Sor Juana Inés al ritmo de bolero: la puesta en escena que narra los tormentos amorosos de la poeta mexicana
La Compa?ía Nacional de Teatro presenta ‘Los empe?os de una casa’, la primera comedia firmada por la escritora barroca, para conmemorar los 90 a?os del Palacio de Bellas Artes
Decía Sor Juana Inés de la Cruz que el amor empieza por desasosiego, solicitud, ardores y desvelos; / crece con riesgos, lances y recelos; / susténtase de llantos y de ruego. Son varios los autores que han ahondado en las pasiones amorosas de la más grande poeta que ha dado el barroco en México y se han centrado en su relación con la virreina María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, su amiga y protectora. ?Eran amantes? ?Una pasión platónica? ?Un amor sin tabúes? ?Hasta dónde llegaba su relación tan estrecha? Lo que se sabe con certeza es que los humores del amor atormentaban a la escritora, que dedicó una comedia, la primera que escribió, al tema: Los empe?os de una casa. Esa obra ahora vuelve a escena, con un montaje de la Compa?ía Nacional de Teatro que incluye, además del texto original adaptado por Aurora Cano, directora de la organización, escenas con boleros que ayudan a entender las tristezas del corazón y los ardores del deseo. Un montaje que, además, celebra los 90 a?os del Palacio de Bellas Artes, el gran templo de la cultura de México.
La Compa?ía lleva días intensos de ensayo en el escenario principal de Bellas Artes, porque el estreno será el 16 de mayo. El elenco practica hasta altas horas de la madrugada para que el montaje sea perfecto. La directora de la compa?ía permitió a EL PA?S acompa?arla durante una de estas jornadas, el pasado viernes, cuando dirigía con parsimonia a los actores que, engalanados con vestuarios del siglo XVII y sobre un ingenioso escenario, practicaban sus roles. En el célebre entarimado de Bellas Artes han colocado una estructura circular y creada en desnivel. Sobre ella transcurre toda la trama: los actores entran y salen a escena abriendo portezuelas que además incluyen la decoración: el auditorio debe imaginarse una casa de las familias privilegiadas del virreinato, con sus tapizados, azulejos, candelabros y mullidos y sedosos sillones. La escenografía e iluminación están a cargo de Jesús Hernández, el dise?o de vestuario es de Jerildy Bosch, mientras que el dise?o de maquillaje y peinados es de Maricela Estrada.
La obra fue estrenada en el siglo XVII para las celebraciones por el nacimiento del primogénito de los virreyes de la Nueva Espa?a. La pieza narra una serie de enredos amorosos que tienen como colofón la relación de Sor Juan Inés de la Cruz con la virreina de la época. Fue María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga quien rescató el texto, se lo llevó a Espa?a y lo difundió posteriormente, porque Sor Juana, en un ataque de desesperación, había quemado sus escritos. “Entre la persecución de la Inquisición, su propia cabeza, que era muy complicada, ella termina por renegar de todo lo que había escrito y quema su biblioteca, quema toda su obra. En una carta se declara la peor de todas y si no es porque María Luisa se ha llevado la obra, no tendríamos esta comedia”, narra Aurora Cano, quien ha trabajo esta nueva versión de Los empe?os de una casa.
Los fantasmas atormentaban a una de las mujeres más lúcidas de su tiempo. Cano recuerda que Sor Juana Inés era una “estrella” de su época, “una especie de Mozart desde muy ni?a, a quien llevaron a la Corte porque era una friki, sabía absolutamente todo, era capaz de escribir en cualquier tipo de métrica y sobre cualquier tipo de tema. Sabía de Astrología, de Literatura y de Teología. Era un era una chica que creció siendo beneficiada por los primeros virreyes y que tuvo una gran protección de ellos”, cuenta Cano. A la religiosa, que se refugió en un convento para tener la libertad de crear en una época cuando las mujeres estaban destinadas a la reproducción y, si tenían suerte, dirigir a los criados de una casa, le golpeó la muerte de la primera virreina que fue su protectora, pero pronto desarrolló una relación íntima con María Luisa, que la marcó hasta su muerte. “Todos los grandes especialistas afirman que había una relación amorosa entre María Luisa y Sor Juana, aunque no sabemos qué tan platónica o tan real fue esa relación, pero la verdad es que toda la poesía de ella es amorosa. Es muy fuerte, porque habla de alguien que sí ha pasado por las diferentes etapas del enamoramiento”, explica Cano.
El impacto de la relación y la partida de la virreina se puede entender leyendo sus poemas de la época. Cano dice que tuve que ser difícil para la poeta desarrollar un amor hacia una mujer, que además era la virreina y que estaba embarazada. “Me parece que nunca nadie se ha puesto a pensar en ese embarazo, o sea, cómo es estar enamorada de una mujer que está a punto de tener el hijo de otra persona y, además, tienes que escribirle una comedia”, dice Cano. La obra inicia con el encargo de una obra cómica de parte de la virreina embarazada a su amiga escritora para celebrar el nacimiento de su hijo. Sor Juana, atormentada por el amor, escribe y escribe, pero lo que sale es una comedia oscura, en la que uno de los personajes, posiblemente ella misma, sufre de un amor imposible. “Es una obra muy compleja y llena de equivocaciones y de enredos, de situaciones complicadas, porque ella misma está muy enredada con sus sentimientos”, afirma la directora.
La puesta en escena reúne a actores consagrados de la Compa?ía Nacional de Teatro: el actor ?scar Narváez, acompa?ado por ?rika de la Llave, Marco Antonio García, Zabdi Blanco, Fernando Bueno, Nicté del Carmen, Mireya González, Jorge León, Federico Lozano, Irene Repeto, Adriana Reséndiz, Shadé Ríos, Fernando Sakanassi y Mariana Villase?or. El montaje incluye música en vivo, con boleros tradicionales y algunas composiciones hechas famosas por el trío Los Panchos. Están interpretadas por los tres músicos residentes de la Compa?ía: Carlos Matus, Yurief Nieves y Edwin Tovar. De tal forma que el público escuchará canciones como Quizás, quizás, quizás, Sin un amor, Piel canela, Lágrimas negras.
Hay momentos durante la obra cuando desde el escenario una peque?a pantalla pide al público participar cantando. “Me parece que los ánimos revueltos de la comedia cruzaban perfectamente con el bolero”, cuenta Cano. “Es por eso que toda la obra la vamos haciendo a punta de boleros muy famosos, porque tienen esos ánimos los celos, de sufrimiento, de la confusión, de la ambivalencia y la seducción. Hay vasos comunicantes entre los boleros y la obra no solo por los temas que tocan los boleros, sino también por el lenguaje, porque si bien la voz de los romances y el pensamiento barroco son súper complejos, también el bolero tiene lo suyo a nivel de lenguaje. Tú empiezas a oír a alguien que dice ‘que se quede el infinito sin estrellas’ y puedes decir que ese es un verso del siglo XVII”, ejemplifica Cano.
Los descalabros amorosos de la llamada Décima Musa de México forman parte de las actividades que Bellas Artes presentará para celebrar sus 90 a?os. Se trata del regreso del teatro clásico a este recinto cultural, que incluirá también la puesta en escena de La vida es sue?o, de Pedro Calderón de la Barca, una coproducción hispano-británica bajo la dirección de Declan Donnellan, y con el elenco de la Compa?ía Nacional de Teatro Clásico de Espa?a. Los empe?os de una casa contará con tres funciones en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, que inician el jueves 16 de mayo, a las 20:00 y seguirán el 18, a las 19:00 y el domingo 19, a las 17:00. Un festín para los amantes del teatro y una gran oportunidad para reír, llorar y padecer con las pasiones de la gran poeta mexicana, porque como dice el bolero, sin un amor no hay salvación.
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