Katya Echazarreta: ¡°Quiero regresar al espacio, pero quiero llegar con M¨¦xico¡±
La ingeniera se convirti¨® en la primera mujer del pa¨ªs en ir al espacio. Desde entonces ha dejado su trabajo en la NASA para centrarse en impulsar la industria espacial mexicana
Sale erguida del Senado, con traje de marca y tacones, escoltada por su equipo, en el que est¨¢ su mam¨¢ y su hermano, le piden una foto y sonr¨ªe, un video para una fan y sonr¨ªe, sus pendientes de Saturno centellean con el sol mientras posa para los retratos como si eso es lo que hubiera hecho desde siempre. Hay una nueva estrella que camina por el Paseo de la Reforma y no es actriz ni cantante: es astronauta.
Katya Echazarreta (Guadalajara, 27 a?os) salt¨® a los focos hace solo unos meses cuando se convirti¨® en la primera mexicana en ir al espacio, tambi¨¦n fue la mujer m¨¢s joven en hacerlo. Esta ingeniera de la NASA fue elegida por la organizaci¨®n Space For Humanity entre 7.000 candidatos para un peque?o vuelo de 10 minutos que sobrepas¨® la frontera terrestre. Y eso, que podr¨ªa ser la meta, se convirti¨® solo en el disparo de salida. Ahora ha dejado su trabajo en la agencia espacial norteamericana para apostar por la de M¨¦xico. ?D¨®nde est¨¢ su futuro? ¡°Definitivamente quiero regresar al espacio, quiero llegar a la Luna, pero quiero llegar con M¨¦xico¡±. Y lo dice tan segura que parece posible.
La historia de Katya es improbable. Con siete a?os, se mud¨® con su familia de Guadalajara a San Diego. Su hermana hab¨ªa sufrido una meningitis que le hab¨ªa dejado una par¨¢lisis como secuela y en la capital jalisciense no encontraban una escuela adaptada para ella. Cruzaron la frontera. De esos primeros a?os recuerda la dificultad: ¡°Claro que los ni?os se burlan de ti, no te dejan entrar en sus c¨ªrculos, especialmente porque no te puedes comunicar, no hablas el idioma¡±.
En 2012 decidi¨® estudiar ingenier¨ªa el¨¦ctrica en la Universidad de California en Los ?ngeles. Menciona el a?o exacto porque fue el momento en el que la NASA apag¨® su programa de transbordadores, los que llevaban tripulantes al espacio. ¡°Cuando lo cierran nadie sab¨ªa cu¨¢l ser¨ªa el futuro de la agencia, no sab¨ªamos si ¨ªbamos a seguir hacia la Luna. Los sue?os que tenemos actualmente para la industria espacial no se ve¨ªan como posibles en ese momento¡±, dice, ¡°y es entonces cuando yo decido que es eso lo que yo quiero hacer, que si, por ejemplo, la NASA solo iba a contratar a cinco personas, yo iba a ser una de esas cinco¡±.
La predicci¨®n se hace realidad unos a?os m¨¢s tarde cuando entra la agencia nortemaericana como becaria, para terminar en un puesto fijo. En este tiempo ha participado en cinco misiones, una de ellas la del robot Perseverance, pionero en la exploraci¨®n de Marte. Atreverse a todos los nuevos retos y la constancia cree que son sus puntos fuertes como ingeniera: ¡°Me propon¨ªan un proyecto sobre algo que yo no hab¨ªa hecho nunca y dec¨ªa ¡®d¨¢melo¡¯. Eso me ayud¨® a llegar a puestos importantes en mi primer a?o como ingeniera¡±.
Un espacio dominado por hombres
La carrera espacial ha sido siempre un entorno dominado por ellos. La NASA cancel¨® por sexismo en 1960 su programa femenino de astronautas: superaron en pruebas a los hombres y a¨²n as¨ª, las excluyeron. Hasta 2013 no se logr¨® en la agencia americana una promoci¨®n paritaria. En Europa, actualmente solo hay una cosmonauta en activo. Todav¨ªa ahora, 50 a?os despu¨¦s de que el Apolo 17 llegara la Luna, se sigue buscando el hueco para que la pise una mujer. En ese panorama fue Katya Echazarreta, con entonces 26 a?os, al espacio.
En junio, la joven vol¨® junto a otros cinco tripulantes en un cohete de Blue Origin, la empresa del magnate de Amazon, Jeff Bezos, en un experimento que busca que ciudadanos puedan llegar al espacio y cambiar su perspectiva. Hab¨ªa superado con ¨¦xito un entrenamiento dur¨ªsimo y antes hab¨ªa sido elegida por delante de otras 7.000 personas. Cumpl¨ªa la promesa que se hizo con siete a?os, cuando ya andaba obsesionada con lo que hab¨ªa all¨¢ arriba. Pero entonces le dijeron que estaba robando el asiento a un hombre ¡°que se lo merec¨ªa¡±. Ella contesta tranquila: ¡°No se le puede quitar a alguien lo que es suyo e ir al espacio siempre fue m¨ªo¡±.
Despu¨¦s de aquello protagoniz¨® portadas de revista, le llegaron los mensajes de decenas de ni?as que quer¨ªan hacer lo mismo que ella. ¡°Yo siempre he cre¨ªdo que no puedes ser lo que no puedes ver¡±, dice sobre la importancia de la representaci¨®n. Adem¨¢s, sin modificar lo que ya era. ¡°No estoy cambiando mi feminidad a cambio de lograr un puesto as¨ª. Estoy dando a conocer una versi¨®n de una mujer que s¨ª es ingeniera, que le interesa la ciencia, y que no cumple con los estereotipos de c¨®mo debe verse un ingeniero¡±, dice con la purpurina perfectamente colocada en los p¨¢rpados. ¡°Creo que me he pasado la vida rompiendo estereotipos, desde ni?a siempre fui una persona muy fuerte, mi mam¨¢ siempre me motiv¨® y me dijo: ¡®Lo que t¨² quieras hacer, t¨² puedes¡±, apunta y despu¨¦s dice, firme, sin dudas: ¡°He conseguido todo lo que he querido y he dedicado tiempo¡±.
Con esa determinaci¨®n imbatible se maneja ahora Katya en los pasillos del Senado y el Congreso mexicano, a donde ha venido para tratar de convencer a los legisladores de hacer un cambio en los art¨ªculos 28 y 73 de la Constituci¨®n para otorgar m¨¢s recursos a la industria espacial mexicana. En una maniobra arriesgada, Echazarreta ha abanadonado un futuro prometedor en la NASA para ayudar a abrir las puertas del espacio a su pa¨ªs. ¡°Yo hubiera podido subir de puesto, crecer como ingeniera, eventualmente aplicar para un programa de astronautas americanos, hubiera sido much¨ªsimo m¨¢s f¨¢cil as¨ª, claro, pero para m¨ª no era suficiente. Porque yo entiendo que esas oportunidades para mi pa¨ªs no est¨¢n y yo quiero crear esas oportunidades en M¨¦xico¡±, afirma.
La industria espacial mexicana es d¨¦bil, al servicio de su gigante vecina. Por ejemplo, para 2020 la NASA recibi¨® alrededor de 22.600 millones de d¨®lares; la de China, unos 11.000 millones de d¨®lares, la Agencia Espacial Europea tiene para gastar casi 8.000, y la mexicana, creada apenas hace 10 a?os, destin¨® tres. No hay forma de competir, de ah¨ª que hace un par de a?os se planteara apostar por una agencia espacial latinoam¨¦ricana. Adem¨¢s, Echazarreta apunta a que desde M¨¦xico se est¨¢n dando los proyectos espaciales a empresas extranajeras, en vez de a las propias, porque ya cuentan con la infraestructura. ¡°Lo ven mucho m¨¢s f¨¢cil, pero lo que no se dan cuenta es que est¨¢n gastando much¨ªsimo m¨¢s pag¨¢ndole a otro pa¨ªs que ni siquiera nos toma como prioridad, que nos da la informaci¨®n que estamos comprando como su ¨²ltima opci¨®n. Cuando podr¨ªamos invertir en nuestra nuestra propia industria, en nuestras propias empresas, en que sea gente mexicana la que desarrolle tecnolog¨ªa espacial, y a largo plazo va a ser m¨¢s f¨¢cil, m¨¢s barato, y va a ser nuestro¡±, reflexiona.
La joven ha querido aprovechar la visibilidad que tiene ahora para poner el dedo en el rengl¨®n: la oportunidad de M¨¦xico es ya, despu¨¦s no habr¨¢ manera de sumarse a la carrera. ¡°Quiero ayudar a que M¨¦xico pueda ser un jugador internacional en la industria espacial¡±, insiste. Para 2025 est¨¢ planteada la misi¨®n que vuelva a llevar a humanos a la Luna. Medio siglo despu¨¦s de la primera llegada, seis potencias mundiales se han lanzado al mismo objetivo: mostrar m¨²sculo tecnol¨®gico, explorar las enormes reservas minerales de la Luna, montar una base y convertirla en una estaci¨®n intermedia para llegar al objetivo final, Marte.
¡°El espacio ya no es algo del futuro, ya est¨¢ aqu¨ª. En los pr¨®ximos 10 a?os vamos a poder estar en el espacio, se van a necesitar personas que puedan trabajar con especialidades diferentes, no solo cient¨ªficos o ingenieros¡±, propone optimista, ¡°si M¨¦xico no empieza ahora a impulsar los temas espaciales, se va a quedar atr¨¢s¡±. Para ayudar a eso la astronauta est¨¢ montando una fundaci¨®n para apoyar econ¨®micamente a los estudiantes y empresas mexicanas que quieran formarse, crear tecnolog¨ªa o investigar temas relacionados con el desarrollo espacial. Tiene previsto que los fondos para esas ayudas provengan de otras compa?¨ªas m¨¢s grandes a las que les interesa que M¨¦xico tenga estas capacidades. La Agencia Espacial Mexicana ya ha anunciado su colaboraci¨®n con Echazarreta. ¡°A m¨ª me encantar¨ªa ver una misi¨®n al espacio de mexicanos, seleccionados y entrenados en M¨¦xico. Que ya no tengamos que pedir informaci¨®n o esperar a ver que nos den algo para usarlo, y yo quisiera ver verme a m¨ª como la persona que est¨¢ impulsando esto¡±, dice, espera y afirma, rotunda: ¡°Yo veo mi futuro como el futuro del espacio en M¨¦xico¡±.
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