Leonel Garc¨ªa: ¡°El f¨²tbol es una representaci¨®n en miniatura de la guerra¡±
El cantante mexicano ha cambiado, con la edad, el motivo de sus letras, que ahora cuentan su relaci¨®n de pareja y los detalles del hogar
Personaje noct¨¢mbulo y sibarita, compositor y cantante, a ratos poeta o prosista, empedernido del f¨²tbol y las artes marciales. El mexicano Leonel Garc¨ªa inici¨® el siglo entrando en la vida de miles de j¨®venes junto al argentino Noel Schajris, con quien formaba el d¨²o Sin bandera: canciones de amor y desamor sobre fondo mel¨®dico que los cubri¨® de ¨¦xito, oro y platino. En mayo sacaron su ¨²ltimo disco, Frecuencia. Pero el mexicano lleva en paralelo una carrera de solista que acompa?a con la guitarra, la que se escuchar¨¢ a finales de mes en Madrid y Barcelona. Ya no es el m¨¢s guapo de la pandilla, dice, ni el que sal¨ªa a ligar por profesi¨®n. A los 47 a?os, su periscopio ha virado hacia el hogar, la esposa y el hijo, y eso se nota en la letra de sus canciones. El guerrero ha vuelto a casa. Y se ha dado cuenta de que hab¨ªa rincones que no conoc¨ªa.
Pregunta. Se dice sibarita nocturno. Expl¨¢yese.
Respuesta. Si lo dije yo mismo, fue un d¨ªa audaz. S¨ª, me gusta la noche, definitivamente soy noct¨¢mbulo, mis horas productivas son por la noche y hasta la madrugada, toda mi vida he sido as¨ª, es herencia, tambi¨¦n. La noche me hace sentir con mucho vigor. Es el silencio, las ideas, mi espacio.
P. ?Y lo de sibarita?
R. He aprendido a vivir bien, comer bien, pasarla bien, el disfrute, los amigos, la familia. Me doy espacio para esto, que es lo que le da sentido al trabajo. En Europa tienen m¨¢s cultura del gozo, las vacaciones, aqu¨ª [en M¨¦xico] estamos m¨¢s contagiados del workaholic de los estadounidenses.
P. ?Esto de la noche no se pasa con la edad?
R. Si puedes dormir por la ma?ana, no.
P. A los 47 a?os dice que ya casi siente la crisis de los 50.
R. Ya sientes la vejez, ay, ya viene. Achaques. El cuerpo empieza a dar se?ales de todo lo que hiciste de joven, te pasa la factura: la rodilla que me romp¨ª jugando tenis, el sistema digestivo que destru¨ª con todo lo que me tom¨¦ de chico¡ Es una reflexi¨®n tambi¨¦n de lo que sientes que tal vez ya no te va a tocar vivir. Ya soy padre, no soy el joven que andaba comi¨¦ndose el mundo, hay otras prioridades que a veces causan una crisis de identidad, de masculinidad. A cada qui¨¦n se le manifiesta diferente
P. ?Y c¨®mo lo traslada a la profesi¨®n?
R. Mis letras est¨¢n siendo afectadas por eso. Ahora tambi¨¦n cuentan mi relaci¨®n de pareja, los detalles del hogar. La emoci¨®n a esta edad viene de otras cosas, de peque?os rituales, objetos, gatos. Cambia la perspectiva. De joven, el ¨¦xito y la felicidad tienen otras caras, la de la audacia y las haza?as; luego se vuelve m¨¢s personal e ¨ªntimo, y as¨ª se han vuelto mis letras: detalles, palabras peque?as, acomodar mi carrera y estar con mi familia. No enfermar, volver a casa.
P. Volverse a mirar a la familia cuando se tienen 50 a?os. No vale.
R. Es terrible, pero s¨ª, te empiezas a dar cuenta de que ese es el chiste, y que el equilibro entre el trabajo y la casa te va a dar la armon¨ªa.
P. La pandemia le descubri¨® lugares de la casa que ni conoc¨ªa, dice. ?No es todo esto algo machista?
R. Lo es. S¨ª, lo somos. Vamos evolucionando. Desde ni?o te dicen que eres el que tienes que salir y trabajar y proveer a la casa. Luego vas aprendiendo con tu pareja lo que ella tambi¨¦n quiere hacer y hay que equilibrar. Claro que es un machismo. Pero me encanta que va evolucionando y c¨®mo los hombres vamos confrontando lo que se nos ense?¨® y esta nueva realidad, y ver c¨®mo podemos equilibrar esto sin enloquecer nosotros y ustedes y que no nos odien tanto.
P. ?Cree que los odiamos mucho?
R. No, pero a veces s¨ª.
P. ?Se lo merecen?
R. S¨ª, a veces s¨ª, sobre todo hist¨®ricamente. Tenemos que luchar contra la informaci¨®n que traemos arraigada.
P. Cuando hablan los artistas todo es ¡°maravilloso¡±; el concierto, maravilloso, los viajes, maravillosos, el p¨²blico, maravilloso, ?de verdad es todo tan maravilloso?
R. S¨ª, es maravilloso, obviamente no es perfecto, pero es tan grande la retribuci¨®n que recibes que perdonas todo lo dem¨¢s. Subirse a un escenario y ver la emoci¨®n del p¨²blico, la energ¨ªa, la sensaci¨®n de ¨¦xito. Pero, obviamente, tiene sus cosas, el cansancio, hay d¨ªas que es agotador y un reto mantenerse de buen humor.
P. Pero qu¨¦ letras y canciones m¨¢s tristes hace usted¡ Y encima dice que le gusta que la gente sufra un poco.
P. S¨ª. Y me parece s¨²per saludable. M¨¢s que de la felicidad, los momentos de transformaci¨®n son los del sufrimiento, donde uno aprende. Ese dolor es cambio y crecimiento. Me encanta que la gente sufra un poco para que se d¨¦ cuenta de d¨®nde est¨¢ atorada. Pero trato de que haya una dignidad en los personajes de mis canciones, ya no es ese sufrimiento antiguo a la mexicana de ¡®te necesito, no puedo vivir sin ti, me voy a cortar las venas¡¯.
P. ?Vende m¨¢s la m¨²sica triste que la alegre?
R. Ahora mismo, no. Definitivamente, el gran p¨²blico se quiere divertir, no quiere pensar en tristezas, quiere salir de fiesta, perrear, ligar, conocer gente, hablar de sexo. Est¨¢ bien.
P. En paralelo a esas m¨²sicas nuevas, muchos grupos tiene su ¨¦xito apelando a la nostalgia, recurriendo a temas antiguos.
R. Sin duda, la nostalgia es muy poderosa, siempre tengo la teor¨ªa que la gente escucha la m¨²sica que le recuerda sus mejores momentos, que suelen ser entre los 15 y 25 a?os, y escuchan m¨²sica de cuando ten¨ªan aquella edad. A m¨ª, como banda o como cantautor, no me gusta vivir mucho de eso, s¨¦ que existe, no lo podemos negar, sabemos que, en parte, vienen a vernos por eso, pero siempre pensamos en hacerles escuchar otras cosas, someterles a un poco de sufrimiento, que les toque aprenderse nuevas canciones.
P. Triunfan las telenovelas coreanas y turcas. ?Qu¨¦ m¨²sica les pondr¨ªa?
R. Creo que la manufactura de estas telenovelas es mejor que las de las anteriores. Parecen pel¨ªculas o series, ya no telenovelas. Podemos echar mano de m¨²sica m¨¢s contempor¨¢nea, urbana, electr¨®nica, R&B. Esto ya no es tan cursi como en los ochenta, cuando ve¨ªamos telenovelas, yo le puse m¨²sica a algunas. Hay una modernizaci¨®n en los productos turcos y coreanos, tienen que ver con estudiantes, pueden tener m¨²sica m¨¢s joven.
P. Le gusta mucho el f¨²tbol. ?Qu¨¦ tal una cr¨ªtica a esto que est¨¢ ocurriendo?: m¨¢s de 100 personas muertas en Indonesia, decenas de heridos a patada limpia en Quer¨¦taro.
R. El futbol es una representaci¨®n en miniatura de la guerra, que los hombres la tenemos en la gen¨¦tica. Heredamos ancestralmente un asunto de yo contra ti, mi naci¨®n contra la tuya, mi barrio contra el tuyo, es mi tribu y lo voy a defender hasta la muerte. Si exacerbas esos sentimientos llegas a la tragedia. Tenemos que erradicar eso, porque es verdad que uno siente el guerrero que trae ah¨ª frustrado, el que nunca llegar¨¢s a ser, porque no te toc¨® ni siquiera ir a cazar un conejo. Pero ah¨ª tienes tu katana, y le ense?as las pistolas nuevas que inventaron a tu primo, aunque no seas b¨¦lico. Me gusta y me atrae eso. Supongo que todos nuestros ancestros ten¨ªan que hacerlo¡ El f¨²tbol lo representa, la batalla, la pasi¨®n, se desahogan muchas tristezas, frustraciones, angustias sociales en el estadio, y si no hay la seguridad correcta, ni el mensaje correcto y dejas que se enfrenten dos facciones, entras en el comportamiento tribal, ya no es un ser humano pensando, somos una tribu y tenemos que destruir, es una locura colectiva. Despu¨¦s de agredir a alguien, en la soledad, seguramente entres en shock y digas, qu¨¦ he hecho, pero estando ah¨ª te vuelves uno m¨¢s de la horda.
P. Se est¨¢ reconociendo.
R. S¨ª, s¨ª te reconoces, por eso hay que tener mucho cuidado con los mensajes que damos, seguir insistiendo en que es deporte y en lo mucho que se puede parecer al arte.
P. ?Usted no se llevar¨¢ la katana al estadio?
R. Para nada. El otro d¨ªa casi me corto el dedo tratando de usar una. Practiqu¨¦ hace tiempo, pero ya no, no quiero romperme la nariz.
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