Un an¨¢lisis forense desaf¨ªa la historia de los h¨¦roes de la Independencia de M¨¦xico
De acuerdo con los estudios realizados, Vicente Guerrero no fue fusilado y no hay rastro de Mariano Matamoros; el cuerpo que se cre¨ªa de ¨¦l es en realidad de una mujer
Un an¨¢lisis osteol¨®gico de los restos de los h¨¦roes de la Independencia de M¨¦xico, que se realiz¨® en 2010, revel¨® informaci¨®n que contradice varias versiones hist¨®ricas conocidas. Entre los hallazgos m¨¢s destacados, los expertos encontraron que Vicente Guerrero no muri¨® fusilado, como indica la narrativa oficial, y que los restos atribuidos a Mariano Matamoros pertenecen en realidad a una mujer. En una conferencia impartida por el doctor Jorge Arturo Talavera Gonz¨¢lez, arque¨®logo especializado en bioarqueolog¨ªa del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH), se revelaron datos como las enfermedades de algunos insurgentes y surgieron nuevas interrogantes acerca de otros.
¡°En los huesos de toda persona est¨¢ escrita su propia historia, y si uno sabe leerlos o hacer las preguntas correctas, ellos responden¡±, afirm¨® Talavera durante la conferencia Mito y realidad de los h¨¦roes de la Independencia: ?qu¨¦ nos dice la bioarqueolog¨ªa?, donde present¨® nuevos datos como parte de la investigaci¨®n realizada en 2010, cuando los restos de 14 insurgentes fueron exhumados con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia de M¨¦xico. Los cuerpos fueron analizados en el Laboratorio de Restauraci¨®n del Museo Nacional de Historia, y los estudios incluyeron la identificaci¨®n de procesos patol¨®gicos y de traumas severos, lo que permiti¨® reconstruir la vida de los h¨¦roes nacionales y su destino despu¨¦s de la muerte.
El destino de los h¨¦roes nacionales
Los restos de los insurgentes vivieron un siglo ca¨®tico. Algunos se exhibieron durante la lucha de Independencia en la Alh¨®ndiga de Granaditas, otros fueron llevados a distintas iglesias y finalmente descansaron en la Catedral Metropolitana de Ciudad de M¨¦xico. All¨ª, al ser m¨¢s populares entre la gente que los santos de la catedral, fueron relegados a las catacumbas, donde permanecieron cerca de 70 a?os. En 1893, los restos estaban apilados y amarrados sin distinci¨®n. Talavera explic¨® que, desde entonces, la gente comenz¨® a visitarlos nuevamente. El sindicato de la cervecer¨ªa Modelo don¨® urnas de metal y madera para resguardarlos, y en 1925 fueron trasladados al monumento a la Independencia, donde se encuentran hoy.
Uno de los descubrimientos m¨¢s significativos, seg¨²n Talavera, es que Vicente Guerrero, l¨ªder insurgente y expresidente de M¨¦xico, no fue ejecutado por fusilamiento, como dicta la historia oficial. El an¨¢lisis de sus restos, el m¨¢s completo de todos los realizados, no encontr¨® evidencia de impactos de bala en su caja tor¨¢cica, v¨¦rtebras o cr¨¢neo, lo que contradice el relato tradicional de su ejecuci¨®n en 1831 por orden de Anastasio Bustamante. Talavera sugiere que Guerrero pudo haber muerto por una herida de arma blanca o envenenado, especulando que si ambos eran masones, Bustamante pudo optar por no asesinarlo a trav¨¦s de balas, y que el envenenamiento era una posibilidad.
El doctor tambi¨¦n explic¨® que los huesos de Guerrero muestran rastros de heridas de batalla, como una fractura en el codo derecho que le inmoviliz¨® el brazo, lo cual concuerda con im¨¢genes donde aparece con el brazo cruzado sobre el pecho. Talavera destac¨® que esta cicatriz explica por qu¨¦ Guerrero nunca extendi¨® su brazo en las pinturas que hay de ¨¦l, y da contexto a una carta dirigida a Bustamante donde escribi¨®: ¡°mi cuerpo est¨¢ lleno de cicatrices profundas y mortales heridas¡± y a?adi¨® ¡°no s¨¦ ciertamente c¨®mo vivo¡±. Los huesos tambi¨¦n evidenciaron su pasado como arriero y jinete, actividades que realiz¨® desde peque?o y que dejaron marcas en sus huesos.
Uno de los casos m¨¢s relevantes fue el de Mariano Matamoros, sacerdote insurgente que luch¨® junto a Jos¨¦ Mar¨ªa Morelos. Los estudios osteol¨®gicos revelaron que los restos atribuidos a Matamoros no pertenecen a un hombre, sino a una mujer. Este hallazgo gener¨® nuevas interrogantes, que consideran la posibilidad de que se tratara de una mujer que se disfraz¨® de hombre para participar en la lucha o para acceder a la educaci¨®n. Sin embargo, posteriormente su sexo se confirm¨® a trav¨¦s de su registro de bautizo. La pregunta sobre el paradero de sus verdaderos restos sigue sin respuesta.
El an¨¢lisis tambi¨¦n revel¨® detalles sobre otros h¨¦roes. Uno de ellos fue Nicol¨¢s Bravo, quien ten¨ªa 68 a?os al morir y fue el insurgente de mayor edad entre los cuerpos estudiados. Gracias al an¨¢lisis ¨®seo, ahora se sabe que padeci¨® de s¨ªfilis y diabetes. Talavera explic¨® que la s¨ªfilis, sin tratamiento efectivo en el siglo XIX, dej¨® graves secuelas en su esqueleto, mientras que la diabetes se evidenci¨® por la presencia de hiperostosis esquel¨¦tica idiop¨¢tica difusa, una condici¨®n que afecta las v¨¦rtebras. Estas patolog¨ªas sugieren que Bravo pudo haber solicitado una muerte asistida a su m¨¦dico de cabecera, como alternativa al sufrimiento causado por ambas enfermedades y por los tratamientos invasivos de la ¨¦poca.
Otro caso fue el de Jos¨¦ Mar¨ªa Morelos, quien sufri¨® de migra?as desde joven, seg¨²n se dedujo de marcas en su cr¨¢neo. Talavera explic¨® que el l¨ªder insurgente ataba un paliacate alrededor de su cabeza para aliviar el dolor, una costumbre registrada en algunos relatos hist¨®ricos.
La biograf¨ªa se lee en los huesos
El proceso de an¨¢lisis de los restos no fue sencillo. Durante d¨¦cadas, los huesos de los h¨¦roes se acumularon sin orden, lo que complic¨® la tarea de los antrop¨®logos e historiadores. El equipo, compuesto por Talavera, Antonio Pompa y Padilla, y Nancy Geloven Alfaro, se encarg¨® de separar y examinar minuciosamente los huesos de los 14 h¨¦roes (Juan Aldama, Ignacio Allende, Nicol¨¢s Bravo, Vicente Guerrero, Miguel Hidalgo, Mariano Jim¨¦nez, Mariano Matamoros, Francisco Javier Mina, Jos¨¦ Mar¨ªa Morelos, Andr¨¦s Quintana Roo, Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Pedro Moreno y V¨ªctor Rosales), con el objetivo de crear una osteobiograf¨ªa de cada uno, es decir, reconstruir su vida a partir de sus restos ¨®seos. El trabajo incluy¨® la toma de radiograf¨ªas, fotograf¨ªas y estudios tafon¨®micos, que permiten analizar lo que ocurri¨® a los cuerpos despu¨¦s de la muerte.
Los restos de los cuatro pr¨®ceres iniciales ¡ªMiguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jim¨¦nez¡ª tambi¨¦n fueron analizados. Talavera explic¨® que, debido a la exposici¨®n de sus cabezas en las jaulas de la Alh¨®ndiga de Granaditas durante una d¨¦cada, los cr¨¢neos presentan mayores signos de degradaci¨®n. Aunque los cr¨¢neos fueron identificados, los huesos del resto de sus cuerpos no pudieron ser asignados individualmente, ya que no existen registros precisos sobre sus estaturas, todos med¨ªan entre 1,58 y 1,64 metros, correspondiente a la estatura promedio del mexicano de la ¨¦poca. ¡°No quisimos hacer afirmaciones err¨®neas¡±, dijo Talavera, sugiriendo que futuros an¨¢lisis de ADN podr¨ªan ofrecer mayor certeza en la identificaci¨®n de estos restos.
El investigador concluy¨® que los hallazgos podr¨ªan ampliarse m¨¢s all¨¢ del libro publicado hace m¨¢s de una d¨¦cada, pues a¨²n hay muchos aspectos desconocidos para el p¨²blico. Tambi¨¦n destac¨® la necesidad de un trabajo conjunto con los historiadores, ya que la informaci¨®n recopilada a trav¨¦s de la bioarqueolog¨ªa podr¨ªa cambiar por completo la manera en que se entiende la historia de algunos de los personajes m¨¢s importantes de la Independencia de M¨¦xico.
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