Jemy. Rituales de fin de a?o
Aunque en realidad nada extraordinario sucede el 31 de diciembre, son los rituales que encarnamos los que lo hacen extraordinario y le dan peso social
Cuando Patti Smith, en ese hermoso libro que es Just Kids [?ramos unos ni?os], aclara que su amigo, el fot¨®grafo Robert Mapplethorpe, no ten¨ªa una relaci¨®n religiosa o piadosa con la Iglesia, sino una relaci¨®n est¨¦tica, pienso en mi propia relaci¨®n con los rituales y con el acto de ritualizar. En el espacio de los rituales, adscritos o no a instituciones religiosas, se abren tiempos en los que las manifestaciones est¨¦ticas tienen un lugar privilegiado, los objetos que intervienen en ella son especiales, las palabras, la m¨²sica, los alimentos, las acciones mismas que se ejecutan nos recuerdan que se ha abierto un tiempo que es distinto al com¨²n. Todo eso tiene un gran efecto en nuestro ¨¢nimo y marca el comienzo o el fin de algo, los rituales son un sello que imprimimos en el papiro del tiempo. No por nada, los eventos fundamentales de la existencia, como la muerte misma, est¨¢n rodeados de tantos rituales, sin ellos la muerte ser¨ªa, tal vez, hasta inaceptable. As¨ª que mi relaci¨®n con los rituales no est¨¢ condicionada por ninguna religi¨®n sino por esa necesidad que las sociedades, incluyendo a los ateos, tienen por marcar de alg¨²n modo un tiempo o un suceso como algo extraordinario.
Ciertamente la cuenta del tiempo es una arbitrariedad atravesada por la historia y por las sociedades pero sus ciclos se marcan con rituales de todo tipo. En el calendario mixe, como calendario mesoamericano que es, el cambio de d¨ªa no se realiza a medianoche sino a medio d¨ªa. Es a partir de que el sol se coloca en la mitad del cielo, un hecho visible, que comienza el d¨ªa siguiente. Yo nac¨ª un 16 de octubre, pero, como nac¨ª cerca de las 7 de la ma?ana, mi fecha de nacimiento seg¨²n el calendario mixe es distinto del de aquellos que nacieron el mismo d¨ªa pero durante la tarde. As¨ª como en algunas tradiciones de pensamiento, la medianoche es una hora delicada, en la tradici¨®n mixe el mediod¨ªa es un momento delicado en el que algunas cosas extraordinarias suceden y nuestros sentidos nos pueden enga?ar. La cuenta del tiempo de la tradici¨®n occidental que llamamos calendario gregoriano marca el ritmo de muchos de los acontecimientos de la humanidad aunque convive con el de muchas culturas distintas, con el de muchas otras tradiciones que guardan su propio modo de contar esa categor¨ªa tan abstracta que es el tiempo.
A pesar de la existencia del calendario mixe, es innegable que el 31 de diciembre de cada a?o, se realizan rituales de cambio de ciclo dentro de nuestras comunidades. En las comunidades de la Sierra Norte de Oaxaca, los antiguos rituales mixes y zapotecos se mezclan con el quiebre temporal del calendario gregoriano. Las familias acuden a las monta?as a realizar los sacrificios y durante los primeros d¨ªas de enero las invitaciones a compartir los alimentos para celebrar estos rituales se multiplican. A pesar de los efectos de la evangelizaci¨®n, la Navidad en estos territorios no tiene el peso del D¨ªa de Muertos y se celebra sobre todo como fiesta comunitaria. Las posadas son comunitarias y los festejos del 25 de diciembre est¨¢n a cargo de una mayordom¨ªa que hace las veces de ¡°padrinos del Ni?o Dios¡±. El a?o nuevo tiene todav¨ªa un peso a¨²n m¨¢s importante en la vida comunitaria pues se realiza el cambio de las autoridades que se encuentra tambi¨¦n estrechamente ligado a los rituales en la monta?a. El calendario gregoriano ha sido adoptado pero los rituales que revisten los cambios de a?o se hallan a¨²n cimentados en los rituales que siempre se han utilizado para los cambios de ciclos en la tradici¨®n mesoamericana.
Lamentablemente, la mirada etnogr¨¢fica siempre se ha apuntado en una sola direcci¨®n pero si intercambiamos los papeles, los rituales de la cultura occidental se erigen ante nuestra percepci¨®n como un c¨²mulo de acciones curiosas. Entonces, la misma palabra ¡°ritual¡± se refresca y podemos ver con ojos asombrados algunas cosas y fen¨®menos de nuestra propia tradici¨®n que tal vez no parecen nada novedosas normalmente. Yo nunca he estado en una celebraci¨®n en el que se utilicen, por mencionar un ejemplo, las 12 uvas que se ingieren a gran velocidad a la medianoche del 31 de diciembre acompa?adas de peticiones de deseos. Aunque nunca he estado en un ritual semejante, la televisi¨®n, las pel¨ªculas y los medios de comunicaci¨®n me los han moldeado en la imaginaci¨®n. La hegemon¨ªa de la tradici¨®n occidental se nota en el hecho de que, incluso en los territorios que est¨¢n en lo que podr¨ªamos llamar la periferia de su influencia, tenemos noticias y conocimientos de sus rituales mientras que en el coraz¨®n de esos imperios apenas noten que en el mundo existen otros modos de habitarlo y de ritualizar.
Lamentablemente para mi curiosidad, aunque siempre he sabido del estilo de festejos que se realizan en Navidad y en A?o Nuevo en el mundo occidental, la verdad es que no he tenido oportunidad de participar de ellos. Me gustar¨ªa hacerlo pr¨®ximamente y tratar de comerme esas 12 uvas en el menor tiempo posible sin atragantarme. De entre todos, el hecho de que se elija ropa interior de distintos colores para propiciar amor, dinero u otros anhelos me parece bastante peculiar. El hecho de que las personas que desean viajar en el nuevo a?o que comienza salgan de sus casas a medianoche cargando maletas me parece tambi¨¦n muy interesante. Aunque en realidad nada extraordinario sucede, astron¨®micamente hablando, cada 31 de diciembre, son los rituales que encarnamos los que lo hacen extraordinario y le dan m¨¢s peso social que al solsticio de invierno, o de verano, seg¨²n el hemisferio desde el que se vea. Esta desconexi¨®n del cambio de a?o con alg¨²n ciclo natural de la tierra muestra que son justamente los rituales los que crean eso que percibimos como extraordinario y distinto, as¨ª, la convenci¨®n social que es la cuenta del tiempo gregoriano se naturaliza. Por eso me parecen fascinantes en todas las culturas y en todas las tradiciones la variedad de los rituales que la humanidad puede desplegar, y por eso, en todos ellos me interesa ritualizar. Feliz a?o nuevo.
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