El definitivo intento de Morena para transferir la Guardia Nacional al control de los militares
El partido del Gobierno tiene, al fin, la mayor¨ªa requerida para modificar la Constituci¨®n y evitar que la Suprema Corte anule la enmienda
Hay un mundo ideal donde el oficialismo aprueba en el Congreso todas sus reformas sin contrapesos y sin que el Poder Judicial pueda echar atr¨¢s las modificaciones a la Constituci¨®n. Esa es la circunstancia que beneficia hoy al Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. El presidente va de salida y se prepara para entregar el poder a su sucesora, Claudia Sheinbaum, no sin antes sacar adelante otra de sus enmiendas constitucionales m¨¢s ambicionadas, despu¨¦s de la judicial. Se trata de la modificaci¨®n para que la Guardia Nacional (GN) pase al control de la Secretar¨ªa de la Defensa Nacional (Sedena). El cambio no solo es de nomenclatura. La GN fue creada en 2019 como un cuerpo policiaco de mando civil, conducido por la Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana (SSPC). La enmienda implicar¨ªa convertirla en otro de los ap¨¦ndices de la Sedena, a la par del Ej¨¦rcito y la Fuerza A¨¦rea, en lo que las oeneg¨¦s y parte de la academia advierten, en los hechos, una militarizaci¨®n de la seguridad p¨²blica en M¨¦xico.
El oficialismo ya hab¨ªa intentado concretar la transferencia del cuerpo policiaco al Ej¨¦rcito, pero en 2023 la Suprema Corte anul¨® la reforma, a ra¨ªz de una acci¨®n de inconstitucionalidad promovida por la oposici¨®n. Desde entonces a la fecha han cambiado radicalmente las cosas en t¨¦rminos pol¨ªticos. El partido de L¨®pez Obrador ha conquistado con creces la mayor¨ªa calificada en la C¨¢mara de Diputados y ha tejido acuerdos pol¨ªticos para alcanzarla en el Senado. La oposici¨®n se ha quedado sin margen de maniobra para impugnar cambios a la Constituci¨®n. Los ministros del Supremo cuentan los meses que les quedan antes de ser removidos del cargo, como parte de la reci¨¦n promulgada reforma judicial. Morena est¨¢ en un juego donde tiene todas las de ganar. Est¨¢ ante su definitivo intento con la Guardia Nacional. Este jueves, una C¨¢mara de Diputados dominada por una aplastante mayor¨ªa oficialista votar¨¢ de nueva cuenta la enmienda.
La GN fue creada en los albores del Gobierno de L¨®pez Obrador. Para el flamante presidente, la Guardia Nacional era una prioridad para reducir los ¨ªndices de violencia, habida cuenta de que ¡ªseg¨²n su argumentaci¨®n¡ª la extinta Polic¨ªa Federal era ineficaz y sobre todo corrupta. El mandatario consideraba que una GN conformada por militares ser¨ªa m¨¢s disciplinada e incorruptible. La oposici¨®n, formada entonces por el PAN, PRI, PRD y MC, accedi¨® a votar con el oficialismo para reformar la Constituci¨®n en 2019. Los partidos acordaron que la Guardia Nacional, siempre bajo el mando de la SSPC, estar¨ªa conformada por agentes civiles y, transitoriamente, por elementos del Ej¨¦rcito y la Marina, mismos que luego volver¨ªan a sus puestos originales en las Fuerzas Armadas. Tambi¨¦n se estableci¨® que, de manera temporal, el Ej¨¦rcito ayudar¨ªa a la GN a sus labores de seguridad p¨²blica, y se fij¨® un periodo de cinco a?os para que los soldados volviesen a sus cuarteles, un reclamo vivaz de organizaciones civiles y familiares de las v¨ªctimas de la guerra contra el narco iniciada en el periodo de Felipe Calder¨®n (y muy criticada por L¨®pez Obrador en sus a?os en la oposici¨®n).
Todo eso qued¨® en el papel. En realidad, no hubo una transici¨®n de militares a polic¨ªas civiles. Al contrario, las filas de la GN fueron engrosadas cada vez m¨¢s con soldados y marinos. En vista de que se agotaba el tiempo, Morena y sus aliados modificaron en 2022 algunas leyes secundarias para consumar la conversi¨®n del cuerpo policiaco en un ap¨¦ndice militar. La modificaci¨®n estableci¨® que la GN seguir¨ªa estando ¡°adscrita¡± a la Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana, pero que la Sedena se har¨ªa cargo de su ¡°control operativo y administrativo¡±. Los cr¨ªticos vieron en esta maniobra una fachada que intentaba ocultar la transferencia f¨¢ctica de la corporaci¨®n policiaca al Ej¨¦rcito.
Morena opt¨® por la v¨ªa r¨¢pida de cambiar leyes secundarias, y no la Carta Magna, porque no ten¨ªa la mayor¨ªa calificada en el Congreso requerida para hacer reformas constitucionales. El oficialismo perdi¨® su poder¨ªo parlamentario en las elecciones intermedias de 2021, a la vez que la oposici¨®n se aglomer¨® en el cada vez m¨¢s s¨®lido Frente Amplio. La maniobra legislativa del oficialismo fue la sentencia de muerte de la reforma. La Suprema Corte ech¨® atr¨¢s los cambios porque, a despecho de las nuevas leyes aprobadas por Morena, la Constituci¨®n segu¨ªa estableciendo tres cosas: que la seguridad p¨²blica debe estar a cargo de una instituci¨®n de car¨¢cter civil; que la Guardia Nacional debe quedar bajo el control de la SSPC, y que el Ej¨¦rcito solo puede participar en labores de seguridad p¨²blica de manera excepcional ¡ªno permanente¡ª y siempre de manera complementaria y subordinada a las instituciones ¡ªciviles¡ª de seguridad p¨²blica.
El mensaje enviado por los ministros de la Corte era sencillo: una ley no est¨¢ por encima de la Carta Magna, y, si un actor pol¨ªtico no est¨¢ de acuerdo con la letra constitucional, debe propiciar su modificaci¨®n mediante el consenso de los partidos en el Congreso. El golpe asestado por el Supremo fue demoledor para L¨®pez Obrador (y, de rebote, para el propio Poder Judicial, como se demostrar¨ªa meses despu¨¦s). El presidente ten¨ªa un enorme inter¨¦s en que los ministros ratificaran los cambios legales hechos por Morena sobre la Guardia Nacional. ?l mismo revel¨® en una conferencia Ma?anera que llam¨® a varios ministros de la Corte para pedirles su voto a favor. El cabildeo presidencial no surti¨® efecto. Una mayor¨ªa de jueces ech¨® abajo las modificaciones legislativas del oficialismo.
Lo que vino despu¨¦s fue el simulacro de un derrumbe. Si para reformar la Constituci¨®n era necesario negociar con la oposici¨®n, y la oposici¨®n estaba cerrada en torno a s¨ª misma, lo mejor ser¨ªa recuperar la mayor¨ªa parlamentaria perdida en 2021 para evitar un nuevo desaire. Se acercaban las elecciones de junio de este a?o. La directriz de Palacio Nacional fue el llamado Plan C: ganar desde las urnas la mayor¨ªa calificada en las dos C¨¢maras del Congreso. A la postre, ese programa se cumpli¨® a cabalidad.
Varios ministros de la Corte ¡ªcomo ya ha contado EL PA?S¡ª consideran que la sentencia relativa a la Guardia Nacional es el exacto origen del Plan C y de la reforma judicial que vino despu¨¦s, con la que todos los integrantes del Supremo ser¨¢n echados el pr¨®ximo a?o. L¨®pez Obrador, a decir de los jueces, tom¨® la resoluci¨®n como una afrenta imperdonable en lo personal, y tambi¨¦n como una demostraci¨®n de que el Poder Judicial no era sino un obst¨¢culo a sus planes de Gobierno de mayor calado. La circunstancia ha cambiado. L¨®pez Obrador y su partido, Morena, llegan a esta nueva batalla con ventaja en el marcador.
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