Una mejor manera de entender la relaci¨®n M¨¦xico-Estados Unidos
M¨¦xico y Estados Unidos son socios cercanos con econom¨ªas profundamente integradas. No pueden resolver sus problemas a trav¨¦s de la confrontaci¨®n
La ret¨®rica pol¨ªtica estadounidense que presenta a M¨¦xico como un adversario se asocia m¨¢s com¨²nmente con el Partido Republicano de Trump. En realidad, ha sido un deporte pol¨ªtico bipartidista que viene de antes de Trump y que, a menudo, sigue guiando la manera en la que los l¨ªderes de ambos partidos enmarcan la relaci¨®n entre M¨¦xico y Estados Unidos.
Si bien, la vilificaci¨®n absoluta de M¨¦xico por parte de Trump ya no es un tema de todos los d¨ªas en los medios, un art¨ªculo reciente de The New York Times sugiri¨® de manera alarmante que muchos expertos de la Administraci¨®n de Biden creen que una relaci¨®n m¨¢s antag¨®nica con M¨¦xico promover¨ªa mejor los intereses de Estados Unidos. El art¨ªculo cita a varios funcionarios an¨®nimos que argumentan que el embajador de Estados Unidos en M¨¦xico, Ken Salazar, deber¨ªa establecer una relaci¨®n menos colaborativa y m¨¢s distante con las autoridades mexicanas a fin de brindarle ¡°pol¨ªticas ganadoras¡± a la Administraci¨®n de Biden.
Esta forma de entender la relaci¨®n M¨¦xico-Estados Unidos, como un juego de suma cero, es err¨®nea y peligrosa. Al hacerlo se caricaturiza la relaci¨®n, pint¨¢ndola como una de enemigos que luchan en un juego donde las victorias de un pa¨ªs son las derrotas del otro.
En realidad, M¨¦xico y Estados Unidos son socios cercanos con econom¨ªas profundamente integradas. No pueden resolver sus problemas a trav¨¦s de la confrontaci¨®n. La ¨²nica herramienta viable para que Biden gane es la colaboraci¨®n con M¨¦xico porque los intereses de ambos pa¨ªses est¨¢n entrelazados.
Por ello, a pesar de las incendiarias conversaciones que existen ocasionalmente en Washington, todos los recientes intentos de interrumpir la relaci¨®n entre Estados Unidos y M¨¦xico han fracasado.
Por ejemplo, el supuesto objetivo de Trump de reducir el comercio con M¨¦xico e implementar aranceles altos a productos mexicanos (a pesar de que fue una estrategia de campa?a astuta) se desintegr¨® por completo a la hora de las negociaciones reales. Obligado a cumplir alguna de sus promesas de campa?a, Trump insisti¨® en una renegociaci¨®n del TLCAN, pero esta termin¨® siendo un cambio marginal del acuerdo comercial. El T-MEC retuvo casi todos los compromisos de mercado abierto del TLCAN. Y, de hecho, desde que el T-MEC entr¨® en vigor en 2020, el comercio entre los dos pa¨ªses no ha cambiado. M¨¦xico es hoy, como lo era con el TLCAN, el segundo socio comercial de Estados Unidos.
Caso tras caso, al momento de la verdad, los gui?os combativos estadounidenses resultan muy impr¨¢cticos para implementarse. Consideremos el infame muro fronterizo. La absurda propuesta de Trump era una escalada t¨®xica de una pol¨ªtica migratoria, de por s¨ª hostil, que durante d¨¦cadas hab¨ªa canalizado a inmigrantes necesarios para la econom¨ªa estadounidense hacia pasajes letales del desierto. El muro ¡°grande y hermoso¡± fue fundamental para el ascenso pol¨ªtico de Trump, pero solo se construy¨® una peque?a parte de ¨¦l porque nunca se aprob¨® su presupuesto.
La realidad es que las ciudades fronterizas de Estados Unidos est¨¢n mucho menos preocupadas por impedir el tr¨¢nsito que por hacerlo m¨¢s eficiente. Por eso, la ciudad Tijuana-San Diego ahora tiene un aeropuerto binacional y 350 millones de personas cruzan la frontera entre Estados Unidos y M¨¦xico cada a?o (casi el triple de la poblaci¨®n total de M¨¦xico).
Los estadounidenses deber¨ªan ver la relaci¨®n entre Estados Unidos y M¨¦xico m¨¢s como una relaci¨®n que ya es extremadamente ventajosa para los intereses de Estados Unidos, que como una relaci¨®n que necesita darles m¨¢s ¡°pol¨ªticas ganadoras¡±. M¨¦xico se ha convertido en el ejecutor de facto de la pol¨ªtica migratoria de Estados Unidos, albergando en su territorio a 70.000 migrantes que buscan asilo y utilizando su propia guardia nacional para impedir que los migrantes centroamericanos ingresen a M¨¦xico. En 2021, M¨¦xico arrest¨® a un n¨²mero r¨¦cord de inmigrantes indocumentados en su camino a territorio estadounidense.
La generosidad de M¨¦xico con la agenda migratoria de Estados Unidos es asombrosa y se hace a expensas de severas cr¨ªticas internas al presidente L¨®pez Obrador. El Gobierno mexicano ha asignado una donaci¨®n de 100 millones de d¨®lares a Centroam¨¦rica para detener la migraci¨®n indocumentada, una cantidad significativa dado el escaso presupuesto federal de M¨¦xico.
Bajo L¨®pez Obrador, M¨¦xico ha apoyado a los sindicatos estadounidenses asignando recursos y capital pol¨ªtico para implementar una reforma laboral hist¨®rica y aumentar el salario m¨ªnimo en m¨¢s del 50% en cuatro a?os. De hecho, una de las primeras acciones del gobierno de L¨®pez Obrador fue duplicar el salario de los trabajadores de la franja fronteriza.
Por supuesto, muchos problemas entre ambas naciones siguen sin resolverse. Pero sus soluciones requieren m¨¢s cooperaci¨®n, no menos. Por ejemplo, la reducci¨®n de la violencia en M¨¦xico y el tr¨¢fico de drogas a Estados Unidos depende de la implementaci¨®n conjunta del Marco del Bicentenario. Manejar el creciente flujo migratorio de mexicanos a los Estados Unidos requerir¨¢ de un muy esperado programa de visas de trabajo temporal. Y controlar la inflaci¨®n implicar¨¢ mejorar la eficiencia de las cadenas productivas de ambos pa¨ªses.
Tambi¨¦n es importante entender que los expertos y los corresponsales extranjeros que cubren M¨¦xico a veces citan a representantes de think tanks financiados y creados por grupos afines a partidos pol¨ªticos opositores. Para estos think tanks y los oligarcas que los financian, retratar la necesidad de una relaci¨®n bilateral confrontativa con L¨®pez Obrador es una estrategia pol¨ªtica para ganar elecciones.
El que el embajador Salazar est¨¦ dispuesto a cuestionar la parcialidad de estas organizaciones es una posici¨®n refrescante y poco com¨²n que habla de su comprensi¨®n del panorama pol¨ªtico de M¨¦xico.
Los ¨²nicos beneficiarios de que Ken Salazar confronte a L¨®pez Obrador son los partidos pol¨ªticos de oposici¨®n en ambos pa¨ªses: los republicanos que quieren que Biden parezca d¨¦bil y la oposici¨®n que quieren pintar a Obrador como enemigo de Estados Unidos.
L¨®pez Obrador es un l¨ªder profundamente imperfecto que no ha logrado resolver la crisis de nuestro pa¨ªs. Sin embargo, quienes promueven un enfoque de confrontaci¨®n en las relaciones entre M¨¦xico y Estados Unidos en realidad no est¨¢n velando por los intereses de ninguno de los dos pa¨ªses.
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