Mark Freeman: ¡°?Por qu¨¦ deber¨ªa ser un tab¨² negociar con un grupo criminal si es ¨²til para reducir la violencia y dar paz a la gente?¡±
El director del Instituto para las Transiciones Integradas aboga por ampliar las herramientas frente a la crisis de inseguridad en M¨¦xico e impulsa un nuevo modelo para llegar a acuerdos puntuales con el crimen organizado

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¡°No vamos a negociar con delincuentes¡±. Claudia Sheinbaum fue tajante cuando le preguntaron en octubre pasado, a menos de un mes del arranque de su Gobierno, si estaba dispuesta a entablar un di¨¢logo con las organizaciones criminales m¨¢s poderosas y violentas, en medio de la ola de violencia que azota a M¨¦xico desde hace d¨¦cadas. ¡°Vamos a construir la paz atendiendo las causas y con cero impunidad¡±, se?al¨® la presidenta, d¨ªas despu¨¦s de presentar su estrategia de seguridad y en respuesta a la propuesta del diputado oficialista Manuel Espino de abrir un canal de comunicaci¨®n con las facciones del narcotr¨¢fico. Ante el rechazo del Ejecutivo, el legislador asegur¨® que fue un malentendido y dijo que su idea nunca fue ofrecer ¡°un pacto¡±.
Pero no todos est¨¢n cerrados a la idea de mediar y llegar a compromisos con la delincuencia organizada. ¡°?Por qu¨¦ deber¨ªa ser un tab¨² negociar con un grupo criminal si es ¨²til para reducir la violencia y dar paz a la gente?¡±, plantea Mark Freeman, director y fundador del Instituto para las Transiciones Integradas (IFIT), en entrevista.
Con m¨¢s de tres d¨¦cadas de trayectoria en negociaciones de paz de alto nivel y experiencia en pa¨ªses como Afganist¨¢n, Ucrania, Venezuela, Colombia o Congo, el especialista invita a ampliar la caja de herramientas para enfrentar el flagelo de la inseguridad y considerar las negociaciones como un recurso m¨¢s en las manos de las autoridades y los actores con incidencia social, como los empresarios o la Iglesia. ¡°No es que todos los Gobiernos deban arrancarse a negociar con los grupos criminales, el problema es que muchas veces ni siquiera se considera como una opci¨®n en contextos donde puede funcionar¡±, agrega.
Freeman argumenta que, aunque son un asunto espinoso en el debate pol¨ªtico, las negociaciones son una realidad. Se han dado entre Estados Unidos y los talibanes, Israel y Ham¨¢s o las autoridades colombianas y las guerrillas, incluso de forma bastante abierta. A menudo, sin embargo, se traza una l¨ªnea roja cuando se trata de narcotraficantes. ¡°El espectro de grupos violentos y al margen de la ley es muy amplio, ?por qu¨¦ con unos s¨ª y con otros no? Hay un cierto misterio¡±, comenta.
El especialista lanza algunas hip¨®tesis al respecto. Habla de la ausencia de una agenda ideol¨®gica en el arquetipo de los carteles, lo que nubla la visi¨®n de cu¨¢les son sus objetivos: ¡°Los yihadistas quieren establecer la sharia, pero ?los narcos qu¨¦ quieren?¡±, cuestiona. A prop¨®sito de este punto, el director del IFIT menciona como otro factor cierta ¡°falta de imaginaci¨®n¡± y costos reputacionales y pol¨ªticos en el c¨¢lculo de los actores oficiales. ¡°Es un tab¨² para los Gobiernos porque asumen que van a perder votos si hay un rechazo p¨²blico ante la idea de negociar y posiblemente legitimar¡±, sostiene.
A partir de un estudio que sigui¨® procesos de este tipo durante cinco a?os, el IFIT identific¨® que la mayor¨ªa de las negociaciones en el mundo fueron para alcanzar acuerdos parciales. A menudo los procesos de mediaci¨®n se dieron de la mano de otro tipo de actores ¡ªcomo grupos religiosos, organismos no gubernamentales o el sector privado¡ª que tienen a priori mayor margen de maniobra porque no son electos, pero tambi¨¦n corren altos riesgos.
M¨¦xico no es ajeno a ese fen¨®meno. A principios del a?o pasado se hizo p¨²blico que un grupo de sacerdotes hab¨ªa logrado una tregua con las principales fuerzas delictivas de Guerrero, uno de los Estados m¨¢s violentos del pa¨ªs. No sin pol¨¦mica. ¡°La informaci¨®n que tengo es que esto est¨¢ pasando y ha pasado desde hace mucho tiempo: di¨¢logos, negociaciones, treguas temporales, acuerdos muy puntuales¡ esto existe y est¨¢ documentado¡±, comenta Freeman, quien llama a ¡°proteger a los mediadores¡± y ¡°tener una visi¨®n de fortalecimiento institucional¡± para conseguir que los acuerdos sean duraderos. La Iglesia cat¨®lica asegur¨® en diciembre pasado que M¨¦xico es el pa¨ªs m¨¢s peligroso para ser sacerdote en Am¨¦rica Latina y reclam¨® que al menos 80 de sus ministros de culto fueron asesinados en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas.
El equipo de Freeman ha tenido acercamientos con distintos sectores en M¨¦xico, desde acad¨¦micos hasta activistas. ¡°Estamos asesorando y formando a gente en estos temas para que tengan mayores posibilidades de ¨¦xito¡±, se?ala sobre su visita al pa¨ªs. ¡°Nuestra idea no es vender ¡®esto es lo que tienen que hacer¡¯, tampoco negociar para la colusi¨®n o la impunidad, sino poner a su disposici¨®n estas herramientas¡±, apunta.
El especialista no ha tenido contacto con el Gobierno mexicano, pero los miembros y aliados de IFIT han percibido una apertura mayor de las autoridades de los distintos niveles para explorar otro tipo de recursos ante la violencia, aunque sigue siendo un tema dif¨ªcil de tratar p¨²blicamente. ¡°Antes ni siquiera se pod¨ªan tener este tipo de conversaciones¡±, asegura.
Freeman se?ala que el modelo tradicional de negociaci¨®n parte de la idea de que el objetivo final es una transici¨®n total hacia la paz, que se consigue en un orden fijo de pasos hacia esa transformaci¨®n y que la prolongaci¨®n de las negociaciones reduce la intensidad del conflicto eventualmente. Asume, sobre todo, que hay tiempo para llegar a una soluci¨®n y que no hay tal soluci¨®n si no se desarticula el conflicto por completo, se?ala el especialista.
En cambio, el IFIT propone negociaciones de v¨ªa r¨¢pida, a partir de fijarse metas en el corto plazo, asumiendo que una soluci¨®n ¡°ideal¡± no es asequible y que el proceso tiene que darse en ventanas de oportunidad bastante acotadas, por lo que los pactos tienen que cerrarse lo m¨¢s pronto posible. Parte de diagn¨®sticos concretos de lo que se quiere y se puede lograr. Y asume que los conflictos est¨¢n en constante evoluci¨®n, con actores cada vez m¨¢s fragmentados, privilegiando encadenar una serie de compromisos puntuales. ¡°No se trata de la paz perfecta, sino de la paz posible¡±, comenta. ¡°Responde a un sentido de urgencia y a la necesidad de tener resultados¡±.
¡°Creo que hay que tener estos debates en la sociedad¡±, se?ala. ¡°Hay que considerar, por supuesto, los mecanismos coercitivos, los cambios en las leyes de Estados Unidos, mil cosas¡ pero nosotros creemos que las negociaciones son una opci¨®n subutilizada, que puede ser parte de la soluci¨®n¡±, concluye Freeman.
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