Ricos chilaquiles, licuados y variedad de productos sudamericanos en el Mercado Medell¨ªn

Lucky camina despacio por los pasillos del Mercado Medell¨ªn. A su paso lo saludan, ¨¦l se detiene por momentos, se deja acariciar un poco y sigue contone¨¢ndose, menea su cola esponjosa de un lado a otro.

¡°Es el Lucky, todos lo conocemos¡±, dice Norma Bautista cuando me vio persiguiendo al gato regordete. Bautista, vestida con un delantal azul, asegura que casi naci¨® en este puesto. ¡°Mis pap¨¢s se conocieron aqu¨ª. Mi pap¨¢ era canastero, ayudaba a las se?oras ricas a cargar la mercanc¨ªa, y mi madre era trabajadora del hogar¡±. Despu¨¦s de casarse compraron tres locales; cuando Bautista era una beb¨¦, la acostaban a dormir en una caja entre papayas y guayabas. Luego, mientras estaba estudiando para ser secretaria ¡°qued¨¦ embarazada, nadie nos explicaba nada de sexo, eran otros tiempos¡±, recuerda. Entonces la obligaron a casarse y su pap¨¢ le cedi¨® espacio para poder mantenerse, as¨ª fue como hace 35 a?os fund¨® la fruter¨ªa ¡°Miguelito¡±.

Es una buena marchanta, como se les dice en M¨¦xico a las comerciantes. Ella junto con dos hermanos traen casi a diario vegetales frescos de la Central de Abastos, que venden a precio justo. Recientemente, ha cambiado un poco su oferta, ¡°ya no vienen las viejitas que me compraban quelites, ahora los j¨®venes buscan tomates cherrys, jengibre y ar¨²gula¡±. Tambi¨¦n vio que la clave del ¨¦xito resid¨ªa en conseguir una terminal bancaria, ¡°cobro con efectivo y tarjeta, porque la mitad se me iban¡±, dice Bautista, que ahora incluso usa WhatsApp para ofrecer servicio a domicilio.

Bautista y el mercado se han modernizado seg¨²n las necesidades de los compradores y su entorno. Medell¨ªn, de estilo art d¨¦co, se construy¨® en 1931 con una nave central y dos pasillos. Su estructura actual fue inaugurada en 1964 y ocupa casi una manzana entera entre las calles Monterrey, Campeche, Coahuila y Medell¨ªn en la colonia Roma Sur. Su nombre oficial es Melchor Ocampo, pero se le conoce como Medell¨ªn por su ubicaci¨®n, y por casualidad algunos de sus 500 locatarios venden productos colombianos.

Algo caracter¨ªstico de este mercado son las banderas de pa¨ªses sudamericanos colgadas entre pencas de pl¨¢tanos. ¡°El Conde de Medell¨ªn¡± no pasa desapercibido, arriba tiene una bandera grande de Venezuela y Rafael Hern¨¢ndez es el propietario; y aunque hable casi como bogotano es mexicano, ¡°se me peg¨® el acento, yo creo que porque voy mucho y tengo muchas amistades. Comenc¨¦ trayendo poquitas cosas, pero me enamor¨¦ del caf¨¦¡±, cuenta sentado en una barra al frente de su negocio, donde instal¨® una peque?a cafeter¨ªa que sirve Juan Valdez.

Hern¨¢ndez es cuarta generaci¨®n en el mercado, ¡°siempre vendimos abarrotes, yo vi la oportunidad de importar estos productos porque llegaron muchas personas de Colombia y Cuba, y luego de Argentina y Venezuela¡±. As¨ª fue como Hern¨¢ndez sustituy¨® las latas de chiles jalape?os por harina de ma¨ªz blanco para hacer arepas, yuca, lulo, dulce de leche o aguardiente.

La familia Hern¨¢ndez tiene varios locales, algunos los han ido traspasando, ¡°El Conde¡± s¨ª tuvo su condado. ¡°Ven¨ªa desde ni?o, antes el techo no era as¨ª, era como en zigzag, pero se cay¨® y lo cambiaron por este¡±, dice haciendo referencia a los techos industriales caracter¨ªsticos de los sesenta. Muchos locatarios son hijos o nietos de los viejos comerciantes; son parientes o se conocen entre ellos, se recomiendan entre s¨ª, se saludan y se hacen bromas.

Rafael Hern¨¢ndez me mand¨® con otro Rafael, el carnicero. ¡°S¨ª, yo soy Rafael Vel¨¢zquez, su servidor, y ella es Meche, mi esposa¡±, la mujer con el pelo cano que est¨¢ detr¨¢s de la caja me saluda. Tienen 56 a?os en este pasillo y 50 de casados. ¡°Yo estudiaba mercadotecnia, pero ya no me alcanz¨® para mis libros y tuve que dejar la carrera, entonces me dediqu¨¦ a las carnicer¨ªas. Llegu¨¦ aqu¨ª, compr¨¦ un local y otro y otro¡±, dice; ahora posee diez, que incluyen la ¡°Carnicer¨ªa Meche y Rafael¡±, dos congeladores y su oficina.

Vel¨¢zquez viste una bata blanca bordada con su nombre y contesta emocionado: ¡°me encanta la venta, nac¨ª para servir. Ahorita ya somos puros viejitos, tengo 79 imag¨ªnese¡±; no se nota porque se mueve con agilidad tras el mostrador. Cuenta que se levanta temprano, atiende su negocio todo el d¨ªa y se va a su casa por la tarde. ¡°Soy romano, llegu¨¦ a la colonia muy chico, pero ya no vivimos por aqu¨ª¡±, romano de la Roma Sur donde se ha hecho famoso por sus sabrosas carnitas y chicharr¨®n crujiente.

Caminar entre tanta delicia abre el apetito, Medell¨ªn tiene una buena oferta de restaurantes, todav¨ªa asequibles para la zona. Por la entrada de la calle Coahuila est¨¢ ¡°La Abuelita¡± para desayunar rico ¡ªcon verg¨¹enza acepto que llegu¨¦ ah¨ª por un gran amigo extranjero de buen diente¡ª; lo mejor son los chilaquiles verdes con huevo frito, crema, queso y cebolla. Le pregunto a Carmen Hern¨¢ndez c¨®mo logra que le queden tan bonitos los huevos estrellados y contesta: ¡°el secreto es ba?ar un poco la clara con aceite para que no quede babosa. Algunos los piden bien cocidos, a m¨ª me gusta la yema blandita, pero con una capita¡±. Soy equipo Carmen, quien asegura que los chiles en nogada le quedan deliciosos (faltan meses para comprobarlo) porque adem¨¢s de desayunos, vende comida corrida desde 75 pesos, y cierra hasta las 5 de la tarde.

Carmen empez¨® como mesera hace 25 a?os, hasta que se qued¨® con esta cocina. Ella no es ¡°la abuelita¡± original, aunque s¨ª es abuela y bisabuela. La original ya falleci¨® y era la madre de Andrea Bautista, del puesto de al lado ¡°Jugos y licuados Tibe¡±.

¡°La Abuelita¡± y ¡°Tibe¡± comparten mesas, uno pone la comida, el otro la bebida y cobran aparte. ¡°Tibe¡± ofrece licuados al gusto del cliente, aguas frescas y ensaladas. Es f¨¢cil identificar a Andrea porque lleva el pelo corto pintado de morado; evita decirme hace cu¨¢ntos a?os comenz¨® a venir al Medell¨ªn para que no calcule su edad y luego confiesa: ¡°bueno llegu¨¦ aqu¨ª a los 6 a?os, o sea hace 65, seguro ya sacaste la cuenta, cumplo 71 el primero de marzo¡±, no pude m¨¢s que soltar una carcajada y felicitarla: las sumas y restas revoltosas son muy de mercado. Mexicano que se respete sabe que si da un billete de 100 pesos para pagar algo de 45 pesos le van a regresar el cambio como Andrea: ¡°45 m¨¢s 5, 50, y 50, 100¡å.

Despu¨¦s de desayunar, hacer la compra de la semana, pasar por un ramo de flores y un poco de romero y salvia con las hierberas, era hora de volver a buscar a Lucky.

Segu¨ª las indicaciones de las marchantas y lo encontr¨¦ sentado entre costales de croquetas, su due?o vende alimento para mascotas. Lucky tiene 14 a?os y varios kilos encima, lleva un collar azul con un cascabel y su placa. Aunque todos aseguran que es juguet¨®n y amigable, a duras penas me mira con sus ojos bizcos de gato siam¨¦s.

Mercado Melchor Ocampo (Medell¨ªn)

Direcci¨®n: Campeche 101, colonia Roma Sur, Ciudad de M¨¦xico.
Puestos: La Abuelita, Jugos y licuados ¡°Tibe¡±, El Conde de Medell¨ªn, Fruter¨ªa ¡°Miguelito¡± y Carnicer¨ªa Meche y Rafael.

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