaron del segundo escenario principal, el Palacio de Justicia. El tercero, de entre 10 y 15, es el grupo de los ¡°levantados¡±, muchachos que la red criminal detuvo en diferentes puntos del municipio y luego desapareci¨®.
Respecto al primero, los investigadores tienen claro que C¨¦sar Nava, jefe de polic¨ªa de Cocula, uno de los perpetradores del ataque, estuvo con el grupo en Barandilla, una instalaci¨®n de la Polic¨ªa de Iguala, que funcionaba, entre otras cosas, de dep¨®sito de autom¨®viles y motos. En ese grupo estaban supuestamente Rodr¨ªguez y Guerrero. Los investigadores tienen claro que a los 15 se los llevaron rumbo a Cocula, por Loma de Coyotes, una colonia a las afueras de Iguala. Por testimonios recogidos estos a?os y el total de huesos rescatados de la Carnicer¨ªa, asumen que al menos a cuatro de los 15 los habr¨ªan asesinado y luego quemado. Luego, integrantes de Guerreros Unidos habr¨ªan esparcido sus restos por la barranca y otros lugares.
La duda es si solo fueron cuatro o si en realidad fueron m¨¢s. En los a?os de Pe?a Nieto, la barranca nunca se investig¨® a profundidad. La vieja Fiscal¨ªa, con Murillo Karam y Zer¨®n al mando, privilegi¨® la narrativa del basurero, versi¨®n que construyeron a base de torturar a decenas de detenidos, principalmente, se?alan los investigadores, a la c¨¦lula de Cocula de Guerreros Unidos, integrada por Felipe Rodr¨ªguez, El Cepillo, Agust¨ªn Garc¨ªa Reyes, El Chereje, Jonathan Osorio, El Jona, o Miguel ?ngel Landa, El Duva, entre otros. Todos ellos depend¨ªan de Gildardo L¨®pez Astudillo, El Gil, uno de los testigos protegidos de la actual administraci¨®n de la Fiscal¨ªa.
Declaraciones de sobrevivientes, de integrantes de Guerreros Unidos y de otros testigos, se?alan que las ¨®rdenes de atacar a los muchachos salieron de la familia Casarrubias, con Sidronio al frente, actualmente en prisi¨®n. El motivo, una presunta invasi¨®n de un grupo rival, en teor¨ªa Los Rojos, con mucha presencia en aquella ¨¦poca en el sur de Morelos y el norte de Guerrero. Sidronio habr¨ªa ordenado el ataque a su lugarteniente en Iguala, Juan Salgado, alias El Indio, muerto a balazos el a?o pasado, durante un operativo que la Fiscal¨ªa federal arm¨® para detenerle. De cualquier manera, las ¨®rdenes habr¨ªan bajado de El Indio a otra c¨¦lula de Guerreros Unidos, Los Tilos, que habr¨ªan perpetrado el ataque junto a polic¨ªas de Cocula e Iguala, al menos en las primeras horas.
Del segundo y tercer grupos de estudiantes hay m¨¢s dudas. Las mismas fuentes mencionadas arriba se?alan que los estudiantes desaparecidos en el Palacio de Justicia podr¨ªan haber sido conducidos a Barandilla, aunque tambi¨¦n al sur, a pueblos como ¡°Huitzuco, Tepecoacuilco, Mezcala, Sabana Grande o Coacoyula¡±. En las b¨²squedas realizadas estos a?os en varios de esos puntos, ni la Fiscalia ni la comisi¨®n presidencial han encontrado nada. Ahora, los ojos est¨¢n puestos en Coacoyula, unos kil¨®metros al norte de Mezcala. Del grupo de ¡°levantados¡± tampoco hay pistas, aunque los investigadores manejan un par de ideas, los diferentes se?alamientos a Taxco, al norte de Iguala, de varios testigos y presuntos atacantes, y la certeza de que los perpetradores usaron alguna de las incineradoras de las funerarias de Iguala para desaparecer cad¨¢veres. La pregunta, claro, es cuantos y de qui¨¦nes.
La verdad hist¨®rica
A diferencia de la parte de la investigaci¨®n sobre la desaparici¨®n y el destino de los 43, la que apunta a la construcci¨®n de la narrativa del basurero parece cada vez m¨¢s s¨®lida. Pendiente de Zer¨®n y de Murillo Karam, la Fiscal¨ªa ha trabajado estos a?os en los procesos contra los eslabones de la cadena de mando que apuntalaron formalmente el relato de la vieja Fiscal¨ªa, caso de peritos, ministerios p¨²blicos y polic¨ªas ministeriales. La semana pasada, un juez pidi¨® la detenci¨®n tambi¨¦n del jefe de la unidad antisecuestros de la Fiscal¨ªa entonces, Gualberto Ram¨ªrez, por un caso de tortura. Ram¨ªrez, primer encargado de las pesquisas de la vieja Fiscal¨ªa, ha acumulado dos ¨®rdenes de detenci¨®n m¨¢s estos d¨ªas por otros dos casos de tortura en el marco de la investigaci¨®n por el ataque contra los normalistas.
A d¨ªa de hoy, hay dos situaciones que emergen como posibilidades reales, de acuerdo con las fuentes consultadas. La primera, que desde los primeros momentos hubo comunicaci¨®n entre la Procuradur¨ªa de Guerrero y otras autoridades federales y Guerreros Unidos para tratar de encontrar estudiantes vivos. Los investigadores estatales asumieron el caso durante los primeros d¨ªas despu¨¦s del ataque. La sospecha adem¨¢s es que agentes de la dependencia intervinieron tambi¨¦n en una de las patas vitales de la vieja narrativa, el hallazgo de huesos de Alexander Mora en el r¨ªo San Juan, situaci¨®n que la actual administraci¨®n de la Fiscal¨ªa considera un montaje. Uno de los personajes en la mira por ese asunto es el procurador de Guerrero entonces, I?aki Blanco, que hasta el momento ha negado implicaci¨®n alguna.
La segunda posibilidad ata?e a la forma de operar de las fuerzas federales antes incluso de que asumieran oficialmente el caso, en los primeros d¨ªas de octubre de 2014. De acuerdo a fuentes cercanas al caso, cada agencia de seguridad, la vieja Fiscal¨ªa, la Polic¨ªa Federal, la Marina, el Ejercito y el CISEN -los servicios de inteligencia- investigaron en paralelo el caso. De ah¨ª, por ejemplo, que la Marina llegara al basurero de Cocula antes incluso que la vieja Fiscal¨ªa, como devel¨® el grupo de expertos de la CIDH; que el CISEN grabara en v¨ªdeo los interrogatorios en que fiscales, caso de Ram¨ªrez, torturaron a detenidos; o que el Ej¨¦rcito, en su propio archivo, hablara de ¡°la verdad de la PGR¡±, en referencia a las pesquisas de la vieja Fiscal¨ªa, seg¨²n las mismas fuentes.
Los investigadores han recibido en las ¨²ltimas semanas adem¨¢s nueva informaci¨®n del Ej¨¦rcito, ¡°m¨¢s de 1.600 folios con an¨¢lisis de inteligencia, documentos de b¨²squeda y notas informativas¡±, seg¨²n una fuente cercana a las pesquisas, elaborados por una veintena de integrantes de la Secretar¨ªa de la Defensa, que recogen el actuar de la dependencia desde la noche de los hechos hasta finales de octubre de 2014. Falta por ver si la dependencia manda nuevos documentos, con intercepciones de comunicaciones a integrantes de la red criminal de Iguala, como las divulgadas en octubre pasado.
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