Entre lo original y lo est¨²pido: una ¡®masterclass¡¯ de cine con el director m¨¢s irreverente
El cineasta catal¨¢n Albert Serra ofrece una conferencia magistral como parte del programa del Festival Internacional de Cine de la UNAM, en Ciudad de M¨¦xico
Cuando entra en la sala uno ya sabe que ha venido a matar. Albert Serra (Gerona, Espa?a, 47 a?os) se sienta ante un p¨²blico de casi 200 j¨®venes con sus habituales gafas de sol, y solo cuando la presentadora ha terminado de introducirle a ¨¦l y a su interlocutor, el actor mexicano L¨¢zaro Gabino, se decide a quit¨¢rselas. Es la claqueta que marca el comienzo del show. Serra se convierte durante casi hora y media en un torbellino de palabras que no dan tregua a un auditorio absorto ni a su compa?ero de conversaci¨®n, que introduce peque?as cu?as entre sus huecos que vuelven a impulsar el torrente verbal del cineasta catal¨¢n.
El cine que provoca, lema bajo el que se desarrolla el Festival Internacional de Cine de la UNAM este a?o, ha encontrado a su mejor embajador en la conferencia magistral de este viernes. Media hora antes de que comience, ya hay una veintena de personas haciendo cola en el auditorio del MUAC para escuchar a un director que, si algo sabe, es provocar. Gabino ya sabe a qui¨¦n tiene enfrente y avisa desde el principio: ¡°Voy a conducir el di¨¢logo y ya veremos hacia d¨®nde nos lleva¡±. Con ¨¦l nunca se sabe.
La primera pelota que le lanza tiene que ver con el papel de la ficci¨®n en su trabajo. ¡°Es lo m¨¢s importante¡±, reconoce Serra. ¡°Para m¨ª, ficci¨®n y fantas¨ªa son dos palabras que significan lo mismo. Cuando decid¨ª hacer cine, fue para vivir una vida diferente, para escapar. La ficci¨®n parec¨ªa ideal para incorporar las pocas cosas singulares de mi vida y poderme deshacer de las que no me interesaban para nada, que eran la mayor¨ªa¡±, desarrolla.
Serra es radical en todo lo que dice y hace, y es inevitable que su oda a la ficci¨®n traiga consigo una contraparte que detesta. ¡°Todos estos movimientos que hay ahora de la autoficci¨®n y de hablar de uno mismo y de la propia problem¨¢tica son una cosa muy terrible y muy triste. Ayer ve¨ªa la pel¨ªcula de Paul B. Preciado, de que todo el mundo tiene su identidad y su historia y que dice: ¡°T¨² cuenta tu propia historia¡±. Pues no s¨¦ por qu¨¦, tendr¨¢s que explicar tu historia si es interesante. Igual te interesa a ti y a nadie m¨¢s¡±. Apenas acaba de empezar a hablar, pero ya ha levantado las primeras risas entre el p¨²blico.
Director de Pacification (2022), Serra acaba de traer a M¨¦xico su primera exposici¨®n individual, Roi Soleil, una performance basada en su pel¨ªcula La muerte de Luis XIV, en el Museo Tamayo hasta este domingo. Su ¨²nico protagonista, el actor Llu¨ªs Serrat, es un actor no profesional al que apenas le dio unas pautas de actuaci¨®n y nada de guion: solo un actor llevado al l¨ªmite.
Su posici¨®n ¨¦tica es que no hay ¨¦tica: ¡°La insinceridad y la total falta de respeto por la gente para m¨ª son elementos necesarios en la ficci¨®n¡±. Su objetivo es divertirse y para ello, empuja a sus int¨¦rpretes hasta donde le dejan y un poco m¨¢s all¨¢. ¡°Los actores asumen tu ficci¨®n, pero nunca sabes hasta qu¨¦ punto, y es en esos m¨¢rgenes de lo inadecuado, de si empiezan a cabrearse o no, donde se produce la originalidad. Pero, claro: ?D¨®nde acaba la originalidad ¨²nica y extrema y d¨®nde pasas a la estupidez total?¡±, deja flotando en el aire. Un asistente recoge el guante y se lo devuelve en la ronda de preguntas: ¡°?Cu¨¢ndo has tenido la sensaci¨®n de que sobrepasaste el l¨ªmite y llegaste a la estupidez?¡±. Su respuesta no defrauda: ¡°La totalidad de la pel¨ªcula¡±. Vuelven las risas. ?De qu¨¦ pel¨ªcula? De todas. ¡°Lo que queda es lo bueno, todo lo dem¨¢s es est¨²pido. En un rodaje tengo una sensaci¨®n de fracaso el 99,9% del tiempo¡±, sostiene.
Su m¨¦todo es heterodoxo y consiste en crear el caos, generar un ambiente imprevisible en el que cualquier cosa pueda pasar. Quien entra en su universo tiene que estar dispuesto a la tortura, a despojarse del miedo al rid¨ªculo. Gabino interviene brevemente para lanzar la siguiente pelota, el yo real tras los personajes, y esta es la parte que m¨¢s divierte a Serra. ¡°En el cine nunca hay un punto de vista fijo, porque todo viene encarnado por seres reales que no dejan de ser personas y actores, adem¨¢s de personajes¡±, comienza, y no puede evitar a?adir una cu?a a su propia afirmaci¨®n: ¡°Bueno, hay actores que son tan, tan est¨²pidos que matan a la persona y al actor, que son lo m¨¢s interesante¡±.
Pero no son esos actores los que a ¨¦l le interesan. ?l quiere ver c¨®mo las tres dimensiones se solapan y pelean entre s¨ª por hacerse con el mando: ¡°El actor es mucho m¨¢s divertido [que el personaje], porque quiere controlar su imagen. Esto nunca desaparece del todo y en la pantalla se ve todo el tiempo¡±. Todo su m¨¦todo se basa en eso, en intentar filmar lo que la gente quiere esconder, no lo que ense?a voluntariamente.
Para eso le han ayudado los cambios que ha generado la tecnolog¨ªa, el ¨²ltimo punto que aborda. ¡°El mundo se ha vuelto un poco m¨¢s triste por la aparici¨®n de los m¨®viles. Afect¨® a los rodajes, la gente estaba menos concentrada¡±, lamenta. Pero enseguida se contradice: ¡°En realidad esta evoluci¨®n me vino bien, porque la gente se volvi¨® m¨¢s cretina. Solo increment¨® los defectos, no las cualidades, entonces esa idea que yo ten¨ªa de captar lo que la gente quiere esconder tiene m¨¢s sentido¡±, vuelve el Serra provocador: ¡°Time is on my side¡±.
Comienza la ronda de preguntas, pero el cineasta no puede evitar seguir con la lecci¨®n.¡±La gente nunca se preocupa por cosas concretas¡±, se est¨¢ quejando cuando le interrumpe una participante. ¡°Tengo una pregunta, pero no es para ti¡±, lanza como un cuchillo. Es para L¨¢zaro, a quien le pregunta por la pol¨ªtica de cuidados durante sus rodajes, pero su intervenci¨®n suena a reproche y a voluntad de castigar a un Serra que ha empujado los l¨ªmites, tambi¨¦n, de quien le escucha. Est¨¢ acostumbrado a la pol¨¦mica. ¡°Donde la persona est¨¢ obligada a aceptar lo inaceptable, ah¨ª empieza la ficci¨®n¡±, ha dicho ¨¦l en varias ocasiones a lo largo de la charla. No solo la ficci¨®n. Tambi¨¦n ah¨ª, al borde de lo inaceptable, brilla ¨¦l en todo su esplendor.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.