Con polvo lunar simulado y 250 estudiantes: as¨ª crearon en la UNAM los primeros robots en explorar el espacio profundo
El proyecto Colmena viaj¨® a bordo de la nave ¡®Peregrino¡¯ con proyectos de la NASA, Europa y Jap¨®n. No pudo aterrizar en el sat¨¦lite, pero la misi¨®n sirve ya de preparaci¨®n para la siguiente
Colmena se desintegr¨® en el espacio junto a las cenizas de tres presidentes estadounidenses. Vaporizada junto a Eisenhower, Washington y Kennedy qued¨® la ¨²ltima gran innovaci¨®n mexicana. El jueves fue el d¨ªa de la cremaci¨®n. La nave Peregrino se estrell¨® contra la atm¨®sfera terrestre por decisi¨®n de la empresa Astrobotic, responsable del proyecto, para evitar que el m¨®dulo se convirtiera en basura espacial. El viaje, que comenz¨® desde Cabo Ca?averal, Florida (Estados Unidos), termin¨® tras 10 d¨ªas de ida y vuelta a la ¨®rbita lunar. La nave no pudo aterrizar en el sat¨¦lite, como estaba planeado, debido a una fuga de combustible, pero permiti¨® que cinco peque?os robots se convirtieran en los primeros dispositivos mexicanos en llegar hasta el espacio profundo. Su traves¨ªa es ahora el trampol¨ªn para los siguientes.
No hay sensaci¨®n de fracaso en el Laboratorio de Instrumentaci¨®n Espacial de la UNAM. Al contrario: lo que han conseguido 250 estudiantes comandados por el investigador Gustavo Medina es convertir tesis de licenciatura, maestr¨ªa y doctorado, servicios sociales y pr¨¢cticas universitarias, en una misi¨®n real. Hace nueve a?os que en las salas del Instituto de Ciencias Nucleares empez¨® a gestarse el proyecto que ha llevado a cinco robots del tama?o de una galleta a sobrevivir a 385.000 kil¨®metros de la Tierra.
Est¨¢ funcionando en el laboratorio la impresora 3D que materializ¨® los robots, la c¨¢psula que permiti¨® imitar el vac¨ªo del espacio y tambi¨¦n llevar a los dispositivos a una temperatura de 120 grados y de menos 120 grados, la sala limpia donde se probaron los componentes sin contaminaci¨®n. Es aqu¨ª donde el equipo de Colmena hizo las pruebas principales, aqu¨ª donde se quebraron y se estropearon todos los anteriores a los que llegaron al espacio. Explica David Padilla, estudiante de ingenier¨ªa industrial, que lleva seis a?os participando en el proyecto y que est¨¢ terminando su doctorado sobra basura espacial, que uno de los retos era que soportaran la vibraci¨®n y la aceleraci¨®n que sacude a la nave cuando el cohete despega. Adem¨¢s de la variaci¨®n de temperatura, los cambios de presi¨®n, la radiaci¨®n solar, lo que puede aparecer en el medio interplanetario. No es f¨¢cil el espacio.
En esta sala con estudiantes, dentro de una caja transparente, cuatro de los robots reposan sobre polvo lunar simulado. Como el objetivo final de los dispositivos era que se desplazaran sobre la Luna, el equipo de la UNAM se puso a crear regolito. Produjeron de dos tipos: 16 toneladas de un polvo m¨¢s simple que consiguieron con una empresa minera, utilizando basaltos y lavas de la Malinche, ¡°que se parecen a la regi¨®n de la Luna¡±, y uno mucho m¨¢s fino del que solo hay unos pocos kilogramos. ¡°Para este ¨²ltimo estuvieron ocho personas durante seis meses: trataban de reproducir qu¨¦ fracci¨®n de granos de cada tama?o hay en el polvo del regolito lunar¡±, explica Gustavo Medina a EL PA?S.
En otra de las aulas est¨¢ una parte de Peregrino a tama?o real. Recreado con papel de aluminio y algunas r¨¦plicas, preside la sala de dise?o, entre f¨®rmulas de eclipse en las pizarras y los carteles promocionales de Colmena. Los robots y su m¨®dulo de control, llamado TTDM, viajaron al espacio con otros 21 proyectos. Escoltados por dos espectr¨®metros de la NASA, en la nave volaron tambi¨¦n un detector de radiaci¨®n alem¨¢n, una c¨¢psula del tiempo japonesa con mensajes de 80.000 ni?os de todo el mundo, un pedazo del monte Everest, un bitcoin de las Seychelles y un veh¨ªculo rover de la universidad de Carnegie Mellon. Peregrino es una especie de servicio postal a la Luna.
En la madrugada del 8 de enero, esta iniciativa privada, que pretende inaugurar el sector comercial de transporte al sat¨¦lite, despeg¨® con ¨¦xito. ¡°La emoci¨®n fue indescriptible¡±, dice Claudia Patricio, estudiante de Ingenier¨ªa Mec¨¢nica y desde 2019 en el proyecto Colmena, ¡°es el momento en el que se materializa y se valida todo el trabajo en equipo en el laboratorio¡±. Sin embargo, un problema en una peque?a v¨¢lvula hizo estallar uno de los tanques de combustible. El equipo de Astrobotics perdi¨® durante horas el control del m¨®dulo y tuvo que gastar mucho combustible para recuperarlo y poder estabilizar la nave. No hab¨ªa suficiente para las tres semanas de viaje y el aterrizaje suave, a motor, sobre la Luna.
Aun as¨ª, la empresa decidi¨® llegar hasta la ¨®rbita lunar para que los equipos que iban a bordo pudieran probar sus componentes fuera de la influencia del campo magn¨¦tico de la Tierra. ¡°Hab¨ªa que plantear una nueva estrategia para nosotros. Empezamos a hacer cosas que nunca hubi¨¦semos planeado en el espacio profundo, un ambiente tremendamente agresivo que, menos en el polvo, se parece mucho a la superficie de la Luna¡±, apunta Medina, ¡°encendimos nuestra electr¨®nica, que es algo que se dice f¨¢cil, pero all¨¢ te est¨¢s encendiendo en un medio que se denomina plasma, que es un gas completamente conductor que puede hacer descargas el¨¦ctricas y quemarte todo en un milisegundo¡±. Lo consiguieron sin problemas, lo que les demostr¨® que la ingenier¨ªa de sus robots era la correcta.
Queda pendiente todo el estudio del regolito lunar, una tarea que dejar¨¢n para Colmena 2, pensada para 2027. Aunque los robots ser¨¢n completamente diferentes, porque ya estar¨¢n preparados para realizar, por ejemplo, alguna actividad minera, se mantendr¨¢ el n¨²cleo que ya han comprobado que funciona. ¡°En la UNAM tenemos planeadas por lo menos tres misiones a la Luna, con suerte una m¨¢s a un asteroide m¨¢s adelante. Colmena es la primera de la serie de las misiones lunares¡±, apunta el responsable del proyecto.
El objetivo detr¨¢s de estos cinco microrrobots es participar en la gran carrera espacial. Medina explica, como si se tratara de una serie de ciencia ficci¨®n, que la Luna es ¡°como un continente nuevo que se va a agregar a nuestra civilizaci¨®n¡±. ¡°Va a ser incorporada a nuestras actividades socioecon¨®micas a partir de la d¨¦cada de los 30. Habr¨¢ industria, tanto para construir grandes experimentos cient¨ªficos como para construir habit¨¢culos para astronautas y naves espaciales, que son las que nos van a llevar a Marte eventualmente y a los asteroides¡±, dice el f¨ªsico.
En esa revoluci¨®n, liderada por Estados Unidos, Rusia, China, India y la Uni¨®n Europea, M¨¦xico no se quiere quedar solo como espectador. De ah¨ª los microrrobots: el nicho mexicano en el universo est¨¢ en lo diminuto. Porque lo primero que habr¨¢ en esa futura colonia lunar, seg¨²n Medina, ser¨¢n m¨¢quinas aut¨®nomas. El plan ahora es que las que provengan de M¨¦xico sean chiquititas pero sean muchas. No lleg¨® Colmena, pero llegar¨¢n otras.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.