Un tribunal federal manda a prisi¨®n domiciliaria a Jes¨²s Murillo Karam

Jes¨²s Murillo Karam seguir¨¢ sus procesos penales en prisi¨®n domiciliaria. El exprocurador, fiscal general durante el primer bienio del Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), ha conseguido finalmente el favor de la justicia, despu¨¦s de dos a?os en la c¨¢rcel. En dos procesos distintos, la Fiscal¨ªa le acusa de desaparici¨®n forzada, tortura y obstrucci¨®n a la justicia, delitos relacionados con el caso Ayotzinapa, el ataque contra un grupo de estudiantes normalistas hace casi 10 a?os, en el Estado de Guerrero, y la desaparici¨®n de 43 de ellos.

La defensa de Murillo ha logrado finalmente su objetivo. En noviembre del a?o pasado, sus abogados ya hab¨ªan conseguido que el juez accediese a la prisi¨®n domiciliaria en uno de los procesos. Ahora, un tribunal ha otorgado la medida para el segundo. Pasados ya los 75 a?os, Murillo saldr¨¢ de prisi¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas, una formalidad, en realidad, ya que pasaba buena parte del tiempo en un hospital del sur de Ciudad de M¨¦xico, aquejado de una enfermedad pulmonar, entre otros padecimientos.

En un comunicado, el Consejo de la Judicatura Federal ha explicado los argumentos del tribunal. ¡°El art¨ªculo 166 del C¨®digo Nacional de Procedimientos Penales establece una excepci¨®n para que la aplicaci¨®n de la prisi¨®n preventiva se ejecute en el domicilio de la persona imputada o, de ser el caso, en un centro m¨¦dico o geri¨¢trico, bajo las medidas de protecci¨®n que procedan, en aquellos supuestos en que el imputado sea mayor de setenta a?os o que padezca una enfermedad grave. El quejoso padece una enfermedad grave y tiene m¨¢s de setenta y cinco a?os, lo que el propio fiscal, que lo acusa ni cuestiona¡±, dice el texto.

En el caso de Murillo, el riesgo de fuga siempre aparec¨ªa como el principal argumento de la justicia para mantenerlo en prisi¨®n. El Consejo explica que ese riesgo ¡°debe analizarse a partir de los antecedentes, ya que se sabe que el imputado permiti¨® la ejecuci¨®n de la orden de aprehensi¨®n, a pesar de estar en posibilidad de sustraerse de la acci¨®n¡±. As¨ª, Murillo volver¨¢ seguramente a su mansi¨®n de Lomas de Chapultepec, en Ciudad de M¨¦xico, lugar en el que fue detenido hace poco menos de dos a?os.

M¨¢s all¨¢ de su simbolismo, la excarcelaci¨®n de Murillo no afecta a los procesos en su contra. La Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica se?ala que Murillo encabez¨® una operaci¨®n para cerrar apresuradamente las pesquisas del caso Ayotzinapa, con el objetivo de evitarle desgaste pol¨ªtico al Gobierno. Los investigadores se?alan que Murillo urdi¨® una trama a partir de declaraciones de presuntos implicados en el ataque contra los estudiantes, obtenidas mediante tortura. Como m¨¢ximo responsable de la investigaci¨®n en los primeros meses, la FGR se?ala su responsabilidad en la conspiraci¨®n.

Esas declaraciones obtenidas mediante tortura dibujaron una versi¨®n conocida como la verdad hist¨®rica. El relato se?ala que el grupo criminal Guerreros Unidos, apoyado en polic¨ªas municipales de Iguala, lugar del ataque, y de otros municipios, atacaron al contingente de estudiantes, cuando trataban de llevarse autobuses de l¨ªnea de la terminal de Iguala. Durante el ataque, los perpetradores mataron a seis personas y desaparecieron a 43 estudiantes. La verdad hist¨®rica se?ala que los criminales mataron a los 43, llevaron sus cuerpos a un basurero y all¨ª los quemaron. Luego, echaron los restos a un r¨ªo cercano.

Durante el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, los investigadores han tratado de desarmar la telara?a de mentiras y complicidades construida en los a?os de Murillo. La FGR est¨¢ segura de que los 43 no fueron quemados en el basurero y de que la parte del relato que apunta al r¨ªo ¡ªadem¨¢s del hallazgo posterior de huesos de uno de los 43 en sus aguas¡ª es un teatro armado por sus antecesores. La cuesti¨®n es si podr¨¢n probarlo y conseguir, por tanto, que la justicia condene a Murillo y sus secuaces, al menos los que fueron detenidos. El n¨²mero dos de Murillo, Tom¨¢s Zer¨®n, sigue huido en Israel.

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