La tecnolog¨ªa sostenible que transform¨® la cocina de do?a Elia en Oaxaca es premiada en la COP28
La oeneg¨¦ Espacio de Encuentro de la Culturas Originarias lleva un lustro ense?ando a crear nuevas capacidades a los campesinos mexicanos para afrontar el cambio clim¨¢tico
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Hace cuatro a?os que ni do?a Elia P¨¦rez Gonz¨¢lez ni sus hijas tienen que incluir entre los quehaceres ir a por agua al manantial. Antes iban dos veces al d¨ªa y cargaban 20 litros a sus espaldas durante diez minutos. ¡°No era tanto, pero son diez minutos en los que se est¨¢ muy bien en casa haciendo otras cosas¡±, bromea t¨ªmida esta productora de caf¨¦ mexicana. Al cocinar en su nueva estufa de dos fuegos tampoco se le llena ahora la casa del humo de la le?a. Y sus tortillas hace rato que no guardan un sabor ahumado. Las idas al mercado tambi¨¦n son muchas menos desde que aprendieron a cultivar a conciencia hierbas, lechugas y chiles. La tecnolog¨ªa sostenible dio un vuelco a la vida de esta oaxaque?a y a la de gran parte de su comunidad. Lo que m¨¢s agradece, dice, es el tiempo que gana. ¡°Ha cambiado nuestras vidas. Estamos pensando en lo siguiente: en procesos de saneamiento de agua¡±, cuenta.
A P¨¦rez, el tiempo nunca le sobra. Esta mujer de 55 a?os es madre soltera de dos j¨®venes y alcaldesa de la comunidad de Zaragoza, en el municipio mexicano de Santa Mar¨ªa Yucuhiti, en el Estado de Oaxaca. Ah¨ª viven 130 familias, casi todas dependientes del caf¨¦ y dem¨¢s cosechas. La vida en la ruralidad no ha sido siempre f¨¢cil. La casa, la crianza, el trabajo¡ ¡°Nadie mira al campo¡±, zanja. Y corrige: ¡°Casi nadie¡±. Quienes s¨ª lo hicieron fue el grupo de Espacio de Encuentro de la Culturas Originarias, fundado por Tzinnia Carranza L¨®pez, para vincular las tradiciones y ancestralidades de nueve pueblos ind¨ªgenas como los chontales de Tabasco, mixtecos y zapotecos del Istmo, entre otros.
Si bien el proyecto inici¨® siendo un mercado o tianguis donde comprar y vender producciones locales y peque?as, poco a poco Carranza se fue dando cuenta de que no era suficiente; que hab¨ªa que ir a la ra¨ªz de los problemas de los productores de alimentos. Y el nudo donde todo se hac¨ªa bola ten¨ªa mucho que ver con el calentamiento y con c¨®mo afectaba este a los cultivos y al d¨ªa a d¨ªa de los mexicanos. As¨ª decidieron ir poniendo en marcha una organizaci¨®n que asesorara sobre c¨®mo mejorar los procesos de producci¨®n de cultivos, guiar la restauraci¨®n de cuencas, crear ba?os secos y hasta recuperar manglares. ¡°Los efectos hidrometereol¨®gicos cada vez afectaban m¨¢s la vida de las comunidades. Empezamos a trabajar en la mitigaci¨®n y adaptaci¨®n local en base a lo que necesitan¡±, cuenta la mexicana.
Ba?os secos, cisternas para apilar el agua, huertos de traspatio o ¡°estufitas ahorradoras¡±, como les dice do?a Elia. Las ecotecnias, todos estos instrumentos desarrollados para aprovechar eficientemente los recursos naturales y materiales, han sido la salvaci¨®n de quienes est¨¢n llevan a?os vi¨¦ndole las orejas al lobo del cambio clim¨¢tico. ¡°Nuestra filosof¨ªa es que la informaci¨®n se convierta en conocimiento¡±, a?ade Carranza. ¡°Todo lo que hacemos es participativo y con corresponsabilidad entre los beneficiarios y nosotros¡±.
Esta iniciativa y el ah¨ªnco de la ONG para crear nuevas y ¨²tiles capacidades entre productores de alimentos y habitantes del campo les ha llevado a ganar el premio a la Adaptaci¨®n Local, organizado por el Centro Global de Adaptaci¨®n (GCA, por sus siglas en ingl¨¦s). El jurado ha destacado durante su paso por la COP 28, celebrada en Dubai, el esquema de trabajo y el respeto a las comunidades. Primero se traza un diagn¨®stico y, sobre eso, se llevan a cabo iniciativas para reducir la vulnerabilidad de las poblaciones, explica Carranza. ¡°Hacemos innovaci¨®n tecnol¨®gica pero a escala local y adaptada a las condiciones y los materiales del lugar¡±, a?ade. ¡°Con la capacitaci¨®n que reciben, no requieren de tecnolog¨ªas externas¡±.
Esta organizaci¨®n fue seleccionada entre 500 candidatos y recibir¨¢ 15.000 euros para invertir en futuras actividades. ¡°Nos entusiasma seguir la trayectoria de los ganadores durante el pr¨®ximo a?o y m¨¢s all¨¢. Queremos ver en qu¨¦ utilizan el dinero y las oportunidades de patrocinio del Fondo de Adaptaci¨®n para desarrollar y ampliar su trabajo¡±, declar¨® el profesor Patrick Verkooijen, director ejecutivo del Centro Mundial de Adaptaci¨®n, en un comunicado.
Uno de cada cuatro latinoamericanos no tiene agua
La comodidad de abrir el grifo y que salga agua, tener m¨¢s de un fuego en la cocina, no preocuparnos por recoger le?a para cocinar o de airear la casa de humo despu¨¦s de hacerlo no es la cotidianidad de una gran parte de Am¨¦rica Latina. En el continente, una de cada cuatro personas no tienen acceso adecuado a agua potable y 431 millones (7 de cada 10) no cuenta con servicio de saneamiento gestionado de manera segura.
El asesoramiento constante ha sido clave en el ¨¦xito del proyecto. Cuenta do?a Elia que ellos han puesto tanto la materia prima como el dinero. ¡°Y siempre que tenemos alg¨²n problema, nos atienden. Est¨¢ cambiando toda la comunidad, quisi¨¦ramos que el proyecto continuara. Hay muchas m¨¢s cosas que mejorar¡±, reconoce. La primera que se le viene a la cabeza es la necesidad de verter aguas grises y no negras al r¨ªo. Unas 40 familias viven a orillas y cada cual vierte sin tratar el agua de la ducha, del lavamanos y de la cocina. ¡°No podemos hacerle eso a los animalitos que dependen del ag¨¹ita ni a nuestros vecinos de m¨¢s abajo. Gracias a Dios que tenemos agua, pero no podemos abusar de ella o maltratarla¡±.
La comunidad tiene en marcha para ello un plan piloto que consiste en que las aguas sucias se traten en tres procesos. Uno primero que quite las grasas, otro tonel que recicle los residuos y un ¨²ltimo que filtre y purifique el agua gracias a la grava, arena, cola de caballo y papiro. ¡°Ahorita estamos a prueba, pero ojal¨¢ s¨ª funcione y lo podamos aplicar. Podemos hacer tantas cosas bien...¡±, concluye.
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